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El Barcelona no negocia

El club no venderá a ningún jugador a no ser que paguen su cláusula de rescisión. Pedro no jugó el 60% de los partidos del año anterior y por eso cuesta 30 en vez de 150 millones

Jordi Quixano
Pedro chuta ante la Fiorentina en el último amistoso.
Pedro chuta ante la Fiorentina en el último amistoso.Paolo Bruno (Getty Images)

Desde hace unos meses, los agentes y los clubes que se acercan a las oficinas del Barcelona siempre se llevan la misma respuesta. “No negociamos a la hora de vender”, responden desde la entidad azulgrana. Así lo decidieron poco después de que el TAS ratificara la sanción de la FIFA por traspasos irregulares de menores que prohibía las incorporaciones de futbolistas en amistosos y competiciones hasta enero de 2016. “Hasta que no pase la sanción, el club no venderá a nadie con el que cuente el entrenador. A no ser, claro, que se pague su cláusula de rescisión”, explican desde la ciudad deportiva azulgrana; “y seremos inflexibles, sin excepción alguna”. Decisión que afecta, entre otros, a Pedro, Adriano y Adama, extremo del filial.

A pesar de la exigencia azulgrana, Pedro tiene bastantes números de irse. “No hay prisa, pero sí que es un jugador que nos interesa y mucho”, señala un trabajador del Manchester United, club que en breves hará una ofensiva por el canario. “Por el momento no hemos recibido ninguna oferta por él”, replican desde el Barça. Pero el Manchester United, que sí que está en comunicación con el jugador y su agente, sabe los entresijos del contrato del extremo; sabe que su cláusula de rescisión no es de 150 millones —como se comunicó desde el Barcelona en la firma de la prolongación de contrato durante el mes de junio pasado—, sino que es de 30 millones porque el futbolista no jugó el 60% de los encuentros de la temporada anterior. “Eso cuesta y no es negociable. Si lo quieren, tienen que pagar ese dinero”, exponen en el club azulgrana; “además de que Pedro quiera irse, claro”. Pero Pedro tiene tomada la decisión; quiere jugar la próxima Eurocopa y no acepta perder más protagonismo sobre el césped, condición que difícilmente cumpliría en el Camp Nou porque Messi, Luis Suárez y Neymar copan la línea delantera. “Pedro es un jugador de altísimo nivel que lo ha ganado todo. Ha demostrado sus habilidades y rendimiento, y quiero que se quede”, expuso ayer Luis Enrique en la rueda de prensa previa al Trofeo Joan Gamper (22.00 horas / TV3 y Antena 3) ante la Roma. Y abundó: “Pero la decisión y las novedades las puede dar el jugador, nada más”. Así, se presupone que Pedro firmará pronto con el United, quizá tras la Supercopa de Europa como desea el Barcelona, consciente de que Messi y Neymar apenas llevan unos días de pretemporada y llegarán justos para el título.

El área deportiva azulgrana se definirá en una o dos semanas

La composición del área deportiva es una incógnita, aunque desde el club ya deslizan que en una o dos semanas la aclararán. Resulta que al final del curso pasado se hizo una comisión deportiva (el extécnico Carles Rexach, Ariedo Braida para los traspasos internacionales, además de los directivos Jordi Mestre y Javier Bordas), que ahora está indefinida. “Seguirán en el club”, dicen. Pero no se sabe en calidad de qué. Ahora, el poder recae en Luis Enrique —“al final es quien decide qué jugadores encajan en su proyecto”, cuentan desde las oficinas—, además de en el director deportivo Robert Fernández, en el director de fútbol Raúl Sanllehí y en el director de deportes Albert Soler.

En caso de que se venda a Pedro, el Barça asegura que no ha movido pieza por ningún otro futbolista. “La plantilla está completamente cerrada”, afirman desde la entidad. Pero sí que tienen una lista de dos o tres extremos futuribles que encajan con el ADN Barça. “También está la posibilidad de contar con alguno del filial porque el técnico ya se los ha llevado a la gira y están haciendo la pretemporada con el primer equipo”, recuerdan desde las oficinas azulgrana. Por lo que Munir, Halilovic o Sandro podrían tener su billete a Primera. No así Adama, que sí podría marcharse porque su cláusula no es prohibitiva, al menos para los opulentos clubes de la Premier y en especial para el Liverpool o el Stoke. El jugador ya ha negociado con las entidades inglesas y está a la espera de que realice la oferta —“ya saben que su cláusula es de 12 millones”, advierten desde el Barcelona— a la dirección deportiva azulgrana. Adama, seguramente, decidirá su futuro esta semana.

La imposibilidad de Adriano

Más difícil tiene marcharse Adriano, pretendido por la misma Roma. El lateral no incluyó un apartado de liberación o rebaja de la cláusula como Pedro por el número de partidos disputados —como también hizo Thiago, que se marchó así al Bayern; y Bartra, que rechazó hacerla efectiva para seguir en el club—, y su salvoconducto de salida cuesta 90 millones. Una cifra desorbitada que le atornilla al club azulgrana.

No ocurrió lo mismo con Deulofeu, jugador con el que no contaba Luis Enrique. Por lo que en el periodo de interinidad en el que gobernaba la comisión gestora (momento en el que se realizaban las elecciones a la presidencia), se decidió aprobar el traspaso por seis millones cuando su cláusula era de 35. Algo similar sucede con el camerunés Song, que está entre Barcelona e Inglaterra (porque jugó como cedido en el ejercicio anterior en el West Ham) recuperándose de una lesión de tobillo. “El entrenador nos ha comunicado que no tiene sitio en el equipo”, revelan desde el club; “por lo que le estamos buscando una salida que tarde o temprano llegará”. Por lo que Song, a diferencia de Pedro y Adriano, se libra de la inflexibilidad negociadora del Barça.

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