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Nadal, a ritmo de samba

El español, ágil y fresco de piernas, celebra 6-4 y 6-1 ante Bellucci su primer partido sobre tierra desde Roland Garros

Juan José Mateo
Nadal, durante su partido contra Bellucci.
Nadal, durante su partido contra Bellucci.Felipe Dana (AP)

En su primer partido sobre tierra desde Roland Garros 2014, Rafael Nadal ganó 6-4 y 6-1 a Tomas Bellucci en su debut en el torneo de Río de Janeiro (Brasil). Olvidados ya aquellos inviernos en los que atacaba la gira de cemento con la meta de convertirse en tenista multipista, el campeón de 14 grandes abrió su participación en la gira de arcilla sudamericana con un partido en el que restó mejor que sacó. Este Nadal, en cualquier caso, no juega para lograr objetivos de presente, sino de futuro; no compite para ganar el hoy, sino para conquistar el mañana. Tras meses de penurias (lesión de muñeca y espalda y operación de apendicitis), el número tres mundial se ausculta en cada partido, escucha a su cuerpo e intenta engrasar la maquinaria, afinándola para que el motor vuelva a rugir a pleno rendimiento. Después de alcanzar los cuartos de final en el Abierto de Australia, ante Bellucci demostró una soltura de movimientos felina. "¡Venga matador!", berreaban los altavoces en su honor. Nadal, sin embargo, no se movió con los pasos cortos y medidos del torero. Tuvo el ritmo alto de la samba.

Victoria de Ferrer

David Ferrer debutó con victoria en el torneo de Río, ganando 6-4 y 6-3 al también español Daniel Gimeno-Traver. En un partido lleno de alternativas, en el que ambos cosecharon una decena de bolas de rotura, el alicantino, tan tenso como rocoso, impuso su experiencia en los momentos decisivos.

Se jugó bajo la lluvia, entre los gritos del público y con pelotas pesadísimas, empachadas de agua y tierra. A los dos tenistas les costó mover la pelota y asentarse sobre el albero. Nadal se adelantó dos veces en el primer set, logrando breaks apoteósicos, rebosantes de movilidad, sabiduría y talento, y dos veces cedió la ventaja, protagonizando parciales al servicio faltos de concreción, tino y convencimiento. Bellucci, zurdo pegador, jamás aprovechó esos instantes para cambiar la dinámica del duelo, para enardecer a la grada e incendiar el encuentro. Al contrario. El número 64 dejó la sensación de que vive mejor cuando el marcador no le obliga a mandar, jugando a la contra, que cuando tiene que dejar su huella. En todo el primer set solo ganó un parcial al saque. Nada más comenzar el segundo, cedió la rotura desde un 40-0 a su favor. Tremendo.

Nadal se enfrentará la medianoche del jueves a Pablo Carreño (Canal+). La primera prueba sobre arcilla dejó pistas interesantes. Falto de continuidad y enfrentado a un contrario que le quitó el ritmo jugando a reventar la pelota, el mallorquín se movió con soltura. Tiene piernas, como demuestra que llegara con un ímpetu salvaje a algunas dejadas endemoniadas o que recorriera la pista de lado a lado como si fuera en patinete. Le sobran energías. Tras un periodo lleno de sinsabores, en el que apenas supera la decena de partidos desde junio de 2014, le faltan horas de pista para encontrar el alto ritmo que le permite optar a las grandes victorias. Río, sin embargo, le puede dar algo de eso: nadie escaló hasta la cima del Himalaya sin antes dar un primer paso.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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