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Fútbol Internacional | Argentina

La muerte de un jugador en el estadio paraliza el fútbol en Argentina

Todas las categorías suspenden la jornada en señal de luto por Emanuel Ortega, que falleció al chocar contra una pared

Emanuel Ortega, defensa de 21 años del San Martín, de la localidad bonarense de Burzaco, intentaba dominar el balón por la banda. Un atacante rival, Alexis Valenzuela, del Juventud Unida, otro club de la periferia de Buenos Aires que compite en la Primera C (cuarta división de Argentina), corría para llegar primero. Ortega alcanzó a tocar la pelota y enviarla afuera, pero aquel esfuerzo le costó la vida. Apenas la desvió, Valenzuela lo llevó por delante. El futbolista del San Martín se fue contra la pared de su estadio, a solo un metro de distancia de la línea del campo. Ortega sufrió una doble fractura de cráneo. Era el pasado día 4 y este jueves acabó muriendo.

En señal de luto, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) decidió suspender la próxima jornada de todas las categorías, que debía disputarse este fin de semana. "Lo hablamos con muchos dirigentes y también con (el presidente del sindicato Futbolistas Argentinos Agremiados) Sergio Marchi, y consideramos que lo más respetuoso y lógico era que no se juegue ningún partido”, anunció el jefe de la AFA, Luis Segura.

"Yo no le hice nada", dijo el jugador que empujó al fallecido defensa de la cuarta división

Ortega, que estaba a préstamo en el San Martín, pero pertenecía al Banfield, de Primera División, falleció a las 2.30, después de una infructuosa operación. Dos horas más tarde sonó el móvil de Valenzuela, el jugador que lo había empujado. Era una mensaje de WhatsApp. Uno de sus compañeros le informó de la muerte de Ortega. El resto de sus colegas del Juventud Unida, del municipio de San Miguel, intentaron consolarlo: “La verdad (es) que me quedé helado. Empezaron a mandar mensaje mis compañeros para que estuviera tranquilo. Es una lástima lo que pasó”.

"Era un partido tranquilo hasta ese momento. Fue una pelota disputada que fue ‘inintencionalmente’, no es que fue de ‘mala leche’", explicó Valenzuela en Radio La Red. Pero en aquel momento los jugadores del San Martín lo increparon: "Me gritaban mala leche. Que no podía hacer ese tipo de jugada. El (juez de) línea me dijo que estuviera tranquilo”. Una ambulancia debió retirar de urgencia a Ortega y lo llevó al hospital. “Yo estaba tranquilo porque fui a disputar una pelota. Sin ‘mala leche’”, añadió Valenzuela.

El futbolista del Juventud Unida reconoció este jueves por la mañana que no había hablado aún con la familia de Ortega. “Estaban todos ‘calientes’ (enfadados). No me dio para hablar con la familia. No sabía qué podía llegar a pasar en momentos de ‘calentura’. Disculpas no pido, porque yo no le hice nada. Sí doy mi más sentido pésame a la familia", dijo Valenzuela.

"Hay muchas canchas del Ascenso (categorías inferiores a la Primera División) que están muy cerca del paredón. No teníamos que llegar a esto”, opinó el delantero que empujó a Ortega. El presidente de la AFA también reflexionó del asunto de la infraestructura de los campos. “No es el momento de organizar reuniones, pero hay que sacar conclusiones de todo hecho fatal, para evitar estas cosas o minimizar las posibilidades siempre que sea posible”, opinó Segura.

En las redes sociales, mientras tanto, se propagó un mensaje que Ortega había escrito en 2012 en Facebook. Allí contaba que daría la vida por el fútbol. “Capaz (quizás) no llegue a jugar profesionalmente al fútbol”, contaba este jugador de cuarta división, en la que los jugadores cobran un salario básico de 700 euros mensuales. “O capaz sí, pero amateurmente. Cuando voy a cada pelota, voy a morir. Cuando mis piernas dicen ‘basta’, mi corazón dice: ‘Seguí’. A diferencia de los profesionales, cuando se me rompen los 'botines', no los cambio, paso noches arreglándolos, pegándolos, para poder seguir jugando, porque es lo que amo. El fútbol es mi vida, no solo un pasatiempo, es el que me hace olvidar todo y por el que daría mi vida. El día en que no pueda jugar más ahí termina mi vida”.

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