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Costa Rica se clasifica a duras penas

El equipo centroamericano empata sin goles ante Canadá y se coloca en el segundo lugar del Grupo B del torneo

David Guzman, de Costa Rica, protege el balón.
David Guzman, de Costa Rica, protege el balón.KEVIN VAN PAASSEN (AFP)

Costa Rica empató por tercera ocasión en la Copa Oro y logró clasificarse a cuartos de final. Tras un juego sin goles ante la débil Canadá la selección centroamericana espera a su próximo rival: México o Trinidad y Tobago, que se enfrentan este miércoles. Algún jugador costarricense se permitió alzar los brazos en señal de victoria cuando el árbitro hondureño Héctor Rodríguez silbó el fin del partido en Toronto. Para una selección mareada por los experimentos y con demasiados hoyos en la defensa, la clasificación resulta motivo de alegría. 

En el juego de esta noche, el único realizado fuera de Estados Unidos, Canadá intentó aprovechar su condición de local para sumarla a la desconfianza y la presión que acumulaba Costa Rica, la joya centroamericana que brilló un año atrás en Brasil 2014 y que ahora parece otro equipo. 

Del lado de Canadá, rapidez, fuerza y poca imaginación para afrontar el partido que les podía dar la clasificación en el grupo B de Copa Oro. Buenos intentos, pero estériles. Ha quedado eliminada sin una sola anotación en sus tres juegos y con solo dos puntos. 

Los ticos mejoraron en el manejo de la pelota y en los arrestos contra el marco rival, pero fue evidente la ansiedad en sus delanteros. Costa Rica llegaba a Toronto con la intención de romper una racha de ocho juegos sin triunfo, pero no lo han conseguido.

Con el 2-2 ante Jamaica, el 1-1 ante El Salvador y este 0-0 ante Canadá, la selección de Paulo Wanchope suma tres puntos y se clasifica segundo, por detrás de los jamaiquinos (siete unidades). 

“No hicimos las cosas tan mal”, justificaba el volante Bryan Ruiz (Sporting de Lisboa) tras el empate. Parece un diagnóstico pobre, pero si se compara con el primer tiempo contra El Salvador, Costa Rica mejoró varios escalones. Si se compara con las expectativas propias, de rivales y de aficionados, la palabra pobre merece un superlativo. 

Se vio en el último cuarto del partido. Los canadienses eran más impetuosos y soltaron un centro al área, la nueva zona de traumas de los ticos y el balón acabó embocado en el arco de Esteban Álvarado, pero para su suerte, el guardalíneas marcó un offside y el alma volvió al cuerpo de los ticos.

Alvarado (sin equipo actual) había resultado vital en al menos dos jugadas anteriores y en este torneo es responsable de que nadie extrañe demasiado a Keylor Navas, concentrado en su pretemporada en el Real Madrid. 

Canadá siguió insistiendo y arreció hacia el final. Se puede resumir en la pelota que Alvarado soltó en el área pequeña y rodó entre un bosque de piernas a menos de un metro de la línea de gol. Era el minuto 80 y podía ser definitorio, pero la jugada acabó con el despeje lejano y desesperado de un defensor tico. “Casi se me para el corazón en esa línea, pero así es el fútbol, hoy nos acompañó el de arriba (Dios)”, comentó a la prensa Wanchope. 

Eran momentos de angustia. Fueron varios remates desde lejos contra Kiriakos Stamatopoulos, quizás precipitados, pero suficiente para superar los juegos anteriores. El volante Bryan Ruiz se conectó mejor con su compañero de resguardo, Celso Borges, y alcanzaron bien la línea de vanguardia de David Ramírez. 

Con todo, los ticos se clasificaron. El desenlace pudo haber sido peor para un equipo que ensaya y prueba una alineación y otra. Poco queda del cuadro sólido que armó el colombiano Jorge Luis Pinto (seleccionador de Honduras, ya eliminada). Canadá no tendrá que volver a casa derrotado. Ahí queda en su césped, con un empate que vale igual a una derrota frente a una Costa Rica que todavía se pellizca para comprobar que sí, que sigue con vida.

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