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El desequilibrio del Bayern

El equipo alemán se vuelca en el ataque y se rompe en defensa

Jordi Quixano
Messi trata de marcharse de Alonso y Schweinsteiger.
Messi trata de marcharse de Alonso y Schweinsteiger.Matthias Schrader (AP)

La situación para el Bayern era extrema porque al menos necesitaba cuatro goles en 90 minutos para imponerse en la eliminatoria. Toda una gesta que asemejaba demasiado homérica porque el equipo sumaba 361 minutos sin marcar, con cuatro derrotas consecutivas. Gallardo e intervencionista como es, Pep Guardiola decidió alimentar el ataque de su equipo con todos los mecanismos posibles, desde la posición avanzada de Neuer hasta el acoso atosigante en campo ajeno. Un riesgo tan necesario como peligroso y finalmente dañino porque el Barça de Luis Suárez, Neymar y Messi se relame con los espacios, sobre todo los que se dan a la espalda de la zaga contraria. Y eso fue definitivo.

El Madrid le rompió el año pasado a la carrera y el Barça con el pase en profundidad

Hace un año, el Madrid masacró al Bayern del mismo modo, toda vez que el Bayern adelantó las líneas para presionar la raíz del juego del rival. Jauja explotada por las meteóricas carreras de Ronaldo y Bale. “El Barça tiene el mejor contragolpe del mundo”, resumió en la previa de este encuentro el entrenador de Santpedor. Y volvió a situar la línea defensiva casi en la medular, por lo que el equipo azulgrana se lo hizo pagar bien caro.

Al contrario que el Madrid, el Barça no se fue por velocidad sino que expresó su buen pie para filtrar el pase definitivo por encima de la defensa rival. Como ese de Alves que validó un mano a mano de Rakitic ante Neuer bien desbaratado por el portero. O como ese de Messi que dejó a Luis Suárez ante el meta, finalmente resuelto con un pase de la muerte a Neymar. Casi un calco del siguiente, donde el 10 se la dio a Luis Suárez y lo concluyó de nuevo Neymar. “Messi es imparable”, advirtió Guardiola antes de la eliminatoria. Y si no es él quien define, hace que sean los otros los protagonistas. “Ya vale Leo”, le soltó el técnico en broma a La Pulga antes de enfilar el túnel de vestuarios en el entreacto. Y paró como todo el equipo en la segunda parte. Pero el roto estaba hecho y el desequilibrio aprovechado.

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