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MEMORIAS EN BLANCO Y NEGRO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Derby: la remontada fundacional

Santillana remata de cabeza y consigue el tercer gol del Madrid en la remontada ante el Derby County.
Santillana remata de cabeza y consigue el tercer gol del Madrid en la remontada ante el Derby County.as

Las grandes remontadas europeas son el espacio favorito en el imaginario madridista. Se recuerdan mucho las de la Quinta del Buitre, un serial enloquecido que proporcionó dos títulos consecutivos de la Copa de la UEFA a mediados de los ochenta. Pero existía un precedente, la eliminatoria de octavos de final de la Copa de Europa de la 75-76 ante el Derby County, el campeón inglés.

Ninguno de los que jugaron o presenciaron ese partido lo ha olvidado.

Como toda remontada, el punto de arranque es un fracaso previo. El Madrid perdió la ida 4-1 en el viejo Baseball Ground de Derby, ya desaparecido. Un diputado laboralista había pedido en el Parlamento que no se celebrara. Estaban muy recientes los últimos fusilamientos de Franco y eso provocó reacciones contra el decrépito Régimen en todo el mundo, sobre todo en Europa. Incluso fue asaltada y quemada la embajada española en Portugal. La petición del diputado no tuvo eco, pero en esas mismas fechas el Lazio se negó a recibir al Barça en Roma, en Copa de la UEFA.

Pero, decía, el partido se jugó. Era el miércoles 22 de octubre de 1975. El sábado anterior fue la visita a Atocha, salida durísima para el Madrid. Benito y Santillana no habían podido terminar el partido y seguían lesionados. A Miljan Miljanic, el entrenador del Madrid, aquellas bajas le desconcertaron demasiado, sobre todo la de Benito. Decidió colocar a Del Bosque como líbero, con Camacho de central, y pasar a Pirri, habitual líbero, a la media. El equipo que salió fue éste: Miguel Ángel; Sol, Camacho, Del Bosque, Rubiñán; Breitner, Pirri, Netzer, Velázquez; Amancio y Roberto Martínez.

Fue un precedente para el Madrid: los octavos de final de la Copa de Europa de la 75-76 ante el Derby County

El Madrid juega mal, lo reconocen sus protagonistas, aunque tampoco tiene suerte. Dos de los goles son de penalti. A Pirri le anulan un gol que la televisión demostrará después que era legal. El árbitro, el ruso Ivanov, lo concedió en principio, pero luego rectificó al ver levantado el banderín del linier, señalando un fuera de juego que las repeticiones demostrarían que no hubo.

Aquel linier era Bakhramov, el mismo que, actuando también de linier, había dado por bueno el gol fantasma de Hurst en al final de 1966, Inglaterra-Alemania.

El resultado final fue 4-1. Demoledor. Miljanic, bloqueado, no había hecho ningún cambio, a pesar de que varios acabaron exhaustos o doloridos. Sus explicaciones en la conferencia de prensa posterior son confusas.

Del Bosque recuerda que ya en el autocar de vuelta al hotel se desencadenó histeria, griterío y golpes en el techo, en la seguridad de que iban a remontar. Había un antecedente próximo: en la Copa 74-75 le habían dado la vuelta a un 4-0 de Las Palmas con un 5-0 en la vuelta. Pirri me cuenta que descontando los errores propios y los factores que desencadenaron la goleada, se sintieron superiores al Derby. Y por eso, de repente, con Camacho como primera levadura, convirtieron la goleada en euforia.

Miljanic quedó en entredicho. Hubo hasta una minicrisis. Amancio y Netzer, dos vacas sagradas, criticaron el planteamiento y Miljanic no les alineó el domingo siguiente en el Bernabéu ante el Español. Pasó otra semana, que calmó algo los ánimos. Luego, partido en Valencia (1-1) y a esperar al Derby. La cita en el Bernabéu es el 5 de noviembre.

