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Futbolistas de ocho años con agente

Los intermediarios eligen cada vez a niños más pequeños. A los 14, los que destacan firman contratos con multinacionales. La mayoría se pierde por el camino

Alevines del Antiguoko escuchan a su entrenador, el pasado jueves en San Sebastián
Alevines del Antiguoko escuchan a su entrenador, el pasado jueves en San SebastiánJAVIER HERNÁNDEZ

Según la web del Real Madrid, que lo fichó en 2013, P. “es un portento físico que desborda por la banda gracias a su velocidad y su visión de juego, y que en el uno contra uno siempre gana”. P. tiene doce años y juega en los infantiles. En los torneos de niños televisados se le ha visto celebrar golazos impropios de su edad y atendiendo a la prensa con el discurso aprendido, al acabar sus partidos. En la residencia de Valdebebas, donde convive con 70 y tantas promesas del fútbol y baloncesto, P. presumía el pasado mayo, ante el pasmo de sus compañeros, de “tener la vida resuelta”. “De que solo con hacer así [un chasquido con los dedos] caerán los billetes”.

P. no necesita preparar su bolsa para ir a entrenar. Se la deja lista un utillero. Su equipo y todos los de las categorías inferiores del Madrid, cuenta con vestuario propio en la Ciudad Deportiva, donde los distintos campos se distribuyen en escalera como metáfora del esfuerzo y el sacrificio. Arriba de todo está la meta, donde entrena el primer equipo.

Casi ninguno llega. Ni al Real Madrid, ni a la élite del fútbol. Eso lo explican con estadístiticas en la mano los psicólogos y educadores del Real Madrid a sus canteranos: en España hay 700.000 fichas de futbolistas y solo unos 400 alcanzan la Primera o Segunda División. Uno de cada 5.000. Pero esas charlas formativas pueden sonar a ciencia ficción a adolescentes patrocinados por multinacionales de ropa deportiva con página oficial de Facebook convertidos en héroes de sus colegios.

El Valencia se niega a tratar con agentes de menores de 16 años

El caso de P. es corriente en las canteras de los grandes equipos. Da igual que sea Valdebebas o La Masía del Barça, sancionado sin poder fichar durante dos períodos de traspasos por traer niños extranjeros incumplindo la normativa de la FIFA. Los gigantes de la Liga los miman desde prebenjamines (ocho años) mientras ojean a la competencia para robarle a los mejores. A los once o doce años algunos ya tienen intermediario.Fichan cada año chavales que descartan al siguiente para hacer hueco a nuevos valores. La prensa deportiva celebra el aterrizaje de preadolescentes, a los que llama "cracks" o "killers del área". Casi todos se acaban perdiendo en el camino a la élite y abundan los juguetes rotos.

La herencia de Xabi Alonso al Antiguoko

Los clubes modestos de cantera sueñan con ser el Antiguoko, un club de San Sebastián con 10 equipos y 93 socios que en los últimos años ha ingresado cantidades millonarias. Formar como futbolista a Xabi Alonso, le ha reportado más de un millón y medio de euros. Y el club sigue facturando muchos años después de que el mediocentro donostiarra pisara allí el césped la última vez. Los directivos vascos se quedaron de piedra este verano cuando su abogado les avisó de que el Bayern Munich debía ingresarle 26.000 euros por ganar la Bundesliga.

La clave del Antiguoko está en los contratos que el club firmó  en su día con la Real Sociedad, donde además de los derechos de formación que le competen por las normativas internacionales (el 5% del montante de los traspasos entre Ligas), el Antiguoko se garantizó otro 10% adicional (con un tope de 600.000 euros) sobre futuros traspasos a otros clubs.  Alonso viajó de la Real Sociedad al Liverpool y de este al Real Madrid, de donde partió al Bayer. De todos esos fichajes se llevó un pellizco el Antiguoko, que ahora espera a que el equipo de Guardiola gane la Champions. Sería otro ingreso extra para la entidad donostiarra, con un presupuesto anual de 150.000 euros, que no se ha metido en locuras. El orgullo del club es un local de 400 metros cuadrados con oficicinas,  futbolín y videojuegos para que sus chavales vayan a echar la tarde.

