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“La FIFA no puede estar por encima de los Estados”

Fernando Carrión, estudioso de la dimensión pública del fútbol, analiza el escándalo

Pablo de Llano Neira
Fernando Carrión, en el congreso LASA.
Fernando Carrión, en el congreso LASA.NEYSA JORDÁN

El académico Fernando Carrión (Quito, 1952) es un futbolero de doble naturaleza: hincha y científico. Investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) ha estudiado el fútbol desde el ángulo del Derecho y desde el de la violencia. De paso por San Juan de Puerto Rico para participar en el congreso LASA de estudios latinoamericanos, analiza el escándalo de corrupción de la FIFA, en el que se han visto atrapados mandamases del fútbol de la región.

Pregunta. ¿Cómo ha llegado a este extremo la FIFA?

Respuesta. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la FIFA es una ONG sin fines de lucro que maneja ingentes cantidades de dinero, y cuya sede principal es un paraíso fiscal, Suiza. Eso hace que no sea transparente, que no haya rendición de cuentas, y alienta una estructura clientelar donde se producen cambios de lealtades en la lucha por los recursos económicos. Piense que, sólo durante la Copa del Mundo de Brasil, se estima que la FIFA manejó entre 30.000 y 40.000 millones de dólares en patrocinios de corporaciones mundiales y de empresas de televisión.

P. ¿Cuál es el peso de Latinoamérica en el problema?

R. El problema de la FIFA es mundial, no de América Latina. Aunque el precedente de esto lo vemos en las sanciones a dirigentes como el brasileño João Havelange y el paraguayo Nicolás Leoz, que tuvieron que renunciar respectivamente como presidente honorario de la FIFA y presidente de la Conmebol [confederación de fútbol sudamericano], o el caso de Ricardo Teixeira [expresidente de la federación brasileña] que está exiliado en Miami. Aquello ya demostró lo que había.

P. ¿Lo que sucede se fraguó en los tiempos de Havelange?

R. Fue un presidente exitoso, porque logró la internacionalización del fútbol, pero lo hizo con base en la mercantilización del fenómeno. Después fue Blatter quien consolidó el proceso.

P. ¿Qué tipo de reforma necesita la FIFA?

R. Modificar su estatuto de ONG. El fútbol debe ser entendido como un bien público, y como tal debe estar sujeto a reglas nacionales e internacionales. La FIFA no puede funcionar como si estuviese por encima de los estados nacionales. En el mundial de Brasil obligó a los parlamentos federal y estatales ha modificar sus leyes para que se pudiera consumir cerveza en los estadios... La FIFA no puede estar por encima. Y Estados Unidos ha mandando ese mensaje. Esto puede llevar a que otros estados empiecen sus procesos con sus propias federaciones. Estados Unidos ha puesto en cuestión la estructura de la FIFA. A partir de aquí deberíamos empezar a ver una reforma en la gestión del fútbol mundial.

P. ¿El escándalo de la Bombonera y el de la FIFA tienen un aire de familia?

R. Es más o menos lo mismo. Lo más grave de lo que pasó en el partido entre Boca y River no fue lo que pasó con las barras, que fue grave, sino el proceso posterior de sanción que estableció la Conmebol. Antes de que hubiese sanción, el presidente de Boca se reunió con el presidente de la Conmebol; en otras palabras: un juez no puede reunirse con el potencial delincuente antes del veredicto. La sanción se redujo a ser eliminado de la Libertadores y 200.000 dólares de multa.

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