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Dramático final para Rabat en el día grande de Simeon

El belga logra el primer triunfo de su carrera ante Zarco mientras el español es arrollado por Morbidelli en la última curva Danny Kent logra su quinta victoria del año en Moto3 con otra escapada en Alemania

Nadia Tronchoni
Simeon celebra la victoria ante la mirada de Zarco.
Simeon celebra la victoria ante la mirada de Zarco.Jens Meyer (AP)

La parsimonia de Johann Zarco, tan dulce en su discurso como veloz es en la pista, reina en Moto2, una categoría en la que la mentalidad, el empeño y la regularidad ganan títulos. En eso está pensando el francés, que no se puso nervioso al principio, cuando en la salida, aquella primera curva tan peligrosa se convirtió en lo más parecido a un embudo; tampoco en las últimas vueltas de la carrera, cuando Simeon se decidió a lanzar su ataque, a falta de cuatro giros para el final, en la frenada de esa misma primera curva, tan propensa a los adelantamientos. Allí se decidió la carrera. Allí logró el belga la primera victoria de su carrera. Y en la última frenada, la de la curva 13, donde se intentan los imposibles, se acabó de definir el podio.

Allí lo intentó Morbidelli, toda la carrera a rueda de Zarco, toda la prueba sin cometer un fallo, hasta que quiso jugársela y midió mal, tan mal que se llevó por delante al más corajudo de los pilotos en Sachsenring: Tito Rabat, operado de una fractura múltiple de clavícula una semana antes, excelso en el esfuerzo, un derroche de valentía y talento. Acabó rebozándose por el suelo cuando apenas le quedaban unos metros para ser cuarto, quizá tercero. Porque el italiano, el segundo corredor (por ahora) de todo el mundial con más puntos de penalización en el carnet, se interpuso en la consecución de su hazaña. De ello sacó tajada Álex Rins, que no perdía detalle de la trazada fina de Rabat, que no le quitaba ojo, no fuera que un imprevisto le diera alguna posibilidad de pasarle. Y así fue. El barcelonés esquivó la marabunta que se encontró por delante y entró, a una rueda, en la meta. Es su cuarto podio en el año de su debut.

Para el todavía campeón de la categoría, Rabat, el balance del gran premio no puede ser más negro: ya está a 65 puntos del líder Zarco. Y necesitará seguramente pasar una revisión médica por seguridad porque como consecuencia de la caída se le ha desplazado uno de los tornillos que sujetan la placa que fija la clavícula que ya se rompió el sábado pasado.

Kent domina en Moto3

Danny Kent celebra el triunfo en Alemania.
Danny Kent celebra el triunfo en Alemania.HENDRIK SCHMIDT (EFE)

El campeonato del mundo de Moto3 tiene nombre propio. O nombres propios, más bien. El dominio (casi) absoluto de un piloto, Danny Kent, un equipo, el Leopard Racing, y una moto, la Honda, definen la temporada. Tiene el británico, de 21 años, la experiencia que les falta a la mayoría de sus rivales; el cuerpo y la cabeza a punto después de un invierno en el que se ha entrenado más y mejor que nunca; y la confianza recuperada tras un curso (el 2013) frustrado en Moto2. Por eso es capaz de ganar como lo hace, con ventajas que superan los siete segundos, merced a escapadas más propias de otras categorías de mayor cilindrada, como hizo en Austin, en Argentina, y como volvió a hacer en Alemania, donde cosechó la quinta victoria de la temporada.

Además, está el chico en el equipo adecuado, el que coordinan los alemanes Stefan y Jochen Kiefer, los mismos que hicieron campeón de Moto2 a Stefan Bradl hace unos años, una estructura con capacidad económica que está desarrollando un excelente trabajo. Y lleva la que se ha erigido este curso (y, por qué no recordarlo, gracias al trabajo realizado la temporada anterior por el campeón, Álex Márquez, que tanto se peleó con su montura al inicio del curso) como la mejor moto de la parrilla: la Honda. No en vano, cinco de las seis primeras clasificadas en la carrera de este domingo (con la excepción de Fenati, que corre con KTM) son motos de la fábrica alada. Los tres pilotos en el podio: Kent, Vázquez –su compañero de equipo, incapaz de seguirle el ritmo, pero aun así demasiado rápido para el resto de perseguidores–, y Bastianini llevan una Honda. Y no es casualidad.

Como tampoco lo es que fuera finalmente Bastianini el tercer piloto que se subiera al podio, pese a la remontada de Fenati, tan aficionado a los imposibles como irregular, o el empuje final de Antonelli, que parece querer siempre pero nunca puede. A la Bestia, así le llaman, se le debe admirar por su constancia y empeño, obviamente, además de por su talento. Tiene sólo 17 años, pero siempre aparece, aunque, como ocurrió esta vez, perdiera tres posiciones en la parrilla (pasó del segundo al quinto puesto), afectado por las sanciones a un grupo de pilotos por pretender chupar rueda en la sesión de clasificación. Tiene al imperturbable Kent demasiado lejos (66 puntos), pero se ha ganado a pulso el segundo puesto de la general.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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