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Los primeros Juegos Europeos, bajo el imperio de la luz

Baku estrena el viernes la cita polideportiva continental entre críticas y polémicas. Holanda renuncia a acoger la segunda edición a dos días de la inaguración Joel González, en Taekwondo, es el español más destacado y el abanderado

Antonio Nieto
El nuevo estadio olímpico, sede de Baku 2015.
El nuevo estadio olímpico, sede de Baku 2015.

Con un poco de atención se pueden oír los golpes de un martillo en mitad de la noche. El ruido metálico interrumpe el silencio. Los focos que alumbran la desnudez de un edificio en ciernes rompen la oscuridad. A tres meses de la cita más importante de la historia de Azerbaiyán, los obreros trabajan 24 horas al día. “Bakú está bajo construcción masiva”, dice ya a la luz del día Jeremy Edwards, supervisor de las infraestructuras donde se desarrollarán a partir de este viernes los primeros Juegos Europeos, la réplica europea de competiciones como los Juegos Panamericanos o los Asiáticos. Se trata de un proyecto que se ha completado en menos de tres años, que podría rondar los 8.000 millones de euros y que acoge un país cuestionado en materia de derechos humanos. El martes, la vicepresidenta del Parlamento Europeo pidió que los altos cargos boicoteen la cita y denunció que Azerbaiyán tiene encarcelados a 20 prisioneros políticos. Holanda, designada para acoger la segunda edición, renunció a la cita hace tres días, después de que el comité olímpico nacional no hubiera obtenido el respaldo de las autoridades públicas.

Españoles en Bakú

El piragüista Saúl Craviotto, oro en Pekín 2008 y plata en Londres 2012; Joel González, oro en Londres 2012, y Brigitte Yagüe, plata en la misma cita en taekwondo; José Antonio Hermida, plata en Atenas 2004 en bicicleta de montaña; José Luis Abajo, bronce en Pekín 2008 en esgrima; y Maider Unda, bronce en lucha libre en Londres 2012, son los medallistas olímpicos inscritos.Joel González será el abanderado del equipo en la inauguración del viernes.

La cita tendrá como escenario para su primera edición la capital de Azerbaiyán, el umbral difuso y desenfocado que separa Europa y Asia. A tres meses de su inauguración el comité organizador invitó a decenas de periodistas, entre ellos del EL PAÍS, para que fueran testigos de la marcha del proyecto. Bakú se veía entonces como una ciudad a medio terminar, sometida al imperio de la luz, que no ilumina para ver, sino para ser vista, para presumir de lujo, riqueza y poder. Tres grandes rascacielos con forma de llama se elevan en esta ciudad a orillas del mar Caspio. Sus fachadas son tres pantallas gigantes que proyectan imágenes de símbolos e iconos nacionales. Las extravagantes construcciones, las luces y los coloren conviven a escasos metros con un amurallado centro histórico medieval, patrimonio de la humanidad, que data del siglo XII y donde hay una torre que en su día se levantaba sobre el mar y de la que dicen que una doncella se arrojó al vacío después de que se le fuera negado un amor imposible.

En el capítulo deportivo, Bakú será el laboratorio que certifique si los Juegos Europeos tienen cabida en el calendario internacional. Durante 16 días unos 6.000 atletas procedentes de 50 países competirán en 20 deportes repartidos por las 18 sedes de la ciudad. Más de la mitad (11) ofrecerán la posibilidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río 2016: Tiro con arco, atletismo, boxeo, ciclismo, judo, tiro, natación, pin-pon, taekwondo, triatlón, voleibol y lucha. Además, habrá cuatro disciplinas no olímpicas: baloncesto 3x3, fútbol playa, karate y Sambo.

El centro acuático de Bakú.
El centro acuático de Bakú.

“Creedme. No estoy diciendo que esto son los Juegos Olímpicos. No lo son. No tratamos de replicar los Juegos Olímpicos", dice Simon Clegg, director de operaciones, y uno de los arquitectos de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en su despacho del cuartel general del comité. Clegg fue también uno de los responsables de la fallida candidatura de Madrid 2020. Llegó a acompañar a la delegación española en Argentina, donde debía defender el proyecto. Entonces se usó el argumento de una candidatura austera, muy distinta del ostentoso proyecto azerí.

"Creo que Madrid ofrecía algo muy interesante en ese momento en particular. Aquí tú ves la ciudad, su arquitectura, y necesitas construir edificios que vayan con la ciudad, con lo que este país quiere ser en el futuro", explica.

La villa olímpica.
La villa olímpica.

"Si buscáis una cifra, y sé que queréis una cifra, la única a la que me puedo referir es la que previamente dijo el ministro de juventud y deporte el año pasado de 950.000.000 manats (800 millones de euros)", señaló Clegg. Ese dinero solo corresponde al gasto para organizar los Juegos. No incluye construcción de sedes e infraestructuras. "Es difícil decir una cifra. ¿Es el nuevo aeropuerto un coste que haya que atribuir a los Juegos? Obviamente no. Habéis conducido y habéis pasado por el Estadio Nacional. ¿Hay que atribuirlo a los juegos? No. Ellos necesitan el estadio nacional", defiende. The Guardian calcula el gasto total en casi 9.000 millones de euros, una cifra negada por el Gobierno.

Además del estadio olímpico, Bakú ha construido cuatro sedes más exclusivamente para estos Juegos. El National Gymansticas Arena, el BMX Velopark, el Centro Acuático de Bakú y el centro de tiro.

Bakú aspiró a convertirse en ciudad candidata para organizar los Juegos Olímpicos de 2016 y 2020. No lo consiguió. Pero en su aspiración para abrirse al mundo, y en especial a Europa, como un país moderno, con un potencial económico que emana de sus reservas de petróleo y sobre todo del gas que dormita en su subsuelo, se lanzó a por este experimento de los Comités Olímpicos Europeos. Es el evento más importante desde que la ciudad acogió Eurovisión en 2012.

No estoy diciendo que esto son los Juegos Olímpicos. No lo son Simon Clegg, director del Comité Operativo de Bakú 2015

Muchos ven en esta decisión una oportunidad para vender una imagen amable de un país al que se le acusa de falta de libertad de prensa y represión política. Azerbaiyán está gobernado por Ihan Aliyev desde 2003, el día que asumió el poder tras la muerte de su padre Heydar, presidente desde 1993. Su foto, de hecho, se encuentra en cada rincón de la capital, en calles, museos y monumentos.  La OSCE, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, denunció irregularidades en las últimas elecciones y Amnistía Internacional también ha criticado al gobierno azerí por encarcelar a opositores. “Somos una organización deportiva. Y créeme, tengo suficiente”, responde Clegg cuando se le menciona las críticas por la falta de libertad de expresión y añade que la presencia de Armenia en el evento, que ha mantenido un conflicto histórico con Azerbaiyán por el Alto Karabaj, un enclave fronterizo, demuestra "la fuerza del deporte". “Reconozco que ha habido criticas, pero recuerdo lo lejos que este país ha llegado en los últimos 23 años”.

El centro de la ciudad, el que se exhibe como cara de la modernidad apenas es visitado por los autóctonos, que viven lejos de las lujosas marcas y los hoteles de cinco estrella. Tampoco los grandes parques, museos y galerías que parecen responder al diseño de un alcalde caprichoso. Todo está limpio y solitario. Apenas huele.

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Sobre la firma

Antonio Nieto
Desde 2018 es redactor de Vídeo de EL PAÍS. Antes, pasó sus primeros cinco años en la sección de Deportes del diario. Es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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