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Brillante pasado, futuro prometedor

Ramón Cid, director técnico, dice que la actuación española estuvo “por debajo de lo previsto”

Carlos Arribas
Torrijos celebra su plata en triple salto.
Torrijos celebra su plata en triple salto.V. Xhemaj (EFE)

Gracias a Lavillenie pueden los franceses, aparte de sentirse orgullosos de su chaval, el mejor pertiguista del mundo, saber que para saltar más de seis metros hay que utilizar pértigas de fibra de carbono de 5,20m que, colocadas horizontales sobre dos soportes y con una pesa de 25 kilos colgada del centro, se doblan en un arco de 13,6 centímetros. Los ingleses, gracias a la magnífica y jovencita Katarina Johnson-Thompson, saben que tienen una gran atleta de combinadas, capaz de sumar 5.000 puntos redondos, ni una calculadora, en el pentatlón, y que este se compone de una carrera de 60 metros vallas, otra de 800 metros y concursos de altura y longitud y peso. Ambos batieron el récord de los campeonatos (una pura coincidencia para el francés, que eligió saltar 6,04m, un centímetro más que su marca, porque estos de Praga eran los cuartos Europeos en pista cubierta que ganaba consecutivamente), a ambos se les puede considerar los reyes de los Europeos.

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Praga enseñó a Europa que tiene tres hermanos, los Borlee (Dylan, Jonathan y Kevin), que corren mucho, que corren tanto que entrenados por su padre y con el añadido de Julien Watrin y con una magnífica liebre polaca batieron el récord europeo de 4x400 en pista cubierta (3m 2,87s). Praga, en fin, le recordó al atletismo español que tiene un pasado que no está mal y un futuro prometedor.

Y le invitó a conocer una especialidad que sonaba exóticamente a prehistórica, el triple salto, que se compone de 18 zancadas a toda velocidad y luego un hop, un step y un jump, que Pablo Torrijos, un chaval de Castellón educado en un colegio de la diputación por un apasionado siciliano de Siracusa llamado Claudio Veneziano, interpreta con velocidad y ritmo. Ha aumentado tanto la primera que con el mismo tiempo de vuelo recorre en el aire un metro más que el año pasado, repartido en tres arcos, un 36% de los 17,25m reales (17,04m oficiales, pues se miden desde la línea de plastilina no desde el lugar de la primera batida), es decir 6,21m, en el hop, un 300% en el step (5,175m) y un 34% en el jump que aterriza en la arena (5,865m).

“Y vienen tiempos duros”, dijo Cid. Este verano toca Mundial al aire libre y, en 2016, en pista cubierta y Juegos Olímpicos

Pablo Torrijos, parte del presente, es también el futuro más cercano (y el ausente Eusebio Cáceres, y el especialista en combinadas Jorge Ureña, séptimo a los 21 años, y fondistas y medio fondistas que no fueron a Praga pero crecen en la periferia), pero el resto del presente, como dijo Ramón Cid, profético director técnico de la federación, interpretaron una actuación “por debajo de lo previsto”. “Hemos estado por debajo de las previsiones”, dijo Cid, quien una semana antes de los campeonatos ya previó que las medallas serían complicadas, pero que habría un bueno número de finalistas, el baremo que mide la densidad atlética de un país. Finalmente España ganó dos platas, la “valiente y clave”, dijo Cid, de Indira Terrero en los 400m y la de Torrijos. Y nueve fueron los finalistas (dos cuartos, dos quintos, un sexto, un séptimo y un octavo). En el medallero ocupa la plaza 18ª. Son los peores números del equipo desde París 94 (una medalla, seis finalistas), los segundos peores de los últimos 31 años, desde Gotemburgo 84 (tres finalistas).

“Y vienen tiempos duros”, dijo Cid, recordando que este verano toca Mundial al aire libre y en 2016 habrá Mundial en pista cubierta (Portland, EE UU) y Juegos en Río. “La valoración individual ha sido heterogénea. Ha habido actuaciones flojas, algunas previsibles como el medio fondo, deficiente, una actuación históricamente floja, y buena clase media. Torrijos, Indira y Jorge Ureña han estado excepcionales; hay que recordar también más que nunca a Ruth Beitia [quinta en altura], que tiene el derecho a hacer lo que quiera, hasta a fallar, y este es el momento de reconocer su valor. Y también quiero destacar a otro veterano, a Jesús España [cuarto en 3.000m], quien debería dar clases a todos los jóvenes que quieran ser atletas”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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