El partido no se televisó, porque coincidía en día y hora con el Barça-Lazio, que empezaba 3-0 a favor del Barça por la renuncia del Lazio a recibirle en Roma. Son los últimos días de Franco, que está en La Paz, rodeado de médicos y taladrado de tubos, en una invocación pagana de la inmortalidad a través de la ciencia médica. Pero en el Bernabéu nadie piensa en eso. El Bernabéu se llena a reventar, con esa costumbre de la época de vender papel sin tasa para las zonas de a pie, amplísimas. Gran parte del público lo forman peñistas venidos de fuera de Madrid. Camacho lo recuerda con agradecimiento. “Era otro público, para nosotros mucho mejor. El público habitual es más exigente y desconfiado. El que llegaba de fuera para la Copa de Europa venía entregado, a divertirse. Buena comida, unas copas, un optimismo que transmitían”.

La alineación que sale es otra: Miguel Ángel; Sol, Benito, Pirri, Camacho; Breitner, Netzer, Del Bosque; Amancio, Santillana y Roberto Martínez.

El Bernabéu es una caldera, con banderas y pancartas. En el 3’, el primer gol justifica la euforia: Netzer-Pirri-Breitner-Netzer, envío largo por la banda a Camacho, que centra al área para que tras toque de Santillana marque Roberto Martínez.

El Bernabéu es un pandemónium, no hay más equipo que el Madrid, que llega y llega, pero el gol se retrasa. Hay remates de Roberto en el 5’, Amancio en el 8’, Pirri en el 13’, Roberto en el 18’, Del Bosque en el 20’, Netzer en el 26’, Santillana en el 38’, Roberto en el 40’, Pirri en el 43’… Pero al descanso el marcador sigue 1-0. Algunos mueven la cabeza. Otros aún creen. O desean creer.

El regreso es fulminante: en el 51’ marca Roberto, en el 55’, Santillana, con un cabezazo terrible. ¡Ya está! El 3-0 basta para levantar un 4-1 (ya existe el valor extra del gol fuera) y llegan el jolgorio y los olés a la grada. Pero todo se frena en seco cuando en el 61’, George, el mejor del Derby allí (donde ya hizo tres goles) y aquí, cuela un zambombazo desde lejos por la escuadra de Miguel Ángel, al que pilla en frío.

Hay que volver a subir a la montaña. Eso fue lo más difícil, cuentan los protagonistas: reactivar el motor tras haberlo enfriado algo. Es entonces, dicen también, cuando más notan el público, ese público de la Copa de Europa, venido de fuera, indesmayable. ¡No se hacen tantos kilómetros, se pide un día libre y se pierde el sueño de la noche de vuelta para regresar eliminados, expuestos a las burlas!

En el minuto 80’ aún sigue el 3-1, con el Madrid eliminado, cuando Amancio, con un último aliento, entra en el área y es derribado por McFarland. ¡Penalti! Amancio es el encargado de tirarlos, pero está dolorido y agotado. No puede. Mira a Pirri: “¡Tíralo tú!”.

“Me adelanté, coloqué el balón. Entonces cesó el griterío que nos había acompañado todo el partido. Se escuchó primero un tchsss… muy extendido. Luego, nada. Quedó todo en silencio como nunca antes ni después conocí en el Bernabéu. Lo tiré muy seguro y entró. Entonces estalló el júbilo. Pero cuando volví a mi campo y ellos sacaron de centro me entró una tiritona, un tembleque tremendo en las piernas. Me decía yo mismo que cómo se me había ocurrido tirarlo…”.

Hay prórroga. En el 95’ Amancio, que no puede más (anda ya por los 35), saca bandera blanca. Le sustituye Rubiñán., lateral-extremo muy combativo. Sigue el ataque blanco, aunque no tan rabioso. Los dos equipos están muy castigados. En el 100’, en una aproximación al área, Breitner mete un balón por alto a Santillana, que marca el mejor gol de su vida. Entra a la carrera acosado por su marcador, controla con el pecho, le hace un sombrero y empalma un voleón tremendo con la izquierda. El estallido es descomunal.

Aquel era el primer día que el padre de Santillana acudía a ver a su hijo al Bernabéu. No podría haber escogido mejor ocasión. TVE ofreció a la noche un largo resumen, para deleite de los madridistas de toda España.

Hoy hablamos del Espíritu de Juanito, pero aquello nació el día del Derby. Eso sí, todos me dicen lo mismo:

—En realidad, toda remontada nace de una cagada previa.

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