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El Bartomeu más escurridizo

El candidato, lejos de entrar en una batalla dialéctica con sus rivales, presume de gestión deportiva y esquiva la polémica

Bartomeu, el sábado, en un acto.
Bartomeu, el sábado, en un acto. Toni Garriga (EFE)

Bartomeu se muestra escurridizo ante la polémica y el enfrentamiento. Dribla cualquier pregunta que tenga que ver con temas controvertidos de su mandato con la misma facilidad que Messi rompía a sus rivales sobre el tapete para, paradójicamente, colocar a Bartomeu como favorito en todas las quinielas sobre las elecciones. El triplete conseguido es la principal baza del candidato en esta campaña, alardeando sistemáticamente de juntar a Messi, Suárez y Neymar y de una buena gestión deportiva, cuando hace tan solo media año se anunciaba la destitución de Zubizarreta y el Barça parecía un buque sin rumbo.

En todas sus entrevistas recurre a los formalismos para rehuir de preguntas afiladas. Como las referentes al enfrentamiento con Joan Laporta. Bartomeu deja claro en cada intervención que el duelo contra su homologo sopla siempre en una única dirección, con Laporta golpeando y Bartomeu esquivando los golpes como un púgil evita las ganchos de su rival. “Como presidente he intentado tener buena relación con todos. He invitado a todos los expresidentes a los actos institucionales. He intentado recuperar una normalidad institucional, y en este sentido hemos avanzado mucho, pero hemos de avanzar más”, declara en una entrevista concedida a La Vanguardia. También insiste en la pulcritud de la operación Neymar, obviando la multa de hacienda y su imputación en el caso. “Si hubiera hecho algo mal no me presentaría a las elecciones, uno sabe cuándo hace algo mal”, ahonda Bartomeu. Y, por último, torea las preguntas referentes a la toma de decisiones de la junta gestora.

En todas sus entrevistas recurre a los formalismos para rehuir de preguntas afiladas

A contracorriente del resto de candidatos, como Benedito que llegó a calificar las maniobras como “el escándalo más grande que visto en los últimos años en unas elecciones”, el candidato niega el carácter electoralista del fichaje de Arda Turan: “En absoluto, no lo es. Es un fichaje planificado por Luis Enrique y su cuerpo técnico hace ya muchas semanas. Pido respeto para él, y si algún candidato quiere traer otro jugador, le recomiendo que hable primero con el entrenador”, declara.

Bartomeu se siente favorito, y ejerce como tal; se aleja del barro, terreno no propicio por su forma de hacer

Bartomeu se siente favorito, y ejerce como tal. Se aleja del barro, terreno no propicio por su forma de hacer, y hace propuestas como parche a decisiones criticadas en el entorno. En un distendido acto organizado en su sede y regado por el vermú, el expresidente explica que Unicef tendría una posición preponderante en su próxima legislatura, cuando lleva años arrinconado en la espalda. “Queremos crear un Espacio Unicef en el Espacio Barça y que Unicef esté presente en todos los actos, más allá de la camiseta”. Y, asimismo, saca pecho presumiendo de una buena gestión económica: “Hemos rebajado la deuda y conseguido beneficio sin subir los abonos. Nos comprometemos a no subirlos en los próximos seis años”. Durante el acto Jordi Monés, jefe del departamento médico del club en la última época, ha aprovechado para presumir de los avanzados métodos utilizados durante esta temporada. “Con el GPS y el Mediacoach sabemos la carga de trabajo de cada jugador. Eso nos permite prever y evitar lesiones”, ahonda Monés. Y agrega “para los servicios médicos es un placer tener a Luis Enrique como entrenador. Tiene en cuenta y aplica nuestros estudios médicos”.

El próximo 14 de Julio en TV3, Bartomeu se enfrentará al único debate en el que ha confirmado su asistencia. El encuentro se presenta como la última intentona de Laporta, hábil en este tipo de escenarios, para ganar terreno al escurridizo Bartomeu.

 

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