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El Málaga del jeque: de la opulencia a la venta de canteranos

El propietario del club andaluz se gastó 137 millones en dos temporadas y luego dejó de invertir en una entidad que sigue siendo suya y sobrevive vendiendo a sus jóvenes talentos

Rafael Pineda
El jeque Al-Thani junto a Florentino Pérez.
El jeque Al-Thani junto a Florentino Pérez. Reuters

Verano de 2010. El jeque Abdullah Bin Nasser Al Thani aterriza en el Málaga y pacta la compra del club andaluz por 30 millones de euros a la familia Sanz. Al Thani comienza una política de inversiones que se traducen en el gasto de 137 millones de euros en el club andaluz durante las dos siguientes temporadas. El Málaga ficha a jugadores de la talla de Van Nistelrooy, Toulalan, Cazorla, Demichelis, Joaquín, Baptista, Isco, Monreal, Mathijsen, Rondón, Maresca, Camacho, Sergio Sánchez o Saviola, dirigidos por un entrenador como Manuel Pellegrini. El Málaga logra una histórica clasificación para la Liga de Campeones en 2012, pero justo ese verano el jeque afirma que deja de invertir en el club andaluz después de gastarse una millonada. Las razones por las que el jeque dejó de gastarse el dinero en el Málaga nunca fueron explicadas desde la propiedad del club, pero algunas fuentes apuntan a la imposibilidad de concretar el que hubiera sido su gran negocio en la Costa del Sol: la ampliación del puerto deportivo de La Bajadilla, en Marbella, y la construcción de una zona comercial con una inversión de 100 millones de euros. Más de cuatro años después de que le fuera concedida la obra al jeque, el proyecto sigue empantanado.

El club inicia en 2012 una durísima reconversión y comienza a vender a todas sus figuras. Por el camino, llegan los problemas: los jugadores denuncian impagos de sus salarios y la UEFA excluye al equipo de Europa por esos impagos en diciembre de 2012. El canto del cisne llega en la primavera de 2013, cuando el equipo está a punto de alcanzar las semifinales de la Liga de Campeones, quedando eliminado de forma agónica por el Borussia Dortmund.

El jeque sigue siendo el dueño del club, pero el Málaga lleva tres autofinaciándose. Es decir, vive de lo que ingresa, pero la deuda acumulada le obliga a vender constantemente a sus mejores jugadores, ahora futbolistas que han salido de su prolífica cantera. La gran gestión de los actuales dirigentes del Málaga, con Vicente Casado a la cabeza, hace que el equipo realice dos temporadas muy dignas con Schuster y Javi Gracia en el banquillo, en especial en la recién finalizada, donde roza la clasificación europea. El club se mantiene gracias a su eficiente gestión, pero juega con fuego. Este verano, el Málaga ha tomado decisiones que han provocado el descontento de la afición. Ha vendido a Juanmi al Southampton por siete millones de euros y a Samuel Castillejo y Samuel García al Villarreal por 17.

El Málaga ha sabido sobrevivir dos temporadas sin la ayuda financiera de su dueño, pero juega con fuego

“No teníamos más remedio que hacer estas ventas para poder asegurar la viabilidad del club”, ha declarado Vicente Casado, director general del club y uno de los responsables del milagro de una entidad que sigue adelante después de que el dueño dejara de invertir en 2012. Curiosamente, el jeque sigue siendo el propietario del club. No aparece por Málaga, pero este verano ha puesto a uno de sus hijos al frente de la entidad. Lo ha hecho después de tantear la posibilidad de vender sus acciones, aunque al final ha decidido mantener la propiedad de la sociedad. Tras sanear sus cuentas, la deuda estimada del Málaga está en torno a 19 millones de euros y fuentes del club afirman que el jeque podría volver a invertir en esta temporada. De momento, ha habido que mantener una reunión con las peñas para tranquilizar a la afición. Los fichajes que han llegado, Juan Carlos, Charles y Espinho, no colman las expectativas de una afición que teme por la situación deportiva de la entidad tras la marcha de los Samus y Juanmi.

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