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La crisis desfigura las ligas españolas de varios deportes

El descenso del Elche refleja la convulsión en el deporte, que expulsa equipos de la élite, impide ascensos y deja a otros sin competiciones europeas

Robert Álvarez
Manifestación en Sevilla el pasado día 21 en apoyo del club de baloncesto
Manifestación en Sevilla el pasado día 21 en apoyo del club de baloncestoMiguel Ángel Morenatti (AS)

Fútbol, baloncesto, balonmano… No hay deporte al que no afecte la crisis económica que está destiñendo las máximas competiciones españolas. El mapa de renuncias a la élite, voluntarias o forzadas, ascensos frustrados o deserción en los torneos europeos, abarca casi toda la geografía, desde Badalona a Sevilla, pasando por Pontevedra, Madrid, Elche o Burgos.

 Los despachos del Baloncesto Sevilla son un sinvivir durante estos días de canícula, amenazada como está su supervivencia después de 28 años. El histórico Joventut de Badalona ha renunciado a competir en Europa. El Rivas Ecópolis, campeón de la Liga femenina en 2014, se despidió igualmente por voluntad propia de la máxima categoría. Los problemas se enquistan en otros equipos, caso del Fuenlabrada, el Gipuzkoa, el Estudiantes o el Manresa. Los clubes de la Adecco Oro no logran hacer efectivos los ascensos debido a que no pueden asumir los requisitos económicos de la ACB: cinco millones de euros, convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva y contar con un pabellón con un aforo mínimo para 5.000 espectadores. Esta temporada son el Burgos, por tercera vez consecutiva, y el Ourense, aunque este mantiene un litigio y espera que el Consejo Superior Deportes (CSD) dicte su última palabra. De los ocho ascensos que se han producido en las últimas cuatro temporadas, sólo un equipo, el MoraBanc Andorra, ha podido hacerlo efectivo.

En el balonmano, las turbulencias han desencadenado un desencuentro entre la Asobal y la Federación Española. La Asociación de Clubes excluyó de la próxima Liga al Cangas do Morrazo, quinto la última Liga, y al Teucro de Pontevedra, que ascendió tras proclamarse campeón de la División de Plata. Los dos equipos gallegos no cumplieron los requisitos administrativos y económicos. El Teucro presentó la inscripción fuera de plazo y pagó la cuota de acceso, 7.500 euros, a la Federación en lugar de hacerlo ante la Asobal. Lo mismo hizo el Cangas. Y ahora ambos litigan por unas plazas que la Asobal ya ha concedido al Zamora y al Gijón. El Cangas, mientras se decide el litigio, ha iniciado una campaña de micromecenazgo, para recaudar 10.000 euros en 42 días con los que sufragaría su participación en la competición europea.

Sin incentivos

“Cada club sale adelante como puede”

MARTA TRILLO

Con un presupuesto de 180.000 euros, el equipo de waterpolo del Club Natación Poblenou decidió abandonar la División de Honor por “falta de recursos”, según el presidente del histórico club, Jordi Homs. “Tenemos dos secciones deportivas de nivel, waterpolo y rugby, y para un club pequeño mantenerse en la máxima categoría es prácticamente imposible con el marco legal actual”, explica el presidente de un club con 4.800 abonados.

Otros clubes como el Atlètic Barceloneta y el Natació Barcelona o el Horta, también están sufriendo problemas económicos, aunque se gestionan de forma diferente: “Todos sabemos que el Natació Barcelona está pendiente de un promotor privado [la empresa británica experta en equipamientos turísticos Evertaas] para limpiar su deuda”, explica Jordi Homs. “Cada club sale adelante como puede, no hacemos foro común de estos temas. Es una cuestión casuística”.

“El principal problema es que no existe ningún incentivo fiscal, ni de ningún tipo, para animar a los patrocinadores”, considera Eduard Coll, presidente de la Asobal. “Estamos cansados de pedirle que nos ayude al CSD. Mantenemos muy buena relación con él. Pero nos prometieron un 30% de la lotería y se lo dieron a las federaciones. Estamos absolutamente solos buscándonos la vida. Nos hemos sentido muy olvidados”.

La Asobal, con todo, recibió ayer una inyección de optimismo, tras el ligero respiro que ya supuso en enero lograr el patrocinio de Bauhaus. Ha cerrado un acuerdo de tres años con Movistar para ampliar el que ya tenía con Canal + sobre la cobertura de la Liga y la retransmisión semanal de partidos. Pero, al margen de estas buenas noticias, la tesorería de la mayoría de clubes, Barça aparte, sigue muy renqueante. Coll considera un aviso muy serio las dificultades que sufrió el Naturhouse La Rioja para financiar su participación en la última Liga de Campeones. “Si no llega a lograrlo, España hubiera perdido el coeficiente que le permite contar con dos equipos en la competición. Hubiera sido gravísimo para un país con un nivel como el nuestro, pese a que muchos jugadores hayan tenido que emigrar”. El presupuesto del Naturhouse no llega al millón de euros y el de muchos equipos de la Asobal a apenas 300.000.

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José Luis Galilea, director general del Baloncesto Sevilla, está muy esperanzado en la viabilidad del club pese a la difícil situación en que quedó después de la fuga del fondo estadounidense al que se vendió, Jefferson Capital Founding. “No tenemos deudas y hemos cumplido con nuestras obligaciones”, mantiene “Y hemos sido el único club capaz de meter a tres jugadores en el draft [de la NBA]. Eso nos ha dado ingresos adicionales por el traspaso de Porzingis a los Knicks”. Galilea constata la dificultad de conformar un presupuesto competitivo en la Liga Endesa, que cifra en unos tres millones. “En Sevilla es complicado porque hay dos clubes de fútbol muy potentes. Y nuestra marca social es modesta. Contamos con 2.000 socios, no los 8.000 que le dan un empujón importante al Bilbao, por ejemplo”.

Los problemas del Elche CF, descendido administrativamente por no pagar a tiempo las deudas con Hacienda, han salpicado también a sus secciones deportivas, como el equipo de balonmano femenino, que ha renunciado a la competición europea. En el fútbol sala, la máxima división no ha podido incorporar al campeón de Segunda, el Brihuega. Y en voleibol, el CV Miranda abandonó en enero la Superliga femenina por motivos económicos.

Joventut, las penurias de un histórico

Jordi Villacampa, presidente del Fiact Joventut, ha adoptado la impopular decisión de renunciar a disputar la próxima Eurocopa, que le suponía unos gastos de unos 300.000 euros. “La decisión fue difícil, pero necesaria. Tenemos que centrar los esfuerzos en garantizar la viabilidad económica”, afirma. Como casi cada año, el club badalonés ha tenido que resignarse a perder otra de sus perlas, Àlex Suárez, aunque eso le ayude a cuadrar su balance económico. Esta vez ha sido el Madrid el que que se ha llevado ala-pívot menorquín por unos 300.000 euros. Solo así la Penya podrá seguir sumando para alcanzar un presupuesto que ronda los cuatro millones.

José Luis Galilea, director general del Baloncesto Sevilla, considera que los clubes de la ACB han racionalizado sus gastos. “El siguiente paso es encontrar nuevas fuentes de ingresos, sobre todo a través del patrocinio. Antes, las instituciones sostenían, y en algún caso siguen sosteniendo, a muchos clubes. Pero ahora tienen otras prioridades”, advierte. “Es imprescindible una ley de mecenazgo”.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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