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30 son multitud

Arranca en Argentina la Liga más numerosa del mundo, un experimento que suscita dudas

Teófilo Gutiérrez, de River, progresa entre Erbes y Marín, de Boca, el pasado octubre.
Teófilo Gutiérrez, de River, progresa entre Erbes y Marín, de Boca, el pasado octubre.M. Brindicci (Reuters)

30 equipos. Ni uno menos. La Liga Argentina que comienza este fin de semana bate todos los récords de participación en un campeonato de Primera División. Nunca hasta ahora un torneo de los considerados serios en el mundo había congregado tal cantidad de integrantes. Pero nadie fue capaz de incumplir la “última voluntad” del todopoderoso Julio H. Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino desde 1979 hasta su repentino fallecimiento en julio del año pasado, y la pelota empezará a rodar en un experimento tan original como discutible.

Ricardo Zielinski, entrenador del Belgrano de Córdoba, fue tal vez el más categórico para definirlo: “Es un mamarracho”. Y Edgardo Bauza, su par en el San Lorenzo de Almagro, confesó que él “no lo hubiera elegido”. Pero lo concreto es que habrá fiesta y no faltará casi ningún invitado. Están todos los clubes históricos, los intermedios, los campeones más recientes, algunos pequeños —Nueva Chicago, Temperley— que vuelven a la máxima categoría, en algún caso después de décadas sin visitarla. Y también habrá nombres desconocidos, como Crucero del Norte, de la provincia de Misiones, o Aldosivi, de Mar del Plata, en un certamen que se extenderá hasta noviembre, con un parón en junio durante la Copa América de Chile.

No será el campeonato más largo del planeta, porque se jugará a una sola vuelta

El modelo de torneo, que los clubes grandes intentaron sin éxito dejar en la nada tras la muerte de Grondona, encierra muchas incógnitas, despropósitos y paradojas. Por ejemplo, no será el más largo del planeta. En efecto, con 30 equipos podría pensarse en 58 semanas de fútbol. Pues no, porque se jugará a una sola vuelta. Pero tampoco tendrá 29 fechas, sino 30. ¿Cómo? Porque la jornada 24 estará destinada a los “clásicos”. En un mismo fin de semana chocarán River-Boca; Independiente-Racing; San Lorenzo-Huracán; Rosario Central-Newell’s o Estudiantes-Gimnasia, entre otros. Aunque también, y ante la necesidad de cruzar a los 30, alcanzarán el nivel de clásicos partidos como un Olimpo (Bahía Blanca)-Sarmiento (Junín) que apenas registra dos antecedentes; o un insólito Crucero del Norte-Aldosivi, equipos asentados en ciudades separadas por 1.483 kilómetros de distancia.

La experiencia no es nueva. Fue realizada en los años 70 y aseguraba pasiones desbordantes. Pero los tiempos han cambiado, desde entonces el nivel de violencia en torno al fútbol se multiplicó varias veces y la jornada del 13 de septiembre propondrá un tremendo reto a las fuerzas de seguridad.

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Por esos días, además, tal vez se haya acabado la prohibición de asistir a los estadios a los hinchas visitantes, aunque sea parcialmente. Daniel Scioli, Gobernador de la provincia de Buenos Aires y precandidato a presidente de la Nación para las elecciones de octubre, anunció la absurda medida de que en cada jornada a partir de julio se levante la veda a un único partido de los que se disputen en su distrito.

En realidad, el campeonato presenta múltiples desafíos. Para la televisión, que financia el torneo con dinero público a través del proyecto Fútbol para Todos, y que deberá acomodar horarios para emitir 15 partidos en abierto cada fecha. Para los medios, que deberán cubrirlos. Y para los protagonistas. Desde 1990, los torneos en Argentina han tenido 19 fechas y el de 2015 representa toda una novedad para futbolistas y entrenadores. “No me tocó como jugador y ahora como técnico hay que ver cómo son los tiempos en un campeonato largo”, se sinceró El Loco Martín Palermo, que dirige al Arsenal de Sarandí.

La televisión, que financia el torneo con dinero público, deberá acomodar horarios para emitir 15 partidos en abierto cada fecha

A su vez, Gustavo Alfaro, técnico del Tigre, pone sus temores en otro sitio: “Tengo miedo de que al haber dos descensos y un campeón, haya 12 o 13 equipos que no peleen por nada”. Para evitar que la desmotivación cunda en protagonistas e hinchas se decidió que hasta el 18º clasificado tendrá opciones de clasificar a las copas continentales de 2016, a través de unas Liguillas que se jugarán una vez concluido el certamen.

La mayoría también se pregunta cómo será el nivel futbolístico de una Liga tan peculiar. En el último torneo, ganado por el Racing Club, se vio una notable mejoría en la propuesta de muchos equipos y el interrogante es si hay jerarquía suficiente como para mantenerla con 30 participantes. Más aun pensando que, a diferencia del Transición 2014, esta vez habrá dos descensos, decididos por los promedios de puntos obtenidos desde la temporada 12/13 hasta la actual. Al menos, y a pesar de la crisis económica de los clubes y del país, el movimiento en el mercado de pases fue inusualmente alto y permite abrigar esperanzas de buen fútbol.

En cualquier caso, no hay que preocuparse demasiado, porque todo este dislate durará muy poco. Como los clubes grandes creen conveniente adaptar el calendario al ritmo europeo, en 2016 se jugará otro torneo de Transición de cinco meses, con tres descensos y un ascenso. Y a partir de allí serán anuales, pero con cuatro descensos y dos ascensos hasta llegar a 22 equipos en 2019.

Como se ve, el nivel de juego de cada domingo puede ser discutible, pero a original nadie le gana al fútbol argentino.

Vuelven los grandes

La Liga argentina siempre está abierta a las sorpresas, pero a priori, el regreso de los torneos anuales parece marcar la vuelta de los cinco clubes grandes como candidatos.

Boca Juniors fue sin dudas el ganador del verano, con algunos resultados sorprendentes que deberá refrendar para solventar las urgencias de un par de temporadas sin alegrías. Para ello ha hecho 9 incorporaciones, un par de ellas llamativas, como Pablo Osvaldo, el ex del Espanyol que llega desde el Inter de Milán, y el talentoso uruguayo Nicolás Lodeiro, además de Pablo Pérez (ex Málaga) o los defensas Rolín y Pezzutti, procedentes del Catania.

River Plate en cambio, tuvo una pretemporada con altibajos, pero su 2014 fue impecable, y no solo ha logrado mantener intacto su equipo titular —toda una rareza— sino que se ha reforzado con jugadores interesantes como el uruguayo Mayada y el habilidoso Pity Martínez, procedente del Huracán.

Racing, vigente campeón, ha perdido dos valores importantes, Centurión y Hauche, aunque mantiene el bloque que le llevó a la gloria en diciembre. Independiente se ha reforzado en todas las líneas y se ilusiona con pelear por un título que no logra desde 2002. Y San Lorenzo se renovó para recuperar el nivel que le hizo ganar la Copa Libertadores el año pasado.

Lanús, Estudiantes (sobre todo) y Newell’s parecen completar el abanico de los llamados a estar arriba. Aunque claro, esta vez hay nada menos que 22 equipos dispuestos a dar la sorpresa.

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