_
_
_
_
_

Un botellazo destroza un cristal del autocar del Celta

La llegada de los jugadores celestes al estadio de Riazor se vive con tensión

A Coruña -
Una de las gradas de Riazor.
Una de las gradas de Riazor.efe

Ni el dispositivo policial (el partido no estaba considerado de alto riesgo, pero se reforzó de manera significativa), ni las llamadas a la concordia, ni la buena sintonía entre las directivas evitaron los problemas a la llegada del Celta al estadio de Riazor para jugar el derbi gallego contra el Deportivo. Varias botellas impactaron sobre el autocar del equipo vigués y una de ellas destrozó una de sus lunas, que quedó completamente astillada.

El episodio sucedió una media hora antes de la llegada de los primeros aficionados celestes al estadio y puso de manifiesto las limitaciones de un estadio en el que los vehículos que transportan a los futbolistas estacionan en plena calle delante de varios establecimientos hosteleros atestados de aficionados. Unos tres mil se habían congregado hora y media antes del inicio del partido para recibir a ambos equipos: ánimos y alagarbía con los locales, abucheos y algún botellazo para los visitantes. Media hora después, el millar de fanáticos celtistas desplazados a A Coruña comenzaron a acceder al estadio, en principio sin incidencias.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_