El rejuvenecido Powell venga a Bolt en Kingston

La imagen, el minivídeo, dio la vuelta al mundo hace ocho días. En él, el sprinter norteamericano Ryan Bailey hacía un Usain Bolt imitando el inicio del reconocible gesto de victoria del hombre más rápido del mundo y modificando el final con un súbito movimiento de llevarse una mano al cuello con el universal gesto del degüello. El relevo norteamericano derrotaba al jamaicano, un cuarteto en el que no estaban ni Johan Blake ni Asafa Powell, en los Mundiales de Bahamas. La guerra había comenzado. El segundo disparo en la batalla lo dio la calurosa noche del sábado Powell, el combatiente menos esperado (conocida es su rivalidad con su compatriota Bolt), quien vengó la afrenta en la carrera de 100m del mitin del Estadio Nacional de Kingston, la capital de Jamaica, derrotando al mismo Bailey en la final de los 100m, marcando de paso un magnífico tiempo de 9,84s (+1,8 m/s de viento), la mejor marca mundial del año y su mejor registro desde un 9,78s que corrió en Lausana hace cuatro años. No participaba Bolt. El público pitó y abucheó ruidosamente a Bailey antes y después de la carrera sobre el tartán azul.

El inesperado vengador Powell, de 32 años, volvió después de su suspensión de seis meses por dopaje, a sus marcas habituales hace 10 años, cuando era, antes de la llegada de Bolt, el joven llamado a dominar la velocidad durante años. Entre 2005 y 2007, Powell batió o igualó cuatro veces el récord del mundo, bajándolo de 9,77s a 9,74s, un año antes de que Bolt lo dejara primero en 9,72s y luego en 9,69s. Pese a ello, Powell nunca ha rendido al máximo en los grandes campeonatos. No ha sido medallista olímpico en pruebas individuales (tiene dos oros con el relevo jamaicano), y en los Mundiales de 100m solo ha llegado a ser dos veces tercero.