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Rakitic se sabe la contraseña

El medio da un paso al frente y desencalla el ataque azulgrana con un gol y una asistencia

Jordi Quixano
Suárez y Neymar felicitan a rakitic por su gol.
Suárez y Neymar felicitan a rakitic por su gol.Daniel Tejedor (AP)

No era el partido de Leo Messi, que parecía conformarse de inicio con esperar en el costado un balón que costaba en llegar. Tampoco lo era de Neymar, que lleva un mes apagado después de una temporada excelente. Y Luis Suárez se peleaba con su sombra, en ocasiones se excedía como ese brazo que sacó a destiempo sobre la cara de Cala, pero perseguía con denuedo una posición de remate que al fin disfrutó. Así que Rakitic dio un paso al frente en el césped, espontáneo falso 9 como ya hiciera en el Sevilla cuando se colocaba detrás de Bacca para acelerar el fútbol o definirlo. Le salió bien la jugada.

Ausente en el duelo anterior de la Liga ante el Málaga —entró al campo pasada la hora—, echó entonces el Barça de menos un bombardero, alguien que probara fortuna con disparos desde media distancia. Ocurre que cuando los rivales se cierran con dos líneas de cinco en su área, los delanteros rivales deben hilvanar bien fino, con quiebros y pases casi imposibles sobre una baldosa. Y así planteó el duelo el Granada, refugiado en su cueva para tirar de la contra. Pero no contó con Rakitic, que se desligó de su posición de volante en los ataques —jugaba a 20 metros de Mascherano— y que hacía buena esa tesis de Guardiola de que los medios no se instalan en el área contraria sino que la pisan por sorpresa.

“Cuando se marca y das una asistencia está bien, pero siempre me siento muy cómodo. Ha sido un partido completo y quiero seguir así” Rakitic, medio del Barça

De esa forma llegó su tanto, ayudado sobre todo por un Cala que no supo despejar el disparo de Luis Suárez y que le dejó la pelota muerta en boca de gol. “Rakitic nos ha dado velocidad, trabajo, disparo... Es un jugador muy completo que encima tiene la voluntad de ayudar a los demás”, le elogian desde el vestuario. “Ha pasado de ser un señor en el Sevilla a un esclavo al servicio del bien común en el Barça”, le definió hace poco el técnico Miguel Ángel Lotina. Con la diana, el 4 se besó el anillo y corrió hacia el banquillo para abrazarse con su amigo Ter Stegen. “Siempre me pide que le dedique un gol. Hay buen rollo, somos una gran familia”, expuso. Y abundó: “Cuando se marca y das una asistencia está bien, pero siempre me siento muy cómodo. Ha sido un partido completo y quiero seguir así”. Al tiempo, Luis Enrique, que ya se había desahogado con un grito liberador, llamó como siempre hace a Mascherano para retocar desajustes de la defensa.

Puede que el entrenador también le exigiera acabar las jugadas para no avivar las contras rivales. De hecho, Mascherano primero y Xavi después dispararon desde fuera del área. También lo hizo, claro, Rakitic. Estaba en todas el croata, que probó una volea forzada desde lejos y luego un chut con la zurda que atrapó Oier. No hizo diana, pero aclaró que no se lo piensa dos veces, que con un segundo de más arma el disparo y quizá el lío. Por lo que cuando le encimaron, inteligente como fue durante todo el duelo, soltó pases de altos quilates. El primero fue para Messi, que no supo resolverlo; y el segundo, con el interior, de primeras y por encima de la zaga adversa, fue para devolverle una pared a Luis Suárez, que al fin dispuso de su ocasión y, atinado como anda en las últimas fechas, de su gol. No se quedó ahí la cosa porque cuando el Granada redujo distancias, Rakitic asistió en profundidad a Suárez, que se plantó ante Oier y, una vez descontado, le regaló el gol a Messi, que estaba en fuera de juego. Rakitic lo tuvo claro: “Es importante seguir sumando y aquí hemos hecho un gran trabajo”. Sobre todo él.

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