_
_
_
_
_
VELA | VOLVO OCEAN RACE
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Al sol, como los caracoles

Xabi Fernández, durante la última etapa de la Volvo Ocean Race.
Xabi Fernández, durante la última etapa de la Volvo Ocean Race.TEAM MAPFRE

Estamos en la etapa que nos lleva de Nueva Zelanda a Itajaí, en Brasil. La verdad es que han pasado ya un montón de días, pero han pasado muy rápidos, volando. Ha sido una semana intensa, ya que comenzamos todos muy juntos y nada más salir, cuando todavía teníamos la cola del famosos ciclón Pam que tanto viento trajo a todo el Pacífico y por el se atrasó la salida de la etapa, empezamos a avanzar bastante rápido. Enseguida se vieron diferentes opciones: Brunel y Alvimedica iban más al Norte, nosotros con Dongfeng y las chicas del SCA más al Sur, y el Abu Dhabi empezó con nosotros y acabó yendo hacia el Norte también.

Al contrario que en otras etapas y ya como se preveía, ante un mar tan abierto como el Pacífico Sur, ha habido más separaciones esta semana que en todo lo que llevamos de regata. Al principio daba un poquito mejor por el Norte y teníamos bastante mala pinta, pero después, poco a poco, nuestra opción ha ido cogiendo fuerza hasta ponernos líderes. Ya llevamos 24 horas como líderes y mucho mejor así.

Xabi Fernández observa el panel de control del Mapfre.
Xabi Fernández observa el panel de control del Mapfre.TEAM MAPFRE

Hemos tenido un poquito de todo: mucho viento al principio, un poquito de ceñida de viento medio después y luego entró la primera borrasca. Hemos tenido tres o cuatro días entre 25 y 35 nudos, (hasta 40) de popa, y creo que ha ido bastante bien. Vamos conociendo el barco cada vez más ya que esta edición, insisto, empezando tan tarde no tuvimos tiempo para prepararnos ni para encontrar condiciones como las que hemos encontrado aquí. Para todos es la primera vez que navegamos con tanto viento de popa y el balance es positivo, aunque hayamos tenido algún pequeño problema. Los demás también los habrán tenido porque en realidad cada día de viento les hemos ido cogiendo.

Hoy es un día un poco raro porque ha bajado el viento, como se esperaba, y tenemos un día soleado, con muy poquito viento. Estamos todos un poco como los caracoles: al sol, intentando secar un poco la ropa y todo el barco; comer y comer de más, ya que a partir de pasado mañana o incluso mañana a última hora ya empezará a haber mal tiempo. A bordo todo bien, nadie se ha lesionado; pequeñas averías que hemos ido reparando.

Por otro lado hoy también hemos llegado por fin a la puerta de hielo, una línea en el 50º Sur que tenemos que dejar siempre al Norte y que hace que la estrategia vaya cambiando. Si no estuviera esa puerta obviamente seguiríamos rectos y tendríamos muy buena pinta con respecto a los rivales. Hay que dejar la puerta por estribor para que todavía se contraiga todo más y estemos más juntos. Quizás nos pasen la proa ellos o quizás la pasemos nosotros, pero estamos todos muy juntos, que es lo importante, porque todavía queda medio océano Sur, de la puerta de hielo a Cabo de Hornos, donde habrá que apretar y ahí sí empezará el asunto a definirse un poquito más.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_