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“Hay que ganar de forma especial”

Oriol Puigdemont
Max Verstappen, en Montmeló.
Max Verstappen, en Montmeló. Peter Fox (Getty Images)

La mayoría de los que se llevaron las manos a la cabeza cuando Toro Rosso anunció que Max Verstappen (Bélgica, 1997) debutaría en el Mundial de fórmula 1 con 17 años, ahora alucinan con el chaval, el debutante más precoz de la historia del certamen que en la segunda parada del calendario se convirtió también en el más joven en puntuar (terminó el séptimo en Malasia). A los ingenieros de su escudería les cuesta entender que un adolescente sea capaz de transmitirles tanta información y tan precisa acerca del comportamiento del monoplaza, aunque opinan lo mismo de Carlos Sainz (20 años), su compañero. Ver conducir a Verstappen es una delicia, sobre todo cuando le lanza el coche a un rival para intentar superarle, o frenando, una faceta en la que se muestra casi tan agresivo como el propio Hamilton.

El jueves, en su primera toma de contacto en Mónaco, el circuito más traicionero que existe, Max terminó el segundo a una sola décima del más rápido, y él se limitó a restarle importancia El sábado, en la cronometrada, colocó a su STR10 en la décima plaza de la parrilla y ayer se sacó de la manga varios adelantamientos de escándalo hasta que un error de cálculo mientras trataba de superar a Romain Grosjean le llevó a estamparse contra las barreras. Su primer error de bulto en el campeonato le valió una sanción.

Pregunta. ¿Había corrido antes aquí?

Respuesta. Nunca. Estuve practicando mucho en el simulador pero correr, nunca.

P. Es el piloto más joven de la historia de la F-1, y Red Bull justificó su elección argumentando que es el nuevo Ayrton Senna. ¿Cómo lleva toda esa presión?

Lo bueno de la escudería Red Bull es que no está interesada en pilotos de pago”

R. No siento esa presión, sólo intento hacerlo lo mejor que puedo porque ir más allá de eso es imposible. Así me planteo cada fin de semana. Sé muy bien de lo que soy capaz, y tampoco he tomado ningún riesgo innecesario en las carreras que llevamos. Está claro que cuando te lanzas a adelantar el peligro existe, pero lo tengo bajo control.

P. ¿Para usted es como un juego?

R. Un juego muy serio.

P. Descríbame su infancia

R. La mayor parte de mi vida la he pasado en los circuitos. Mi padre [Jos, expiloto de F-1] tenía un equipo de karting y yo le acompañé desde los dos años. Cuando cumplí los cuatro comencé a correr. Me encantaba.

P. ¿Existe un Max Verstappen desvinculado de las carreras?

R. Cuando llego a casa intento pasar tiempo con mis amigos, pero la mayoría también provienen de mi época en el karting.

P. ¿Cómo consiguió que Red Bull le metiera en Toro Rosso con 17 años?

Para los novatos es bueno tener un buen coche, así podemos demostrar lo que llevamos dentro”

R. No hice nada, le aseguro que no les presioné. Lo hice lo mejor que pude en F-3, ellos lo vieron y me ofrecieron esa posibilidad. Desde 2010 hablábamos. Lo bueno de esta escudería es que no está interesada en pilotos de pago. Mucha gente puede ganar carreras, pero además hay que hacerlo de forma especial. Eso es lo que vieron en mí, y a partir de entonces todo evolucionó hasta este punto. Eso me imaginaba llegar a la F-1 a los 17 años, pero cuando aparece la oportunidad no puedes decir no.

P. ¿No cree que Red Bull ha tomado un gran riesgo?

R. Tienen mucha confianza en mí y yo también la tengo. Aún soy muy joven y tengo mucho que aprender, pero Toro Rosso es un buen sitio para hacerlo. No creo que haya ningún riesgo.

P. ¿Se asustó la primera vez que se subió al coche?

R. ¿Asustar? No, para nada. Me sorprendió su potencia, básicamente porque la diferencia con un F-3 es muy grande, sobre todo en términos de velocidad. Tuve que centrarme mucho, especialmente porque debuté en Suzuka, un circuito rapidísimo y difícil para un novato. Pero me lo pasé en grande.

P. ¿Se imaginaba que estos bólidos que les toca manejar fueran tan complicados de conducir?

R. Sabía que serían complejos, pero una vez te subes a ellos te das cuenta de que todavía lo son más. Hay que prestar atención a muchos detalles, pero también es verdad que hay un grupo de gente a mi alrededor que me lo hace más fácil.

P. ¿Cree que el hecho de llegar directamente de la F-3, sin haber pasado por etapas de la F-1 anteriores, le ofrece alguna ventaja porque no tiene vicios adquiridos?

R. En absoluto. La experiencia en F-1 es muy importante cuando tienes que adaptarte a un nuevo escenario.

P. Supongo que conducir un Toro Rosso, un monoplaza muy equilibrado, le ha ayudado.

Con Carlos Sainz no nos escondemos información, como sí pasa en otros garajes”

R. Para los novatos es bueno poder disponer de un buen coche porque así somos capaces de demostrar lo que llevamos dentro, especialmente en las cronometradas. No puedo pedir nada más.

P. ¿Ha tenido algún momento de pánico?

R. Todavía no. Esto demuestra que lo tengo todo controlado y que incluso podría ir un poco más allá. De momento estoy contento.

P. ¿Qué tal le va con Carlos Sainz a su lado?

R. Muy bien. Nos ayudamos el uno al otro, hablamos mucho, no nos escondemos información como sí pasa en otros garajes, y tratamos de presionarnos mutuamente.

P. Pero esto es Red Bull, y ambos sabrán que lo normal sería que uno de los dos quedara fuera en dos o tres años. ¿Cree que eso puede cambiar las cosas?

R. Espero que no nos afecte porque estamos funcionando muy bien.

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