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Copa América 2015
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Brasil es una minisamba de una única nota

La estrategia consistió, ante la falta de esquema táctico de Dunga, en pasar la pelota a Neymar, el único 'crack' de este equipo

David Luiz y Neymar, al final del encuentro contra Brasil.
David Luiz y Neymar, al final del encuentro contra Brasil.Jorge Saenz (AP)

A pesar de algunas frases de autoayuda del entrenador Dunga y de algunos jugadores, la selección brasileña todavía vive bajo el trauma del 7 a 1 sufrido ante Alemania. Lo peor es que el pentacampeón del mundo, como esos adultos cabezones y psicológicamente desequilibrados, rechaza, no ya el diván, sino una mínima terapia de grupo.

El gol de Perú a los dos minutos de juego –con un fallo de David Luz que solo Freud se explica- ha demostrado que la autoayuda no sirve de nada. Este era el primer obstáculo en competición oficial desde el Mineirazo, y ha resultado que el equipo peruano, eternamente goleado, juega ahora de igual a igual a la canarinha. Lo que salvó la noche fue la estrategia de la samba de una única nota, como en la canción de Tom Jobim y Newton Mendoza, un clásico de la Bossa Nova.

Un ejército no puede depender de un solo hombre. Ya no tenemos aquel exceso de cracks de otras épocas

La minisamba brasileña consistió, ante la falta de esquema táctico de Dunga, en pasar la pelota a Neymar, el único crack actual en un equipo que, históricamente, exhibía por lo general una constelación de estrellas. Fue el delantero del Barcelona –obvio- el que empató el partido, a los cinco minutos. Y fue el llanero solitario de la camiseta con el 10 a la espalda el que dio el pase de gol de la raquítica victoria a Douglas Costa, ya en el descuento. El día en que Neymar sufra un marcaje más riguroso y sea anulado –eso le pasó a Pelé, a Puskas, a Maradona o a Messi- solo nos quedará pedir piedad a Dios o ponernos a blasfemar a los cielos, como dice otra samba de otro genio, Cartola. Un ejército no puede depender de un solo hombre. Ya no tenemos aquel exceso de cracks de otras épocas, pero hagamos que la samba suene al menos: si no es Bossa Nova, por lo menos que meta ruido.

Solo con autoayuda el fútbol brasileño no va a recobrar ni su historia ni su estilo. Nuestra historia, ¡ay!, nuestro estilo. La ilusión apenas del resultado por el resultado, como en el partido contra Perú, nos conducirá a nuevas tragedias. O Brasil recupera su idea de juego o seguirá siendo un equipo mediocre.

Escucho en el tocadiscos Samba de uma nota só en la voz incomparable de João Gilberto. He visto el partido oyendo a veces los comentarios de mi locutor favorito de televisión, Milton Leite, y a veces el vinilo de João Gilberto. Hurra por João Gilberto: “Quanta gente existe por aí que fala tanto e não diz nada. Ou quase nada”.

El fútbol brasileño atraviesa una crisis técnica, existencial y moral –el expresidente de la federación brasileña, José Maria Marin, está preso y el actual, Marco Polo Del Nero, bajo sospecha-. Además de la celda, estos dirigentes también necesitan del diván, como en las películas de mafiosos.

Xico Sá es un periodista y escritor brasileño. 

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