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Paula Badosa, campeona júnior

La española, de 17 años y neoyorquina de nacimiento, trabaja a las órdenes del mismo técnico que Carla Suárez y sueña con emular a su idolatrada Sharapova: "Me va su estilo"

Alejandro Ciriza
Paula Badosa posa con el trofeo de campeona.
Paula Badosa posa con el trofeo de campeona.David Vincent (AP)

Lo tiene todo. "Su potencial es máximo, tengo fe ciega en ella", precisa su técnico, Xavi Budó. "Es difícil con su edad tener tanta idea de cómo debe jugar cada bola", agrega la capitana del equipo de la Copa Federación, Conchita Martínez. Y remata la protagonista, de 17 años y nacida en Nueva York, porque sus padres fueron a trabajar allí como modelos, pero también con la nacionalidad española y un profundo apego a su querida Begur, en la Costa Brava catalana: "Mi objetivo es ser la mejor del mundo, ganar títulos del Grand Slam". Es Paula Badosa, campeona del Roland Garros júnior tras vencer (doble 6-3) en la final a la moscovita Anna Kalinskaya. Un logro que no celebraba el tenis femenino español desde que lo consiguiera la pontevedresa Lourdes Domínguez en 1999.

Es buenísima, tiene plan A y plan B. Los límites los va a marcar ella" Xavi Budó, entrenador

Moldeada en Barcelona por el preparador Xavi Budó, tutor y consejero de Carla Suárez también, la catalana desplegó en la final todo su abanico. "En su momento me la llevé a la Fed Cup, como sparring, porque veía que era una jugadora a seguir. Me gusta mucho porque tiene una gran variedad en su juego", explica Conchita sobre una jugadora que ya ha hecho una fugaz irrupción en el circuito profesional -tercera ronda en Miami, cuadro final del Madrid Open...- y apunta alto, muy alto.

"Los límites los va a marcar ella", añade Budó. "Es buenísima, tiene plan A y plan B, así que la clave va a ser el día a día, que tenga los pies en el suelo. Pero lo sueña y lo desea, trabaja todos los días para llegar ahí arriba", añade el técnico. "Esta era una prueba importante para mí", dice Paula, "porque debía asimilar de nuevo volver a jugar con las júniors". Una etapa que se cierra, puesto que a partir de ahora entrará en el circuito de la WTA para mejorar su ránking y poco a poco ir haciendo cosas importantes.

Desde Lourdes Domínguez, en 1999, una tenista española no alzaba el título júnior en París

En un horizonte no muy lejano se topará con Maria Sharapova. "Ojalá, me gusta su estilo", admite Paula, en cuyo juego se adivinan (salvando las distancias, por supuesto) retazos del juego de la rusa. Como Masha, tiene una derecha dura y profunda, un registro un tanto heterodoxo para la escuela española, proclive a los peloteos y la tierra. "A mí me gusta la pista dura, los tantos rápidos", cuenta Paula, con 1,80 de altura y dos ojos cristalinos, como su admirada Sharapova.

"Está muy bien ser agresiva. Si tienes el juego, ¿por qué no?", afirma Conchita; "sobre todo de revés tiene un buen golpe. Le viene la bola pesada a la rival y le echa hacia atrás". Le ocurrió a la buena de Kalinskaya, atropellada y excesicvamente acelerada las veces que pudo tener la iniciativa, muy poco que hacer ante Paula. El futuro es suyo; ahora, decide ella.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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