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DIARIO DEL PALOMERO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lalo, Johan, Carla y Cristiano

Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles ante el Granada.
Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles ante el Granada.J. Medina (REUTERS)

30/03 Lunes

Comienza la Semana Santa con los ecos de un fin de semana donde los hasta ahora valores más seguros del deporte español han emitido señales preocupantes. Durante unos cuantos años hemos sacado pecho regularmente con las hazañas de las selecciones futboleras y baloncestísticas, los torneos de Rafa Nadal, las habilidades de Fernando Alonso o los adelantamientos suicidas de nuestros moteros. A día de hoy, ninguno de los baluartes sobre los que se asentó el llamado milagro español goza de buena salud. Ni mucho menos. La selección de fútbol está como está, la de baloncesto vive entre dudas sobre quién la dirigirá y quiénes se declararán dispuestos a formar parte de ella; Rafa Nadal cojea de confianza, una de sus grandes fortalezas; Alonso va de conflicto en conflicto y por primera vez en diez años ningún motorista español se subió al podio en un gran premio. Ninguna de estas cuestiones es definitiva, y de ninguno de estos protagonistas se puede afirmar rotundamente que se le ha terminado el carrete, pero da la sensación de que esa conjunción astral que provocó que mirásemos donde mirásemos viésemos dominio y triunfos comienza a declinar. No es nada grave, pues nada es eterno. Simplemente nos tenemos que acostumbrar a ser mortales de nuevo. Y de paso, mirar hacia el deporte femenino.

Nadal, en su último partido ante Fernando Verdasco
Nadal, en su último partido ante Fernando VerdascoM. Stockman (AFP)

31/03 Martes

Días después de darse la voz de alarma y declararlo desaparecido, ha aparecido el cadáver de Lalo García en el Pisuerga. Una terrible noticia para su familia, amigos y todos aquellos aficionados vallisoletanos que durante muchos años le tuvieron en un pedestal.

Homenaje a Lalo García antes del MyWigo Valladolid-Força Lleida.
Homenaje a Lalo García antes del MyWigo Valladolid-Força Lleida.N. Gallego (EFE)

Hay jugadores que consiguen eso que se llama la identificación con un club, algo cada vez más complicado, y que consiste en que simplemente con pronunciar un nombre, este venga asociado con una camiseta. Lalo fue uno de ellos y durante muchos años se convirtió en santo y seña del entonces Fórum Valladolid. Es curioso, por no llamarlo retorcido, cómo el Fórum Filatélico posibilitó primero con su patrocinio que Valladolid fuese plaza de alcurnia en el baloncesto español, y luego, con el desfalco que protagonizaron, se llevaron por delante ahorros e ilusiones de mucha gente. Lalo lo sufrió doblemente, como inversor y también como captador de fondos de gente cercana, pues trabajaba allí desde su retirada. Por lo que cuentan, a partir de entonces le costó enderezar su vida. Se hizo director deportivo de su equipo de siempre, y acabó pitado por los mismos que antes le aplaudieron. Hoy su historia se ha cerrado de una forma dramática y solo queda lamentarlo y enviar un abrazo a su familia.

Johan Cruyff.
Johan Cruyff.K. v. Weel (EFE)

01/04 Miércoles

Me encanta Johan Cruyff. Fui muy fan suyo en su etapa como jugador, hasta el punto que aunque fuese a otro deporte, jugaba con el 14 como él. Dejó la cancha y se ubicó en la banda, donde la impronta que dejó fue enorme. Hace tiempo que decidió retirarse y ahora se dedica a vivir la vida, jugar a golf, colaborar en causas sociales y sobre todo, abrir la boca sin ningún tipo de pudor, con la desinhibición que te dan los años, el ser quién eres y también, por qué no decirlo, creerte estar por encima de todo y de todos. De vez en cuando se mete en algún jardín, pero como me dijo una vez un periodista catalán, a Johan hay que escucharle siempre. La última ha sido decir que el estilo actual de Holanda le da dolor de ojos. Una vez más coincido con él. Para todos los que en un momento de nuestras vidas fuimos incondicionales de los holandeses y su forma de entender el fútbol, su deriva hacia lo industrial resulta una traición. Lo mismo se puede decir de los brasileños, que en un nefasto momento optaron por el resultado antes que por el estilo que llevan en la sangre. El partido de ayer entre holandeses y españoles confirma una vez más que Cruyff no va desencaminado y las similitudes con tiempos pasados se terminan en el color de la camiseta. El problema es que enfrente han tenido a unos a los que últimamente y con demasiada frecuencia, también nos cuesta reconocer.

02/04 Jueves

El deporte femenino español sigue sumando nombres a su primera línea competitiva, que crece sin parar. Desde Miami llegan grandes noticias, pues Carla Suárez se ha plantado en la final de todo un Master 1000 y pase lo que pase, el lunes será Top Ten. Desde los tiempos de Arancha Sánchez Vicario y Conchita Martínez, la edad de oro de nuestro tenis femenino, no se había visto cosa igual. No le ha resultado fácil ni mucho menos, y su velocidad de maduración ha sido quizás más lenta de la esperada, pero ahí está, peleando de tú a tú con las fieras competitivas que andan por el circuito femenino. A ver si remata la faena en la final, complicada tarea pues si bien doblegó a Venus Williams, le espera la otra, la buena, la superwoman Serena.

