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Un gol de Iborra que sabe a gloria

El Sevilla toma ventaja ante un excelente Borussia con un tanto del centrocampista valenciano, que decide un magnífico partido

Rafael Pineda
Pareja felicita al goleador Iborra.
Pareja felicita al goleador Iborra. Marcelo del Pozo (REUTERS)

El campeón no gasta ni una broma con su torneo favorito. El Sevilla ha aprendido a competir como los equipos grandes, consciente de que Europa y rivales como el Borussia Mönchengladbach exigen lo mejor de uno mismo. Estupendo partido del conjunto andaluz frente a un magnífico rival, en especial en una segunda parte en la que logró un gol que vale su peso en oro, se defendió con orden para no encajar e incluso gozó de dos contragolpes muy claros para hacer el segundo tanto. Dos factores fueron decisivos en el triunfo del Sevilla. En primer lugar, la presión en campo contrario que Emery ordenó tras el descanso. Un ejercicio de intensidad sustentado en el descomunal partido de Krychowiak. Luego, el cambio no entendido por la grada de Diogo por Reyes. El Borussia avisó con peligro en una acción en la banda derecha y Emery aprovechó las molestias de Reyes para dar entrada a Diogo. El lateral resultó decisivo. Su pase en la jugada del gol fue fantástico para que Iborra culminara como le gusta, irrumpiendo en el área.

SEVILLA, 1- BORUSSIA M, 0

Sevilla: Rico; Aleix Vidal (Deulofeu, m. 92), Pareja, Carriço, Fernando Navarro; Krychowiak, Iborra; Reyes (Diogo, m. 56), Banega (Denis Suárez, m. 88), Vitolo; y Bacca. No utilizados: Barbosa; Tremoulinas, Kolo, y Juan Muñoz.

Borussia: Sommer; Jantschke, Stranzl, Domínguez, Wendt; Hazard, Kramer, Xhaka, Johnson; Raffael (Kruse, m. 79) y Hrgota (Hermann, m. 69). No utilizados: Heimeroth; Brouwers, Korb, Traoré y Nordtveit.

Gol: 1-0. M. 70. Iborra marca tras un gran pase de Diogo.

Árbitro: Aleksandar Stavrev. Amonestó a Jantschke, Xhaka, Vitolo, Stranzl, Kramer y Carriço.

Ramón Sánchez Pizjuán. Unos 30.000 espectadores.

La jugada resume el buen juego del Sevilla. Un balón en largo de Pareja, el desmarque y el centro de Diogo y la aparición estelar de Iborra. El gol tiene un valor tremendo. El 1-0 es un resultado muy válido porque un tanto en Alemania puede resultar decisivo tras haber sido capaz de no encajar en casa. En el camino de la estupenda victoria del Sevilla cabe reseñar también la actuación de Sergio Rico, quien salvó a su equipo cuando peor lo pasó, en la primera mitad. Rico resolvió de manera tajante dos grandes ocasiones del Borussia, superior en la primera mitad. El equipo alemán demostró por qué es el tercer clasificado de la Bundesliga. Juega muy bien al fútbol y une a su dinámica de toque un más que aceptable despliegue físico. Le falta un delantero de enjundia para meter miedo, pero sus dos centrocampistas, Xhaka y Kramer, son de enorme calidad. Al Sevilla le tocará sufrir en Alemania, sin duda, pero enseñó los dientes y dio el primer golpe, que puede resultar decisivo en el desarrollo de una eliminatoria tan pareja. Si juega con la inteligencia y la intensidad de la ida, el pase a los octavos estará cerca.

Fue un partido de altura. Se comprobaba en cada pase, en cada desborde y en la tensión con la que compitieron dos equipos que representan lo mejorcito de la Liga y la Bundesliga. Las maneras del Borussia encandilaron a Nervión. Por su forma de jugar al fútbol, al ritmo de dos centrocampistas excepcionales, Kramer y Xhaka, y también por moverse con desparpajo y clase, sin un solo pelotazo. El Sevilla respondió como suele. Con carácter y paciencia. A veces, resulta excesiva tanta fogosidad, como le ocurre a Krychowiak. Al polaco le sobraron un par de acciones que rayaron el juego violento. En global, el Sevilla fue competitivo porque mordía en cada acción, por más que resultara complicado que brotara el fútbol de Reyes o Banega, bien tapados por la rapidez en la anticipación de los jugadores alemanes.

Al Sevilla lo mantuvo en la eliminatoria su portero Rico. Vital en un despeje a disparo de Kramer y excepcional al taparle a Johnson casi en el área pequeña, muy bien habilitado por Raffael. Las dos acciones peligrosas del Borussia vinieron precedidas de una excepcional elaboración, sacando el balón jugado prácticamente desde su portero. El Sevilla, asustado, no encontró vías de penetración salvo en alguna que otra acción al contragolpe. El equipo de Emery se mantenía entero, pero no había sido capaz de disparar sobre la portería alemana en toda la primera mitad.

Al Pizjuán se le torció el gesto cuando Emery sustituyó a Reyes. Medio lesionado, el técnico lo cambió ante la ira de la grada. Reyes es el futbolista con más calidad de la plantilla, pero el partido requería otra cosa. Y la apuesta le salió redonda al vasco. Entró Diogo y Aleix Vidal adelantó su posición para hacer mucho daño. Diogo resultó decisivo con un gran pase a Iborra que el valenciano convirtió en gol. Nervión estalló porque el campeón derrotaba a un gran rival y mostraba un carácter competitivo que asusta en su competición favorita. Incluso hubo tiempo para un par de contragolpes en los que estuvo cerca el segundo. Mérito de Vitolo y Aleix Vidal, incansables, como este Sevilla que compite tan bien.

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