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Fernando Alonso, a la cola

El español, que en Austria probará una serie de mejoras en su coche, salará el último por recurrir al quinto motor

Oriol Puigdemont
Fernando Alonso, en Spielberg, junto a Carlos Sainz.
Fernando Alonso, en Spielberg, junto a Carlos Sainz.Charles Coates (Getty Images)

Fernando Alonso pasa por ser uno de los pilotos más temperamentales de la parrilla, y ese genio que tanto le ayuda dentro del coche en según qué circunstancias, también puede jugarle alguna mala pasada. En Canadá, hace dos semanas, el español no pudo reprimirse cuando, antes del primer tercio de la carrera, desde el muro le pidieron que tratara de reducir el consumo para poder llegar al final sin problemas: “No quiero [conservar gasolina]. Ya tenemos graves problemas. Corriendo de este modo parecemos amateurs”.

Aquel cruce fue la primera evidencia pública de la frustración que acompaña al bicampeón del mundo, que el domingo se plantará en la octava prueba del año sin un solo punto en su casillero. Para colmo, Alonso superará en este Gran Premio de Austria el límite de cuatro motores que establece el reglamento, de modo que recibirá una penalización que le llevará a las catacumbas de la parrilla.

Disponemos de algunas mejoras, de modo que con un poco de suerte saldremos de aquí con varias respuestas” Fernando Alonso

“Este será otro fin de semana complicado para nosotros, y probablemente los resultados no serán buenos si además tenemos en cuenta que recibiremos alguna penalización. O sea que será una especie de entrenamiento importante. Disponemos de algunas mejoras, de modo que con un poco de suerte saldremos de aquí con varias respuestas”, convino el asturiano, que alargará su estancia para tomar parte en los ensayos que se llevarán a cabo la semana que viene en este mismo trazado.

“Soy optimista con las piezas nuevas que llegarán, pero los resultados aquí puede que sean incluso peores”, advirtió. Estos componentes a los que se refiere son básicamente aerodinámicos (un morro que sólo incorporará su monoplaza, no el de Button), así como alguna que otra cosa relacionada con la fiabilidad, el gran caballo de batalla de McLaren y Honda en este arranque de Mundial.

Daniel Ricciardo y Fernando Alonso, en Austria.
Daniel Ricciardo y Fernando Alonso, en Austria.ANDREJ ISAKOVIC (AFP)

Alonso compite en un bólido cuyo motor, además de ser lento y frágil también chupa demasiado. Por lo demás, el chasis tampoco es que sea nada del otro mundo, más bien al contrario. “Seguramente, hace algunos meses imaginaba que a estas alturas estaríamos un poco mejor, pero esto es lo que hay. En términos de rendimiento, esperamos mucho del coche a partir del mes que viene o en dos meses máximo. Así que veremos cómo van las cosas antes del parón de verano [tras Hungría, el 26 de julio], y como después terminamos el curso. Eso nos dará esperanzas para el año que viene”, desgranó el ovetense, a quien acto seguido se le preguntó cómo, teniendo en cuenta el panorama, sigue creyendo en el proyecto en el que se ha metido: “Porque veo muchas cosas dentro del equipo, veo a la gente que tenemos, el programa previsto, los recursos y el talento”.

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