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Una defensa como Dios manda

A diferencia de lo sucedido en anteriores finales, Luis Enrique dispone de su zaga titular

Piqué conversa con Mascherano en un entrenamiento del Barcelona.
Piqué conversa con Mascherano en un entrenamiento del Barcelona.ALBERT GEA (REUTERS)

Le pasó a Frank Rijkaard, que jugó sin Messi en París, y Guardiola tuvo que improvisar una alineación para cada final por la ausencia de los defensas titulares. Ocurrió en la primera, de Copa contra el Athletic en Mestalla, en 2009, cuando Touré tuvo que ocupar la plaza del lesionado Márquez. No hubo mayor problema a pesar del gol inicial de Toquero porque el mismo Touré empató, después de abrirse paso por el campo rojiblanco como si fuera un elefante y abrió la puerta a la victoria del Barcelona. Márquez, en aquella época, vivía en el Puente Aéreo porque su compañera sentimental residía en Madrid.

Una situación peor se planteó días después en la final de Champions en Roma. Ausentes por sanción Abidal –expulsado en Stamford Bridge- y Alves, sancionado por acumulación de tarjetas, el técnico trató de convencer sin éxito a Keita para que actuara de lateral izquierdo. La idea no sedujo al africano y Guardiola se decidió por Sylvinho mientras Piqué formaba pareja de nuevo con Touré y de lateral derecho jugaba Puyol. El video de Gladiator animó a los azulgrana a ganar la Copa de Europa.

También se impuso buscar soluciones sobre la marcha en la final de Wembley, de nuevo contra el Manchester United. Puyol llegaba justo de fuerzas y Guardiola se la jugó con Abidal de lateral izquierdo –Alves en la derecha- y en el centro actuó la pareja Piqué-Mascherano. La victoria fue más clara incluso que en Roma. “No hemos visto el balón” dijo Fergusson, técnico del United.

En 2009, Puyol hizo de lateral, Touré jugó de central con Piqué y Sylvinho ocupó el puesto de Abidal

A Tata Martino le costó igualmente cuadrar la alineación en la final de Copa de Mestalla contra el Madrid. La lesión de Piqué provocó la titularidad de Bartra, autor del gol del Barça y protagonista también en la jugada del gol del Madrid, jugadas opuestas para un futbolista que jugó mermado, exigido por la ausencia del central titular del Barça.

“Hay muchos factores que inciden en llegar en tales circunstancias”, aseguran varios especialistas consultados. “Uno es la suerte, la edad, y por supuesto, otros son condicionales al propio deporte. Incluso la mente”, reconocía ayer en Berlín, en la eterna cola para conseguir la acreditación, Albert Ferrer, campeón de Europa con el Barcelona en 1992. “Muchos tienen que ver con una plantilla más madura que conoce mejor su cuerpo”, sostiene Piqué.

El Barcelona siempre ha tenido fama de realizar un muy buen trabajo preventivo. Incluso ha recibido distinciones de la UEFA. Por lo que sea, por su buen trabajo también, Luis Enrique llega precisamente a Berlín con toda la plantilla disponible, incluso el central Vermaelen, que sólo ha podido jugar un partido en todo el año y ha llegado a necesitar apoyo sicológico para superar sus continuas recaídas. “Soy el mejor refuerzo de la próxima temporada”, dice. Antes, la Champions. Con todos, con la defensa entera.

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