La directiva trabaja estos días para construir otro campo de hierba artificial y seguir alumbrando figuras. De sus instalaciones han salido futbolistas como Iraola, Aduriz o De Pedro. El primero con el que de verdad hizo caja fue Arteta, hoy centrocampista del Arsenal, cuando abandonó el Barça para incorporarse al Glasgow Rangers escocés. Entonces, la propina para el Antiguoko fue de 900.000 euros.

“No solo les mima el club, también los periodistas cuando hablan de perlas, de estrellas, del nuevo Messi. Se van generando exprectativas que no son reales. Y la mayoría no llegan. No sucede de repente, empiezan las cesiones a otros clubes, los descartes...” Lo cuenta Ginés Carvajal, que lleva 35 años en el negocio y ha dirigido la carrera de leyendas como Raúl, Casillas, Morientes, o Víctor Valdés. “Los hay con representante pero a los once años uno no puede saber si un niño va a ser futbolista. Puede hacer cosas diferentes con el balón, pero nada más. El problema es que cada vez hay que acudir a jugadores más jóvenes para encontrar a uno sin agente. Para mí sería muchísimo mejor esperar a que cumplan 18, acertaríamos mucho más. Pero el sistema está así montado. Yo digo a los padres que a los 12 años no se necesita representante y les dejo mi tarjeta para cuando lo precisen. Suelo trabajar con niños de 14 y 15 porque a los 16 ya pueden firmar contratos profesionales”.

Carvajal defiende que las familias se asesoren para poder moverse en un mundo complejo y lleno de intereses, donde firmar una ficha a los 16 años ata a un adolescente a un club durante cinco temporadas sin contraprestaciones.

El gremio de agentes suele invocar la historia de Raúl Baena, hoy jugador del Rayo Vallecano. Los padres de Baena firmaron un precontrato con el Barça en 2002 cuando tenía trece años —hasta los 16 ningún menor puede firmar un contrato profesional— por 10 temporadas. Cuando decidió marcharse al Espanyol, el Barcelona le reclamó la indemnización pactada: 3,5 millones de euros. El caso llegó al Tribunal Supremo, que declaró nulo el contrato alegando que los padres de Baena se extralimitaron al suscribir aquella claúsula puesto que su “poder de representación" no le facultaba a comprometerlo tantos años. El Supremo rebajó la indemnización que Baena debía pagar al Barça hasta los 30.000 euros.

Además, está la relación con las marcas comerciales, uno de los reclamos que los intermediarios utilizan con los futbolistas. A los que más destacan, las multinacionales les ofrecen contratos publicitarios para que luzcan sus prendas deportivas. Adidas, patrocinador oficial del Madrid, intentó sin éxito hace algunos años que todos los canteranos se calzasen sus botas. Fue imposible porque muchos de los menores tenían acuerdos con Nike. A cambio de esos contratos, las multinacionales surten de ropa deportiva por 6.000, 8.000, 10.000 euros anuales a los adolescentes y sus familias para que las futuras estrellas posen con ella. La letra pequeña de esos patrocinios establece, en algunos casos, claúsulas millonarias, si los chavales deciden romper con la marca.

“Ojalá todos esperásemos a los 18, dice el mánager de Raúl y Víctor Valdés"

Carvajal, que hoy representa a algunos de los jóvenes internacionales con más proyección como Deulofeu, Jesse o Alberto Bueno, destaca la importancia de los padres, que muchas veces quieren retirarse a costa del fútbol de sus menores.

Pedro Bravo, presidente de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas, apuntala esa opinión con una experiencia propia: “Hace un año y pico me llamó el director de un colegio para hablarme de lo bueno que era su hijo. Le pregunté qué edad tenía y me dijo que seis años. Le recomendé que dejase a su hijo ser feliz”. En la cartera de Bravo hay unos 60 chavales de distintos clubes. El agente ni les paga ni les cobra, aunque sí les regala un par de botas a todos por Navidad.

