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Sergio García cabalga en sábado

El jugador de Castellón logra la mejor tarjeta del día (-5) y se queda a cinco golpes de los líderes

Carlos Arribas
Howell, con el 'putter' en la mano, saluda a la afición tras concluir la tercera ronda.
Howell, con el 'putter' en la mano, saluda a la afición tras concluir la tercera ronda.Dean Mouhtaropoulos (Getty Images)

Empalmando una tras otra hasta convertirlas en un papiro interminable todas las declaraciones de Sergio García después de sus rondas de golf podría construirse si no un tratado de golf, sí al menos uno de filosofía, algo así cómo un canto a las contradicciones de la vida en general y de su deporte en particular. El viernes sufrió el jugador número siete del mundo y tras ponerse con +3 en el marcador lamentó cómo el campo no solo castigaba sus golpes malos, lo que es justo, sino que no premiaba sus golpes buenos, lo que era frustrante. El sábado, un día extraño en sus hábitos, el jugador de Castellón cabalgó a lo grande, terminó con la mejor tarjeta del día (67 golpes, -5) y con un -2 global se puso a cinco de los dos líderes, dos ingleses, y a cuatro del tercero, un italiano. Pasó en nada de buscar un vuelo rápido pensando que no pasaría el corte a pensar en ganar su segundo Open de España, 13 años después del primero.

Y habló de las contradicciones vitales, de nuevo, y de su búsqueda permanente en busca del putt que no encuentra. En el golpe corto, la espada que a los toreros priva de orejas cuando pincha en hueso, se encuentra la esencia del golf, de su perversión. La inventiva y la inspiración en el manejo de hierros y maderas se queda en humo si se fallan putts de dos metros, y aquel que tire solo para adelante y emboque todo lo que se le pone a tiro consigue premio pese a su torpeza en el arte mayor. Por eso, por los putting greens de los tornos se pasean maestros de técnica y concentración e inventores de aparatos y putters que, prometen, hacen del más torpe un infalible. Y con uno de ellos, con Daniel Colimar, uno de los profesores de putt más prestigiosos de España, anunció Sergio García que había comenzado a trabajar para mejorar el putt, su golpe más flojo. “Pero hasta dentro de cuatro, cinco o seis meses no se pueden ver los resultados”, dijo García. “Me gusta su forma de trabajar, es parecido a mi padre, va más a las sensaciones, es sencillo y ese es el tipo de golf que me gusta”. Colimar, de 28 años, trabaja en Madrid con los hermanos Luna, técnicos de la federación española.

Entre García, que la pasada semana jugó el playoff de desempate, y lo perdió, del Players, el quinto grande, y la victoria en el Open de España hay cinco golpes, un campo muy difícil y varios jugadores bien armados y pugnaces. Comparten el liderato el inglés David Howell, de 40 años, y su compatriota James Morrison, de 30. Con -6, a un golpe, está el italiano Francesco Molinari, de 32 años, quien, como García, ya ha ganado una vez el Open español, el de 2012, aparte del italiano, y que, pese a ser de Turín no es de la Juve ni del Torino, sino del Inter, lo que le procura algunas discusiones con su hermano mayor, Edoardo, forofo de la vecchia signora y gran jugador también: es el único italiano que ha ganado el US Amateur y como tal jugó un Masters de Augusta. Morrison, que hasta los 18 años jugaba al cricket, pasó de hándicap 18 a cero en menos de un año y se mueve por los fondos de las listas. Ganó un Open de Madeira hace cinco años y perdió un desempate con Álvaro Quirós por el Open de España de 2010 en Sevilla. Aquella fue la bolsa más grande su carrera. Howell, el más veterano, tiene un pasado brillante en el que derrotó a Tiger Woods en el HSBC, en 2006, y, el mismo año, ganó una comparación con Nick Faldo tras ganar el BMW PGA, el primer inglés que lo hacía desde Faldo. Su momento de gloria llegó en la Ryder Cup de Oakland, donde dio la victoria a Europa tras un hierro 6 en el hoyo 17 que fue coronado como golpe del año del circuito europeo.

Trabajo con Daniel Colimar para mejorar mi 'putt'", anunció García

“Si los líderes se mantienen en torno a -8 va a ser muy difícil alcanzarlos, tiene que coincidir una muy buena vuelta mía con una no tan buena de ellos”, dijo García. “Obviamente me he dejado mucho trabajo para el fin de semana así que intentaremos hacerlo lo mejor posible. Esto, por las condiciones del campo, más parece el Open o un US Open, por eso se ha pasado el corte con +4. Mi vuelta no ha cambiado mucho, he pegado igual de bien que los dos primeros días, pero esta vez las cosas han salido mejor. Si el viernes pegaba un drive regular, la bola se quedaba injugable, hoy, por ejemplo, he dado un drive bastante malo al último y he hecho birdie, así es menos complicado”.

Empatado con García a -2 en el octavo puesto está el cacereño Jorge Campillo, y un golpe más atrás, Miguel Ángel Jiménez, quien ni hizo el décimo ace de su carrera ni pudo con el par del duro campo del Real Club de Golf del Prat.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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