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Rakitic: “Jugamos para Messi porque se lo ha ganado”

El centrocampista se define feliz en el Barcelona, donde quiere dejar su huella por más que juegue para el resto y le toque correr por los demás

Jordi Quixano
Rakitic, en la rueda de prensa del sábado.
Rakitic, en la rueda de prensa del sábado.Alejandro García (EFE)

No mira el reloj, no es exhortativo en sus respuestas y se entretiene y gobierna las palabras igual que el balón. “Me gusta hablar tanto de fútbol que mi mujer me manda callar casi siempre”, bromea Ivan Rakitic (Möhlin, Suiza; 27 años). Feliz en el Barça, entiende su profesión como algo tan divertido como efímero, por lo que cuida su cuerpo al cuadrado. Y, aunque sabe que juega para los demás, tiene claro que debe dejar su huella. Y en ello está.

Pregunta. Decía Johan Cruyff que las segundas temporadas son las más difíciles. ¿Se lo parece?

Respuesta. Si lo dice él, puede que haya mucho de verdad en eso. Pero hay otros que dicen que es la primera y alguno que señala a la tercera… Me da igual, yo quiero hacer mi camino y ganas e ilusión no me van a faltar. Vengo por la mañana con una sonrisa y me voy con ella. Si no disfruto en el mejor club del mundo, no lo haré nunca.

P. ¿Fomenta esa felicidad el hecho de tener responsabilidades sobre el césped?

R. Ya se vio en el Sevilla, donde fui el primer capitán extranjero desde Maradona, que me gusta coger responsabilidades. Ahora estoy en el Barça y entiendo y acepto la jerarquía del vestuario, pero quiero dejar mi opinión.

P. ¿Usted se crece con la competencia?

“A veces, debo chutar desde lejos porque nos fijan a los puntas. Necesito darle. Es uno de mis fuertes”

R. No sé. A mí no me gusta picarme con un compañero. Sólo quiero enseñar al mister que puede confiar en mí, que me encanta jugar todo. Incluso los amistosos.

P. De todas formas, supongo que es difícil digerir el cambio de ser el rey del Sevilla a uno más en el Barcelona…

R. A mí no me costó asumirlo. No regateo como Leo o no defiendo como Piqué, pero no me como la cabeza en que quiero ser como otro, sino en hacer lo que me toca. Somos 25 jugadores y vamos todos a una. Así es como se gana.

P. ¿Pero tuvo alguna duda sobre si estaría al nivel?

R. No, ninguna. A veces lo haré mal o estaré menos fresco… pero no se puede perder la confianza ni el pensamiento positivo. Y si el coco no funciona… Lo primero es cuidarse el cuerpo porque vivimos de él, pero al final todo sale de la cabeza y debemos cuidarla. Si no está ordenada, es difícil que puedas jugar bien.

P. ¿Pero no es fácil caer en la tentación de creerse el mejor una vez se está en el Barcelona? Deben ser todo elogios en su vida…

R. Puedes creértelo, pero eso no me parece que deba ser una preocupación. A muchos les gustaría estar en mi posición, así que hay que saberlo y trabajarlo a nivel mental. Nada más.

P. En el tapete también trabaja mucho. De hecho acaba los encuentros con la cara roja.

R. Mi mujer me dice que se me cambia la cara, que se me ve como chupada. Como hidratos, bebo cinco o seis litros de agua antes de los partidos… Claro que me gustaría una hamburguesa con salsa, pero vivo para esto. Y aun así acabo agotado. El otro día me quedé muy bien dormido en casa al lado de mi hija…

P. ¿Pero no se suponía que al jugar en el Barça los que corren son los otros?

“Atacar y saber lo que va a pasar es lo más bonito que hay en el fútbol”

R. La diferencia está en ganar. Puede que acabe agotado, pero he disfrutado en el campo, dominando, ganando… Así, con energía positiva, puedes jugar cada día. No hay nada mejor que tener la pelota en los pies. Atacar y saber lo que va a pasar es lo más bonito que hay en el fútbol.

P. En su caso, muchas veces se la da a Messi.

R. Suele ser lo mejor porque tiene la capacidad de sacarse con un movimiento a dos o tres rivales de encima. Pero hay que buscar la mejor solución y es importante que los tres de arriba puedan disfrutar del uno contra uno… Y si no tienen el día, pues tienes que juntar más las líneas, jugar fácil para que cojan confianza… Se trata de hacer mejores a los demás.

P. Aunque a veces eso pasa por cubrir los huecos de los otros.

R. Mucha gente me dice que es muy fácil jugar con Leo, Ney, Andrés… Y sí, es lo más bonito que hay y todos queremos tenerlos en nuestro equipo. Pero no es fácil y todo tiene sus matices porque Messi no se mueve como un extremo. Si hay que hacer 5.000 metros, pues se hacen porque si jugamos para Leo es porque se lo ha ganado y trabajado. Aunque no sólo le cubro a él, porque Alves actúa también de extremo… Yo, como todos, soy egoísta y también quiero dar lo mío, pero si un día no se ven mis cosas pero he ayudado al equipo, pues ya está bien.

P. ¿Una forma de ayudar es su disparo de media distancia?

“El Sevilla está en una situación diferente; ahora en vez de decir que necesita a un jugador, dice que lo quieren”

R. Es uno de mis fuertes. Hay que controlar hacia delante para no perder la posibilidad del chut. Más que nada porque en ocasiones nos fijan a los delanteros y es algo que debo hacer porque es una parte de mi juego. Necesito darle. Eso sí, hay que darse rápido la vuelta porque a la siguiente jugada se defiende.

P. ¿Y con esa capacidad de disparo, una vez se ha ido Xavi, no ha pedido que le dejen lanzar las faltas este año?

R. Antes lo chutaba todo en mis otros equipos. Pero ya veremos; tampoco podemos decir que ellos lo hagan mal, ¿no?

P. Ahora les toca la Supercopa. ¿Un jugador que se acostumbra a ganar, necesita las finales para sentirse completo?

R. Se necesita ganar y se necesitan los títulos. De eso se habla. Nadie te pregunta cómo has quedado contra tal rival, sino en cómo has quedado en la final de la Champions, en la de la Copa… Jugamos para eso. Lo que pasa que no será sencillo ante el Sevilla porque en esta temporada está en una situación diferente. Van a la Champions y ahora en vez de decir que necesitan a un jugador, dicen que lo quieren. Van a venir con mucha fuerza, es un equipo muy competitivo.

P. ¿Pero no tiene ventaja el Barça al jugar con el mismo equipo que el curso anterior?

R. Siempre es importante conocer las características y los movimientos de los compañeros. Pero nos jugamos un título y sólo podemos pensar en eso. Hay que empezar ganando. El objetivo claro son las seis copas y Dios quiera que lo consigamos.

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