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Saber echar el freno

Márquez es el más rápido en Sepang, seguido por Lorenzo y después de solucionar ambos sus problemas en frenada

Nadia Tronchoni
Lorenzo conversa con los técnicos de su equipo en Sepang.
Lorenzo conversa con los técnicos de su equipo en Sepang.AZHAR RAHIM (EFE)

Resulta curioso. En MotoGP, donde cada milésima de segundo cuenta –pregúntenle a Lorenzo, que terminó segundo por rodar 58 milésimas más lento que Márquez–, donde la velocidad y la rapidez son la razón de ser de cada prueba, para luchar por el triunfo y por los mejores cronos es fundamental saber echar el freno. Y eso hicieron este martes tanto Márquez como Lorenzo en Sepang, donde se celebran los segundos test de pretemporada, bajo un calor plomizo –mucho más sofocante que en la primera visita al circuito malayo dos semanas atrás– y la habitual humedad del trópico. Si en el primer día de entrenamientos a Márquez le sorprendió su Honda con un problema de frenos inexplicable –todavía hoy parece que Brembo, suministradora de los frenos, no ha dado muchas razones– que le hizo perder la jornada y a Lorenzo le atacaron el jet lag, el sueño y una Yamaha que no sabía por donde coger por muchos cambios que probara, esta vez todo funcionó sobre ruedas. Sobre todo, porque ambos pilotos recuperaron la confianza en la frenada.

Apurar al acercarse a la curva, trincar los frenos y que respondan en poco tiempo y poco espacio es fundamental para arañarle décimas al cronómetro. Márquez y su compañero en Honda, Pedrosa, podían hacerlo con los ojos cerrados el año pasado, tan competitiva era su máquina a la entrada de las curvas. A los pilotos de Yamaha, sin embargo, les costaba mucho más. Hasta ahora. Ayer estrenaron una evolución de su cambio seamless y, por fin, después de muchos meses de trabajo en la fábrica de Iwata (Japón) los pilotos pueden reducir marchas sin necesidad de utilizar el embrague, todo un avance que llevan reclamando desde el curso pasado.

Un cambio seamless es una caja de cambios que dispone de un sistema que permite pre-engranar la siguiente marcha mientras se desengrana la anterior, lo que evita la caída de revoluciones entre marchas y facilita que se pueda aprovechar mejor la potencia del motor. Honda revolucionó el Mundial con el suyo, el primero en la parrilla de MotoGP, cifrado en 600.000 euros. Y de él se ha aprovechado Márquez en los últimos dos años. Que el sistema de la Yamaha pueda aplicarse tanto para subir marchas como para bajarlas, como en la Honda (y también en la Ducati), ayuda a una mejor entrada en curva: mejora la frenada porque el piloto puede apurar más y mejora también la estabilidad. Todo eso se nota en los tiempos.

En Honda siempre tienen las de ganar en los adelantamientos; si logramos reducir la distancia de frenada será más fácil luchar con ellos”

Jorge Lorenzo, piloto de Yamaha

Y solo en los tiempos, de momento. Pues esperan los corredores de Yamaha que se note también en carrera. “Desde que pasamos de 800cc a 1.000cc nuestro gran problema fue la frenada, por eso se nos complican las luchas cuerpo a cuerpo, ya que ellos [los rivales de Honda] siempre tienen las de ganar en los adelantamientos; con su moto puedes frenar más tarde y en menos metros. Si logramos reducir la distancia de frenada será más fácil luchar con ellos”, decía, esperanzado, Lorenzo este invierno, antes de subirse a su M1. Al parecer, Yamaha por fin lo ha logrado. Deberían haber estrenado esta evolución ya el curso pasado, pero nunca llegó. Los problemas de fiabilidad de una pieza clave para la seguridad del piloto llevaron a los japoneses a tomarse las cosas con calma. Nunca se estrena nada en la fábrica de los diapasones si no está comprobada su fiabilidad y rendimiento. Ahora que ya sí lo está, Lorenzo y Rossi pueden empezar a ganar metros y restar décimas vuelta a vuelta.

Lo hizo el mallorquín este martes. Y fue el único capaz (con un mejor tiempo de 1m, 59'9s) junto a Márquez (1m, 59'8s) de marcar los tiempos por debajo de los dos minutos. “Estoy contento, ha sido un día muy positivo”, dijo el campeón del mundo, que trabajó en la electrónica de su moto.

En el tercer y cuarto puesto se situaron las Ducati de Iannone y Dovizioso (dos y cuatro décimas más lentos), y confirmaron así la progresión de una moto que el año pasado ya sacó buen provecho de la normativa open, que facilita la competitividad de los equipos más modestos con más litros de gasolina o neumáticos más blandos, entre otras ayudas. Estrenaron ayer la Desmosedici GP15 y se mostraron encantados; al parecer, por fin tiene una moto capaz de girar y hacer un buen paso por curva, el reto de la fábrica italiana desde hace años. Al menos, así lo confirmó Dovizioso.

Quinto y sexto fueron Pedrosa y Rossi (a cuatro décimas de sus compañeros), que habían sido los más rápidos el lunes aunque con tiempos de 2m, 0'5s y 2m, 0'4s, respectivamente. Este martes mejoraron una décima, demasiado poco para alcanzar a los más rápidos. Aleix Espargaró, con su flamante Suzuki, se clasificó entre los diez primeros con un tiempo solo medio segundo más lento que el de la Honda de Márquez, todo un avance.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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