El Valencia, por decisión de su expresidente Amadeo Salvo, prohibió esta temporada el acceso de los intermediarios a los entrenamientos de los niños. El club asegura que no tratará con ningún agente que diga representar a menores de 15 años. “Cada vez intentaban captar a niños más pequeños. En equipos de ocho o nueve años se estaban produciendo actitudes que iban contra el compañerismo, con un egoísmo creciente de los niños. El que tiene representante recibe la Play Station o las botas de Ronaldo. Hemos decidido restar influencia a los agentes. No recibimos a ninguno si el jugador tiene menos de 16 años”, asegura un portavoz oficial del Valencia.

Bravo, a título personal, entiende que se prohíba a los representantes "y también a los padres" acceder a los entrenamientos de las canteras, pero se pregunta cómo se puede impedir el derecho legal a asesorar a una familia. Y pide esperar a que llegue una estrella en ciernes de 15 años de la mano de un intermediario para ver si el Valencia acaba cumpliendo su amenaza. 

Algunos padres

El Villarreal tiene fama de ser uno de los medianos que mejor trabaja la cantera: es el tercer club español con más internacionales en categorías inferiores. Sus instalaciones donde entrenan 650 chavales están abiertas a todos. Allí el fútbol empieza a los tres años, con clases de psicomotricidad. La ciudad, con un censo de 50.755 habitantes, no da para nutrir de futbolistas a todas las categorías. Como la mayoría de equipos, se surte de clubes de captación en sus alrededores mientras sus ojeadores peinan otras provincias. Los mejores llegan becados al club gracias a fichajes o acuerdos con otros equipos.

Las cifras varían de un equipo a otro. La Real Sociedad, por ejemplo, paga a los clubes con los que tiene convenio 600 euros por un infantil (13 años), 1.500 euros por un cadete, y 3.000 por el traspaso de un juvenil.

El Real Madrid mantiene contratos de colaboración con clubes aficionados que establecen pagos en  especie: 100 balones al año por tener preferencia en la selección de futbolistas y 25 balones más por cada alevín o infantil que se lleva a Valdebebas. A partir de ahí entra el dinero y depende de cada jugador. El noruego Martin Odergard, llegado a mitad de temporada al Castilla con cartel de crack, percibe una ficha de un millón de euros a sus 16 años. Halilovic, la estrella de la cantera azulgrana, disfruta de unos privilegios simillares. Cualquiera de los dos están lejos todavía del primer equipo. Mucho más abajo, destaca Pipi, un japonés mediapunta de 11 años y 35 kilos, cuyas filigranas en un partido contra el Barça inundan los vídeos de Youtube, y al que los diarios digitales bautizaron como el Messi del futuro. 

El portero José Luis García Pozuelo fichó con nueve años por el prebenjamín B del Madrid. Pasó un lustro en la ciudad deportiva y a los 14 le dijeron que no contaban con él. “Cuesta superarlo, estás en el mejor equipo del mundo, te tratan como si fueras de Primera Divisón. Impresiona todo, los campos, los balones, los viajes y un día te ves fuera. Mis padres me dijeron que el fútbol no acababa ahí”. Se fue al Alcobendas, se propuso trabajar más duro. Dos años después llegó otra llamada del Madrid, para el juvenil C. “Me dijeron que se habían equivocado, recibí un sueldo de 300 euros como el resto del equipo”, recuerda. Pasó una temporada en la que apenas jugó y volvió a verse fuera de Valdebebas: “Apenas tuve oportunidades, pero volvería al Madrid, allí con los mejores entrenadores creces como jugador y como persona”. Desde entonces pasó por los juveniles del Elche y del Getafe. Hoy está a la espera de que su agente le encuentre portería. Tiene 19 años, no ha acabado la ESO pero tampoco pierde la ilusión de regresar a la élite. Su chasquido de dedos, no hace caer billetes. Se conforma con un club de Tercera que le pague300 euros al mes. Que le sirva para dar el salto y seguir en la rueda.

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