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Chile cierra filas ante la posibilidad de ganar su primer título en 105 años

La afición y los jugadores rechazan las críticas por presunto trato de favor

Aficionados celebran un gol de Chile a Perú en las semifinales de la Copa América.
Aficionados celebran un gol de Chile a Perú en las semifinales de la Copa América.REUTERS

Un año y un día después de aquel balonazo al larguero de Pinilla en el Mundial, Chile ha logrado su primer objetivo: plantarse de nuevo, tras 28 años de espera, en una final de la Copa América. No hizo su mejor partido, y de hecho fue superado por Perú cuando jugaban once contra once, pero la expulsión de Zambrano y la racha de Eduardo Vargas (máximo goleador de la era Sampaoli, 20 tantos) acabaron desnivelando un clásico del Pacífico a la altura de las expectativas. Sin el protagonismo de Sánchez, Vidal, Medel o Valdivia, fueron Aránguiz y el delantero propiedad del Nápoles quienes rescataron al anfitrión y dieron a la hinchada otro motivo para salir en masa a festejar a la Plaza Italia (con incidentes reprimidos expeditivamente por los carabineros).

Chile parece haber puesto en pausa sus conflictos sociales y políticos, agudizados durante los meses previos al torneo, y la noche del lunes su presidenta, Michelle Bachelet, volvió a bajar al vestuario de la Roja para “dar las gracias a los jugadores por la alegría que nos han dado”. Lo importante era ganar. El capitán Claudio Bravo sintetizó lo ocurrido: “Es un paso histórico. A lo mejor no jugamos como debíamos, pero había que darle una alegría al país”. Chile jugará el sábado contra todo: su pasado, su responsabilidad, su miedo, las acusaciones de ventajas arbitrales y el ganador del Argentina-Paraguay. Será un día de enorme ansiedad en el país andino.

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La justa expulsión de Zambrano, víctima de provocaciones desde el principio del partido, y un fuera de juego posicional en el primer gol chileno volvieron a instalar los errores arbitrales en el debate post-partido. Paolo Guerrero, uno de los mejores en la competente selección peruana, fue explícito: “Suele haber cosas curiosas. Un gol en fuera de juego, un penalti que no me cobran... Con Chile de local hubo muchos imprevistos. Con todo lo que pasa en la FIFA, habría que revisarlo”. De las 7 tarjetas rojas mostradas hasta el momento, 3 han sido contra equipos que se enfrentaban a la Roja. Aunque algunos elementos han favorecido incontestablemente al equipo local, como un cuadro muy sencillo, la ausencia de desplazamientos o el grave error en la expulsión de Edinson Cavani, cabe destacar que Zambrano tenía ya una amarilla y el hecho de que el fuera de juego de Vargas en el primer gol fue compensado por un gol totalmente justo, también suyo, mal anulado en la segunda parte.

Gonzalo Jara, que sigue recibiendo el apoyo mayoritario de la hinchada loca. “Aguante Jarita” sigue siendo una expresión habitual en las redes sociales estos días, mezclada con un recordatorio de la experiencia uruguaya en el juego duro y la marrullería, un argumento predilecto en Chile desde el famoso lance del dedo.

Pese a la euforia, el Mago Valdivia advirtió ayer: “Todavía seguimos sin ganar nada”. Con argumentos de sobra en cuanto a posesión y goles (13), Chile no ha podido sacudirse una cierta impresión de debilidad defensiva en todo el torneo. Los 90 minutos del sábado unirán a todo el país, por encima de divisiones ideológicas. Como afirma al diario Mercurio Manuel Colo Colo Muñoz, 87 años, futbolista protagonista del subcampeonato chileno en 1955: “Teníamos un equipazo, pero no sacamos nada con hablar tanto, porque solo los títulos dan categoría”.

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