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Valverde: “Esto es un sueño”

El técnico del Athletic festeja el pase y Sergio González apunta: “No merecíamos este final”

Juan I. Irigoyen
Los jugadores del Athletic celebran el pase a la final.
Los jugadores del Athletic celebran el pase a la final.ALBERT GEA (REUTERS)

Acabado el encuentro, Muniain salió pitando del banquillo para abrazarse con sus compañeros y festejar un triunfo en comunión con la afición desplazada al Power8 Stadium, que festejaba una nueva final en un torneo que se les da de maravilla, pues por algo suman 24 entorchados. “Nos ha salido todo redondo”, manifestó el mediapunta. “Es un sueño, no lo voy a negar”, le siguió el técnico Ernesto Valverde; “jugar una final con el Athletic es algo extraordinario. Lo que significa para mi ciudad, bueno, no soy de ahí pero todos somos de Bilbao, no se puede explicar si no se vive”.

El alborozo del Athletic chocaba con la tristeza del aficionado blanquiazul. Muchos enfilaron el camino a casa en el minuto 80 superados por la desilusión. Pero los que se quedaron aguardaron a voz en grito y con cánticos hasta el final, agradecidos con el equipo por haberles dado la oportunidad de disfrutar de la semifinal. Tal fue el ahínco de la hinchada que a los jugadores, entre gestos compungidos y de culpa, no les quedó otra que dar una especie de vuelta olímpica regalando aplausos y las camisetas. También se quedó a pie de césped Sergio González. “El aficionado nos ha dado mucho, ha hecho un gran esfuerzo durante la previa y el partido. Nos ha faltado responderles, solo nos quedaba mirarles a la cara y pedir perdón”.

Son los favoritos, pero para nosotros es una oportunidad; vamos a movilizar a más gente que ellos” Ernesto Valverde, entrenador del Athletic

Perdió Valverde en 2005 como entrenador del Athletic una semifinal por penaltis contra el Betis, una espina que anoche se sacó: “Es importante porque en aquella ocasión no lo pude conseguir. Y en esta eliminatoria tuvimos un momento de debilidad que el Espanyol no supo aprovechar en la ida”. Lo mismo opinó San José: “Ellos pudieron sentenciar en Bilbao, pero el gol de Aduriz, aquí, les hizo mucho daño”. Ahora miran al futuro, al Barça. “Son los favoritos, pero para nosotros es una oportunidad y estoy seguro de que vamos a movilizar a más gente que ellos”, reflexionó Valverde.

“Costará superar esto”, señaló Sergio González; “no hay argumento para consolarnos. Hemos empezado demasiado tranquilos y creíamos que el resultado era mejor el que traíamos”. Más explícito fue Sergio García: “Hay días en lo que todo te sale mal”. Recogió el testigo el entrenador, satisfecho al menos por llenar el estadio: “Me sabe mal por los jugadores. Habíamos hecho una buena competición y no nos merecíamos este final. Pero el tiempo cura las heridas”.

La fiesta vuela a Bilbao

Cerca de 300 aficionados esperaban, a la salida del hotel donde estaban concentrados, a los jugadores del Espanyol, muchos con el móvil en la mano. Había que dejar registrado el inicio del paseo de los muchachos de Sergio González, camino de la vigésima semifinal de la Copa del cuadro blanquiazul. A la orilla del estadio, en medio de una humareda interminable de bengalas, asomó el autocar. Era el gran bautismo del Power8 Stadium. Desde que el estadio de Cornellà abrió sus puertas en el 2009, nunca había alojado un partido tan trascendente.

En el estadio un mosaico blanquiazul y dos banderas, una en cada gol —en la Curva Jove, una corona de laurel; en la otra banda, la portada del disco de Madness, One step beyond (un paso más allá), con la Copa—. Se les atragantó la jarana a los 34.831 hinchas del Espanyol (la mejor entrada de la temporada). Una vez que el árbitro pitó el comienzo del partido, los chicos de Sergio se arrinconaron cerca de su portero, Pau, especularon con el resultado de la ida en San Mamés (1-1) y descuidaron a todo un conquistador de porterías: Aduriz.

Al artillero del Athletic no le pesó nunca el partido, ni la eliminatoria. Ya en Bilbao había mostrado con una vaselina exquisita que, a sus 34 años, su poder goleador no se oxida. Y ayer antes del cuarto de hora el 20 rojiblanco, aprovechó un mal despeje de Héctor Moreno, controló el balón en la medialuna y con un disparo cruzado selló el 0-1. Después Etxeita se elevó más que nadie para marcar el segundo tanto. Pero el camino para los hombres de Ernesto Valverde ya estaba marcado. Irregular esta temporada en la Liga, el Athletic se aferra a su vieja mística copera, mientras descansa en su interminable goleador.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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