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Felline gana la segunda etapa de la Vuelta al País Vasco

Los ciclistas se plantaron cinco minutos en la salida por la caída del lunes en Bilbao

Felline, de blanco, gana en Vitoria la segunda etapa de la Vuelta al País Vasco.
Felline, de blanco, gana en Vitoria la segunda etapa de la Vuelta al País Vasco.A. R. de Hierro (EFE)

Hay partidos de fútbol que se han visto mil veces; hay etapas ciclistas que se han visto cinco mil. Nada hay más dañino para el deporte que la rutina y el ciclismo moderno es rutinario por naturaleza. El guion es terriblemente previsible. Pongas los puertos de montaña que pongas (ayer tachuelas, en su mayoría), todo conducirá a la tanda de penaltis para librar el desempate entre los intrépidos y los científicos. Los intrépidos tienen planes menores. Por ejemplo, Amets Txurruka se zampó 153 kilómetros de escapada junto a cuatro colegas, que luego se quedaron en dos (Reichenbach y Verbaecke) con el único objetivo de lograr el maillot de lunares de la montaña, cosa que consiguió a costa de su compañero Omar Fraile que lo había obtenido el lunes en otra fuga. Al menos, Txurruka consiguió lo que buscaba televisión aparte). Sus colegas se dieron idéntica pechada para nada. El pelotón jugaba con ellos como juegan los osos que esperan a que los salmones remonten el río exhaustos. A veces ni los cogen a la primera, sino que juguetean con ellos como el más vil de los verdugos juguetea con su víctima.

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Pero Txurruka y los suyos (al principio también estaban Hupond y De Weert) cuando lograron diez minutos de ventaja sin que en el pelotón se moviera una brizna de aire. Quizás aún continuaba el parón de protesta que los ciclistas hicieron en la salida de Bilbao por la caída del día anterior que acabó con cinco abandonos y algunos ciclistas en el hospital. La culpa la tuvieron unos bolardos mal señalizados. Los bolardos, de hierro o metal, se utilizan para balizar los contenedores o para evitar que los coches se suban a las aceras en su desesperada busca de aparcamientos imposibles. Los servicios de urgencias, sin embargo, están llenos de roturas de tibias o caídas inesperados por tan artísticos instrumentos disuasorios.

Clasificaciones

2ª etapa (Bilbao-Vitoria, 175,4 kilómetros):

Clasificación General:

1. Fabio Fellini (ITA/Trek Factory) 4h32:32

2. Michael Matthews (AUS/Orica GreenEdge) m.t.

3. Tony Gallopin (FRA/Lotto Soudal) m.t.

4. Michal Kwiatkovski (POL/Etixx-Quick-Step) m.t.

5. Phillipe Gilbert (BEL/BCM) m.t.

6 Kevin Reza (FRA/FDJ) m.t.

7. Julien Simon (FRA/Cofidis) m.t

8. Peio Bilbao (ESP/Caja Rural) m.t.

9. Valerio Agnoli (ITA/Astana) m.t.

10. Gianni Meersman (BEL/Etixx-Quick Step) m.t.

1. Michael Matthews (AUS/Orica GreenEdge) 8h29:39

2. Michal Kwiatkovski (POL/Etixx-Quick-Step) m.t.

3. Fabio Fellini (ITA/Trek Factory) m.t.

4. Tony Gallopin (FRA/Lotto Soudal) m.t.

5 Kevin Reza (FRA/FDJ) m.t.

6. Julien Simon (FRA/Cofidis) m.t

7. Valerio Agnoli (ITA/Astana) m.t.

8. Peio Bilbao (ESP/Caja Rural) m.t.

9. Dani Moreno (ESP/Katusha) m.t.

10. Petr Vakoc (RCH/Etixx-Quick Step) m.t. EFE

Así que los ciclistas de plantaron cinco minutos junto al Guggenheim. Poco después se dieron cuenta de que los fugados tenían 10 minutos de ventaja. Y el pelotón se miraba como mira hacia abajo quien sabe que ha cometido una falta. Stephens, el director del Orica, decía que ellos ya habían ganado una etapa... así que le tocó a Movistar aligerar el ritmo, olvidando los bolardos, "porque nos interesaba más que la carrera estuviera viva más que el hecho de derribar la escapada". No fuera a ser que Nairo Quintana se alejara del triunfo por una tontería...

Devuelto el orden llegó la rutina. Kilómetros y kilómetros, subir, bajar, llanear, cazar a los fugados a 15 kilómetros de la meta, volar después y apretar los dientes para el sprint. Arrancó el primero el italiano Felline, el cuerpo encorvado, ancho, los brazos en uve, la cabeza apoyada en el manillar. Por detrás sobresalía el cuerpo, más elevado de Matthews, el líder y candidato al mismo tiempo. Por encima del blanco encorvado del maillot de Felline, se asomaba el sol amarillo del jersey de líder del australiano. Pero Felline, mordiendo el manillar, aguantó las pedaladas necesarias y se impuso en la meta de Vitoria y saltándose la monotonía de una etapa condenada a la rutina. Su última pedalada fue su último penalti.

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