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EL DIARIO DEL PALOMERO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Leyes, nuevos tiempos y lecciones de vida

Como cada lunes y jueves, Juanma Iturriaga analiza los principales temas de la actualidad con su peculiar óptica

Partido de Euroliga entre Unicaja y Laboral Kutxa.
Partido de Euroliga entre Unicaja y Laboral Kutxa.Jorge Zapata (EFE)

09/04 Jueves

Las tenistas Carla Suarez y Garbiñe Muguruza renuncian a participar en la eliminatoria de la Copa Federación, la Copa Davis femenina, que se debe jugar próximamente en Argentina. Ambas aducen cuestiones de preparación y calendario, que traducido quiere decir que anteponen su carrera personal a la llamada para representar a su país. Ni son las primeros casos, ni serán las últimos, incluso grandes figuras y referentes nacionales como Rafa Nadal o Pau Gasol han renunciado en alguna ocasión. El objeto de mi apunte no es la crítica hacia ellos, pues considero que están en su pleno derecho de acudir o no según les plazca o consideren oportuno, que los tiempos del servicio militar obligatorio ya quedó afortunadamente atrás, sino en la todavía existencia de un articulo de la ley del deporte, más concretamente el 47.1, que dice así: “Es obligación de los deportistas federados asistir a las convocatorias de las selecciones deportivas nacionales para la participación en competiciones de carácter internacional, o para la preparación de las mismas”. Vamos, que quizás es hora de quitarlo para no dejar fuera de la ley a tanto deportista.

La honestidad deportiva, en algunas ocasiones puesta en entredicho, se reivindica doblemente en la última jornada del Top 16 de la Euroliga. Los turcos del Efes y el Laboral Kutxa se juegan la última plaza para los playoffs de cuartos de final en uno de los grupos, y casualmente ambos tienen como rivales a equipos de su misma nacionalidad, Fenerbahce y Unicaja, a los que no les va nada en el envite. En lugar de hacer mutis por el foro o dejarse llevar por algún sentimiento de afinidad geográfica, ambos compiten al máximo, los partidos se juegan a cara de perro y en ambos casos el resultado es adverso para aquellos que tenían la oportunidad de clasificarse, lo que sin duda dignifica la competición.

Bubba Watson cede la chaqueta a Jordan Spieth.
Bubba Watson cede la chaqueta a Jordan Spieth.Chris Carlson (AP)

10/04 Viernes

Ha comenzado el Masters de Augusta de golf y Carlos Arribas hace una excelente radiografía de la evolución de este deporte en su crónica titulada Este golf ya no es el suyo. Hubo un tiempo donde lo único importante era el propio juego, y lo demás sobraba o carecía de trascendencia. Desde hace años ha entrado en la ecuación otro factor, que podíamos llamar la imagen, que hace que la mayoría de protagonistas se empeñen tanto en embocar la pelotita en el agujero como en que les saquen una foto besando a su mujer o cogiendo en brazos a sus hijos. Igual es el efecto del descenso a los infiernos deportivos y el rechazo social que padeció Tiger Woods cuando se supo que no era tan buen chico como parecía. “Universo pasteurizado”, que llama Arribas, “deporte que en vez de crear ídolos juveniles parece empeñado en generar personajes ñoños, sin compasión ni respeto”. Y uno se pregunta qué pensaría de todo esto Seve Ballesteros, que hoy hubiese cumplido 58 años y al que todas estas cuestiones de imagen le traían al pairo.

La frase del día la suelta Luis Enrique, entrenador del Barça. “Los jugadores suelen decidir las rotaciones, quién juega, quién va convocado, qué modelo o sistema vamos a utilizar y qué presión hacer. Es normal que lo decidan todo los jugadores, si se gana. Si se pierde, el que decide soy yo”. Aunque cada vez que se sienta delante de los medios de comunicación Luis Enrique parezca más incómodo que Rajoy hablando de Bárcenas, hay que reconocer que su definición de lo que es ser entrenador hoy en día es de lo más acertada.

Lauren Hill.
Lauren Hill.GETTY

11/04 Sábado

Descubro la historia de Lauren Hill, jugadora de baloncesto norteamericana que hoy ha fallecido a causa de un cáncer cerebral. Con dieciocho años le diagnosticaron la enfermedad, nada corriente e inoperable. De la noche a la mañana, su esperanza de vida quedó reducida a uno, dos años máximo. Le escucho en un video y me estremece como habla de su enfermedad y de la proximidad de su muerte, a la que dice no temer por ella misma, sino por el sufrimiento que traerá a sus seres queridos. El tiempo que le quedaba, Hill lo dedicó a dos objetivos: Cumplir su sueño de jugar en la NCAA, lo que consiguió por primera vez ante 10.000 espectadores que le ovacionaron durante más de dos minutos puestos en pie y recaudar fondos para la lucha contra su enfermedad consiguiendo más de un millón de dólares. Para mí igual no van a valer, pero sí ayudarán a otros, dice Lauren mientras provoca que se me ponga un nudo en la garganta. Metido en estos asuntos de vida y muerte, recuerdo otro video que se hizo viral hace poco a cuenta del accidente del avión que se estrelló en los Alpes. En él un superviviente de la caída en el río Hudson de otro avión hace seis años cuenta lo que le pasó por la cabeza a partir de que el comandante dijo por megafonía a los pasajeros que se preparasen para el impacto. Creyendo que iba a morir, tres ideas le vinieron a la cabeza, que afortunadamente ha podido poner en práctica al salvarse. Una más que interesante guía de vida.

12/04 Domingo

Mientras el barcelonismo se pregunta como fue posible que ayer se dejasen dos puntos en Sevilla después de ir ganando 0-2 jugando como los ángeles, y los madridistas desayunan felices viendo a sus rivales a tiro, en China las cosas de la F1 siguen igual. Que se celebre que Alonso termine la carrera en el puesto 12 es todo un síntoma de la situación actual. Necesitado tanto el aficionado como los medios de comunicación de algo a lo que agarrarse, se esgrime futuras mejoras vete tú a saber para cuando que ayuden a sobrellevar una realidad que hace unos meses hubiese sido catalogada poco menos que como desastrosa. Que las cosas vayan igual o parecido para Fernando Alonso de un año para otro es una mala noticia. En el caso de Marc Márquez, todo lo contrario. En Austin volvió por las andadas, o sea, a ganar y de paso despejar dudas. Es lo que tiene arrasar en un campeonato como hizo el curso pasado. Luego no ganas una carrera y al personal le entran los nervios.

En el Palacio de los Deportes, en el enésimo Real Madrid-Barcelona de la temporada (van seis y podrían llegar a doce) hemos asistido a la explosión de una bomba atómica llamada Carroll, que ha terminado reduciendo a cenizas a los azulgranas en diez minutos enloquecidos de productividad. La exhibición ha sido de categoría, sólo al alcance de un terminator al que desde que se lesionó hace más o menos un año, el Madrid llevaba esperando su mejor versión como agua de Mayo. En las últimas semanas había dado muestras de mejora, pero es que hoy ha vuelto a ser ese tirador inclemente e indefendible que tanto necesitan los madridistas para poder alcanzar su gran objetivo de la temporada: La Euroliga.

Semana intensa nos espera, con los cuartos de final de Champions y Euroliga. Pero eso será otra historia.

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