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El Rayo de siempre acaba con el Almería

Los de Jémez acorralan a su rival en la primera parte y sentencian a la contra en la segunda

Alejandro Prado
Manucho disputa el balón con Mauro Dos Santos
Manucho disputa el balón con Mauro Dos SantosAlberto Martín (EFE)

Mala noticia para el Almería que el Rayo saltase al campo tan enchufado, en su mejor versión, esa en la que juega y no deja jugar. Funcionó casi a la perfección el conjunto de Paco Jémez y certifica ya de manera definitiva su permanencia un año más en Primera. Los seis partidos que restan servirán para despedir a un técnico que ha hecho historia convirtiendo un equipo eternamente sufridor en una referencia por su valor y descaro. El Almería, por su parte, seguirá sufriendo en una parte baja en la que no gana nadie.

Casi desde el principio los de Jémez convirtieron la banda derecha en su caudal ofensivo y Dubarbier sufrió lo indecible desde el pitido inicial. El lateral argentino era la viva imagen de la desesperación, siempre llegando tarde y sin otro recurso que hacer falta para frenar a Kakuta. El extremo francés generaba peligro cada vez que aparecía por su flanco, siempre bien secundado por un incansable Tito, capaz de llegar a línea de fondo una y otra vez.

Durante la primera parte hubo tramos que hicieron las delicias de Paco Jémez, con un Rayo de defensa adelantadísima, tocando rápido y presionado como lobos para recuperar el balón. El Almería, que salió a contemporizar de inicio para ver qué Rayo se encontraba, se vio acorralado y sin capacidad de respuesta. La intención de Sergi de superpoblar el medio con Corona, Azeez y Thomas resultó ser infructuosa, ya que Trashorras se bastaba solito para gobernar el partido.

RAYO, 2 - ALMERÍA, 0

Rayo Vallecano: Toño; Tito, Amaya, Zé Castro, Nacho; Kakuta, Trashorras, Fatau (Jozabed, m.49), Embarba (Pozuelo, m.76); Bueno (Miku, m.65); y Manucho.

Almería: Rubén; Ximo Navarro, Trujillo, Dos Santos, Dubarbier (Hemed, m.73); Wellington Silva (Zongo, m.48), Ramón Azeez (Edgar Méndez, m.65), Corona, Espinosa; Thomas y Thievy.

Goles: 1-0: M.23 Amaya; 2-0: M.89 Miku.

Arbitro: Gil Manzano. Amonestó a Tito, Dubarbier y Espinosa.

Estadio de Vallecas, 10.165 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Paulino Sardá, padre

de José María Sardá, vicepresidente del Rayo.

Precisamente fue el capitán del Rayo el que pudo adelantar a su equipo cuando se internó en el área y sacó un disparo raso que Rubén repelió con el pie. Fue un aviso. Poco después Antonio Amaya cabeceó en el segundo palo un balón servido por Zé Castro en una jugada de estrategia para hacer el primero del partido. Un gol cocinado por los dos centrales. El Almería, encogido, apenas molestó más que con algún tiro lejano y alguna incursión kamikaze de Thievy.

Lo mejor para el Almería es que llegó al descanso con vida, así que no quedaba otra que salir a jugársela. La necesidad del cuadro andaluz convirtió el partido en un toma y daca en el segundo acto. El Rayo no es de los que se achica cuando le ponen un órdago y si había que intercambiar golpes iba a poner los puños y la cara, aunque la pelea es más fácil cuando tu portero está de dulce. Dos manos de Toño a tiros de Thievy y Zongo evitaron las tablas. Tampoco le faltó trabajo a Rubén en el otro marco, ya que las urgencias de los visitantes dejaban a veces pista a los atacantes franjirrojos.

En el último tramo de partido el Rayo por momentos parecía atolondrado en defensa, pero el Almería lo ponía tan fácil que con un simple pase adelante se generaba una contra mortal. Solo la mala puntería de Manucho y Kakuta impidieron que el partido tuviese emoción hasta el final, justo hasta que Kakuta se marcó la jugada del partido y sirvió a Miku, que en la misma raya de gol y solo con la red delante acabó con el encuentro.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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