Carla Suárez sirve en el partido ante Andrea Petkovic, en el Masters de Miami.
Carla Suárez sirve en el partido ante Andrea Petkovic, en el Masters de Miami.M. Stockman (AFP)

En su enésimo enfrentamiento, Barça y Real Madrid se han vuelto a ver hoy las caras en el Palau, deparando un partido clásico, visto unas cuantas veces en los últimos tiempos y que termina resolviéndose por pequeños detalles o jugadores que entran en ignición en el momento oportuno como le ha ocurrido hoy a Hezonga. Es tal la frecuencia con la que se enfrentan que resulta cada vez más difícil sorprenderse con algo. No parece que sea la mejor forma para dotar de excepcionalidad un partido entre estos dos históricos rivales, pero cuatro competiciones al año y la superioridad demostrada por ambos con respecto al resto hace que una y otra vez estén condenados a encontrarse. Sin ir más lejos, en diez días toca otro.

03/04 Viernes

Las temporadas son cada vez más largas e intensivas, por lo que resulta fundamental el lograr que los biorritmos individuales y colectivos lleguen a su época más eficaz cuando el calendario lo requiere. En algunos deportes resulta altamente complicado, pues si el sistema es de liga, la misma importancia tiene el primer partido que el último, aunque se suele argumentar que esas ligas se pueden perder de septiembre a marzo pero se deben ganar en abril y mayo. En baloncesto, en cambio, la cosa no tiene vuelta de hoja. Cuando hay que estar fino es a partir de mediados de abril, donde se juegan casi todas las habichuelas, se llamen Euroligas, Ligas domésticas o NBA. En los últimos años hay un equipo que maneja excelentemente este asunto, y no es otro que los San Antonio Spurs, finalistas en 2013 y campeones en 2014. Un equipo lleno de veteranos y algunos veteranísimos, como Duncan o Ginobili, que ya no están para gastar energía en alardes inútiles. Por eso de octubre a febrero van al tran-tran, no les importa que a pesar de ser los poseedores del anillo, no se les haga mucho caso. Pero llega marzo y es el momento de entonar el “aquí estamos de nuevo”. Su récord de 17-3 desde finales de febrero (9-1 en los diez partidos) es todo un aviso para navegantes, y sospecho que aunque es probable que vayan a jugar casi todo el playoff con desventaja de campo, nadie les quiere ver ni en pintura. Y no me extraña, pues cuando están sanos, juegan un baloncesto colectivo y solidario que se debería estudiar en los colegios. Como no hay ninguna prohibición para poder tener dos caballos en la carrera de los playoffs que comienza en poco más de dos semanas, los míos lo tengo claro. Los hombres de negro de San Antonio y el maravilloso Stephen Curry y sus Golden State Warriors. Con estos dos equipos y como decía Iker Casillas, me siento seguro.

Serena Williams con el trofeo de ganadora del Masters de Miami, ante la finalista Carla Suárez y la extenista Martina Navratilova.
Serena Williams con el trofeo de ganadora del Masters de Miami, ante la finalista Carla Suárez y la extenista Martina Navratilova.G. Burke (USA Today)

04/04 Sábado

Existen deportistas que suponen un salto evolutivo en lo que se refiere a condición física. Cristiano Ronaldo, un cíborg con alma de velocista y abdominales de acero es uno de ellos. Lebron James, que asusta solo con acercarte a él y sentir su musculatura de acero corten es otro. Serena Williams entra también en esta categoría de gente en la que se advierte que la lógica mejora en las condiciones físicas, sean naturales o forjadas en el gimnasio, ha dado un paso más largo de lo habitual. Su juego, sea en un campo de fútbol, baloncesto o pista de tenis, se basa en sus apabullantes cuerpos y lo que son capaces de hacer con ellos, que a veces convierten a sus rivales en muñecos de trapo. Algo así le ha ocurrido a Carla Suárez en la final del Master 1000 de Miami, donde Serena le ha pasado por encima. Esta no es mi guerra, pensará Carla, y no le falta razón. Menos aún como para que la paliza recibida le arranque la sonrisa de la cara, pues el salto cualitativo dado esta semana ha sido realmente importante.

05/04 Domingo

Que un equipo de fútbol meta 9 goles es siempre noticia. Que un jugador logre cinco, también. Que sea un equipo como el Madrid, seguido planetariamente, multiplica su efecto mediático. Que el de los cinco goles se llame Cristiano Ronaldo completa un cuadro que desde esta mañana poblará todo el universo informativo. Lo necesitaba el Madrid y también lo necesitaba Ronaldo, cuyo entendimiento del juego coloca sus goles en el primer lugar de sus prioridades. Nadie es perfecto, que diría aquel, y si es verdad que a Cristiano le puede su yoyismo, también es cierto que a partir de su voracidad el Madrid se convierte en un equipo capaz de todo.

Carolina Marín celebra su victoria ante la china Li Xuerui en el Open de Malasia de bádminton.
Carolina Marín celebra su victoria ante la china Li Xuerui en el Open de Malasia de bádminton.J. Paul (AP)

Mientras Carolina Marín está que se sale y vuelve a ganar un torneo de bádminton, esta vez en Malasia (este paso terminaremos por ser expertos de esta especialidad) Djokovic ha convertido sus triunfos en algo rutinario. Ni siquiera su reciente paternidad le ha distraído, sino todo lo contrario. Con Rafa Nadal enredado, Federer desafiando como puede el paso del tiempo y Murray empequeñecido cada vez que se enfrenta al número uno, la distancia que separa a Nole del resto parece agrandarse cada semana. Tanto que incluso siendo su territorio más complicado, muchas cosas tienen que cambiar para que el único gran título que le falta, Roland Garros, no caiga en sus manos en unas cuantas semanas. Una nueva y milagrosa recuperación de Nadal, por ejemplo.

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