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McLaren, angustiado y preocupado

El equipo británico se presenta en Melbourne sin Alonso y con un coche apenas rodado

Oriol Puigdemont
Kevin Magnussen, sustituto de Alonso, en Melbourne.
Kevin Magnussen, sustituto de Alonso, en Melbourne.M. Fairclough (AFP)

El indicativo que refleja de forma más evidente que Fernando Alonso ya está casi completamente recuperado del susto más grande de su vida es su perfil personal de Twitter, que ya vuelve a destilar esa ironía, ese sarcasmo y ese punto de agresividad de siempre. Al mismo tiempo, los cinco días que la cuenta @alo_oficial estuvo inactiva son otro indicio de la preocupación del español y todo su entorno a lo largo de aquella angustiosa última semana de febrero. En aquel accidente de la tercera curva de Montmeló, Alonso perdió la memoria de los últimos 20 años y tardó una semana en recuperarla. Superado el mal trago, ahora hasta se atreve a poner en marcha una especie de juego a través de las redes en el que anima a sus seguidores a bromear sobre aquello que le ocurrió.

La tanda más larga que completó en invierno el MP4-30 fue de 15 vueltas

Por más que los médicos y hasta su jefe en McLaren, Eric Boullier, certifiquen la pérdida de memoria, él lo niega hasta las últimas consecuencias. Esa es su habitual forma de quitarle hierro a un episodio que, estando ingresado en el Hospital General de Cataluña, donde pasó tres noches, le aterrorizó. A él, a su entorno más próximo y también a la gente de McLaren, que en vez de aclarar las múltiples dudas alrededor del suceso todavía lo enmarañaron más. Aún hoy son un misterio las circunstancias que le llevaron a estrellarse contra el muro de una forma tan extraña.

La caravana del Mundial ya está en Melbourne, donde este domingo se vuelve a poner en marcha un nuevo campeonato que arrancará sin una de sus principales estrellas. Alonso, que en Australia será sustituido por el danés Kevin Magnussen, tiene previsto reincorporarse en Malasia (29 de marzo). Se trata de una forma de ganar tiempo con tal de regresar en plena forma —lleva días intensificando su entrenamiento físico—, a la vez que le concede un poco más de margen a McLaren para intentar ensamblar un coche que sea capaz de dar un mínimo de 20 vueltas sin quedarse frito —la tanda más larga en invierno fue de 15—. Se da la circunstancia de que el principal dolor de cabeza de la escudería británica es la unidad de potencia que incorpora el MP4-30. Y ya no tanto el propulsor en sí, sino más bien la poca experiencia de los ingenieros que Honda ha destinado al proyecto. Desde Ron Dennis, el patrón de la compañía de Woking, hasta Alonso, se han hartado de referirse a los éxitos cosechados a finales de la década de los ochenta por McLaren-Honda. Sin embargo, los japoneses que capitanearon aquella alianza por parte de la marca del ala dorada ya no están en primera línea; muchos son ejecutivos al frente de otros departamentos y también los hay que ya no están en la empresa. El destacamento actual de Honda necesita tiempo para adaptarse a la dinámica propia de un equipo de carreras porque, según fuentes de McLaren, los estándares de los japoneses son muy básicos.

El tiempo que reclama el equipo es inversamente proporcional al que tiene su principal estrella, Fernando Alonso

Aislando el percance sufrido en Montmeló y siempre dando por descontado que no traerá más consecuencias, el tiempo que reclama el equipo es inversamente proporcional al que tiene su principal estrella, que cuenta con 33 años y que se ha pasado los últimos cinco en Ferrari, a la espera de un prototipo de garantías que nunca llegó. La cuestión pasa por saber si la decisión de abandonar Maranello para regresar a Woking es acertada, algo que solo el tiempo dictaminará. A simple vista, lo que parece es un cambio de lo más arriesgado que le somete a más presión de la que nunca ha tenido que soportar antes: Alonso es el piloto mejor pagado de la parrilla —su sueldo supera los 30 millones anuales— y el pilar principal de un proyecto que puede definir el futuro de la segunda estructura más universal de la F-1.

“El coche es bueno, muy bueno. Tiene mucho potencial, el chasis transmite mucha más confianza que los de los últimos años.”, aseguró Jenson Button, compañero de Alonso, después de bajarse del monoplaza el primer día de test en Jerez. ¿Y cómo se puede medir eso? Pues por los comentarios del corredor. “Al salir de las curvas puedo pisar el acelerador sin miedo y eso es algo que las últimas versiones no me permitían”, subraya Button. Llegados a este punto, ahora falta lo más difícil, conseguir que el motor empuje, algo que según los técnicos de McLaren difícilmente se logrará antes de Hungría (26 de julio).

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