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“Tendré que comportarme mejor”

Simeone fue expulsado por Fernández Borbalán, al igual que en la Supercopa

Simeone da instrucciones durante el encuentro.
Simeone da instrucciones durante el encuentro.MIGUEL RIOPA (AFP)

“Cuando me arbitre él tendré que comportarme mejor”, zanjó Diego Simeone cuando al final del partido le preguntaron con David Fernández Borbalán, que le había expulsado en los minutos finales de la primera parte del partido de Riazor, el mismo árbitro que ya le había enviado a la caseta (en realidad se quedó en la grada tras el banquillo de su equipo) en el partido de la Supercopa el pasado mes de agosto contra el Real Madrid. Entonces el técnico argentino le había propinado unas collejas al cuarto árbitro que se saldaron con una sanción de ocho partidos lejos de los banquillos. En Riazor protestó una entrada de Sidnei a Griezmann. “Consideré que merecía tarjeta amarilla”, explicó Simeone, al que tras aquel episodio veraniego con Borbalán se le aplicó un partido de sanción por quedarse en el graderío en vez de irse a los vestuarios. En A Coruña vió la segunda parte del choque contra el Deportivo en una cabina radiofónica de la tribuna al costado de uno de sus ayudantes, Juan Vizcaíno.

Fue el cuarto partido que Fernández Borbalán dirigió al Atlético esta temporada. Todos los ganó el equipo de Simeone, incluido el duelo de la Supercopa y el que les enfrentó a los blancos en Liga con goleada (4-0) en el Calderón. “Era importante ganar –dedujo el entrenador- porque está la clasificación muy apretada y hay muchos nervios y responsabilidad por llegar al objetivo. Atlético, Valencia y Sevilla necesitamos estar en la próxima Liga de Campeones”. Habló de ansiedad el Cholo, de buen fútbol también, satisfecho como quedó por las prestaciones de Koke en posiciones más centradas de las que acostumbra. “Con el correr del tiempo lo veo más en el medio que en la banda. Tiene panorama, da salida al juego y recupera”. Habló en definitiva de fútbol, detalle que empieza a agradecerse en las salas de prensa. “Buscamos de inicio una línea de cinco tras Griezmann pivoteando por delante, cinco futbolistas con buena llegada. Tuvimos fluidez. Luego entendimos que con el 4-4-2 íbamos a tener más situaciones de gol que las que tuvimos. Queríamos cerrar el partido y no fue así”.

Víctor Sánchez del Amo esperaba batallar por el partido en el centro del campo, pero encontrar un resquicio en las bandas: “Queríamos que los extremos, Lucas y Cavaleiro, se metieran hacia adentro para equilibrar la superioriad numérica del Atlético en esa zona y que los laterales nuestros fueran contra los de ellos, pero nos falló la circulación del balón”. Le abandonó también el marcador, que pronto se le puso en contra. “Los goles tan temprano les impidió seguir el plan que tenían, pero fueron valientes”, resumió Simeone. En toda esa liza no resultó un buen partido, por más que la emoción del resultado lo mantuviera vivo hasta el final, pero se habló de fútbol en Riazor, con gran presencia policial, pero sin incidentes, tampoco sin enseñas del Atlético en las tribunas y un recuerdo contínuo desde el fondo de la grada de Marathón hacia Jimmy, el ultra deportivista que pereció tras ser apaleado y arrojado al río Manzanares antes del partido que enfrentó a Deportivo y Atlético en la primera vuelta.

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