_
_
_
_
_

Welp, héroe del baloncesto alemán

Fallece el artífice del único título europeo de Alemania, decisivo en la eliminación de España y en la final ante Rusia en 1993

Robert Álvarez
Welp, en la final ante el Barça en 1997.
Welp, en la final ante el Barça en 1997.REUTERS

Detlef Schrempf y Dirk Nowitzki son las dos figuras emblemáticas en la historia del baloncesto alemán. Pero su mayor éxito lleva otro nombre y apellido, el de Christian Welp. El pívot de 2,13 metros fue la mano ejecutora de las dos victorias clave que le dieron a Alemania el Eurobasket de 1993. Una canasta suya en la prórroga dejó fuera de la lucha por las medallas a España (79-77) y un dos más uno suyo sentenció la final ante Rusia (71-70). Aquél 4 de julio fue la apoteosis en el Pabellón Olímpico de Múnich donde 11.000 espectadores celebraron el triunfo de la selección anfitriona y rindieron tributo a Christian Welp, elegido el MVP de la competición. Fue el mayor instante de gloria en la carrera de Welp, fallecido el lunes de un ataque al corazón en Seattle, la ciudad donde residía desde que concluyó su carrera profesional en el Reggio Calabria italiano en 1999.

Welp, nacido hace 51 años en Delmehorst (Alemania), se formó como jugador en la Universidad de Washington en cuyo equipo, los Huskies, se erigió en el máximo anotador de su historia. En 1987 fue elegido en el puesto 16 del ‘draft’ de la NBA por Philadelphia Sixers. Jugó tres temporadas en la NBA, dos con los Sixers, y otra repartida entre San Antonio y Golden State.

Los Sixers lo quisieron para formar pareja con Charles Barkley pero en su primer año se rompió una rodilla y eso mermó sus condición física

Los Sixers lo habían reclutado con la intención de que acompañara a Charles Barkley en el interior de la pintura. Welp consiguió ser titular en su primera temporada de novato pero en diciembre, en un partido ante los Bulls de Michael Jordan, se fractura la rodilla. Resbaló sobre la cancha húmeda. El día anterior habían jugado allí los Blackhawks de hockey hielo y el intenso frío y la condensación habían hecho el resto. “Mi rodilla nunca volvió a estar en las mismas condiciones que antes, pero no es una excusa”, manifestó tiempo después Welp. Regresó a Alemania en 1990 y disputó seis temporadas con el Bayer Leverkusen, con el que ganó seis Ligas y tres Copas.

En la temporada 1996-1997 recaló en el Olympiacos. Con el equipo griego consiguió otro enorme éxito al ganar la Euroliga tras vencer al Barcelona por 73-58 en la final disputada en Roma. Tras una temporada en el Alba y otra en el Reggio Calabria se retiró en 1999 y trabajó como ayudante técnico en la selección alemana hasta 1999. Vivía en Seattle junto a su mujer y tres hijos. “Es una pérdida extremadamente triste. Christian es uno de los más sobresalientes deportistas-estudiantes en la historia de la Universidad de Washsington. No solo fue un gran tipo sino un modelo como jugador y como padre y lo echaremos muchísimo de menos”, declaró el entrenador de los Huskies, Lorenzo Romar.

Welp, zurdo, fue uno de los primeros pívots que demostraron su efectividad con el tiro de media distancia e incluso larga distancia. Así consiguió la canasta con la que doblegó a España en los cuartos de final del Eurobasket de 1993

Aquella derrota frustró a una selección española dirigida por Lolo Sainz en la que se juntaron jugadores como Villacampa,Jiménez, Herreros, Orenga, Morales, Azofra, Xavi Crespo, Ferran, los hermanos Jofresa, Antonio Martín y Epi. Las expectativas para España en aquel campeonato eran máximas. No hacía demasiado se habían disgregado las repúblicas de la URSS y Yugoslavia, no compitieron ni Serbia excluida por la Federación Internacional en cumplimiento de las normas decretadas por la ONU-, ni Lituania. Y Croacia se clasificó, pero disminuida por el fallecimiento de Drazen Petrovic y la ausencia de Toni Kukoc, con problemas físicos y en plena negociación para fichar por los Bulls de Chicago. Incluso Alemania compitió también con una importante baja, la de Schrempf, operado de una rodilla.

De ahí que aquella canasta de Welp supusiera la máxima expresión de un revés inesperado en la selección que dirigía Lolo Sainz. Azofra fue concluyente tras el varapalo de la selección, finalmente quinta: “Nos sentimos un poco defraudados. Se podía haber logrado perfectamente la medalla de oro del Campeonato de Europa”. Welp tuvo buena parte de la culpa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_