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Messi contra Monchi

El Barça triunfal y el Sevilla que se reinventa cada año se juegan la Supercopa

Ramon Besa
Messi, durante el entrenamiento previo a la final de la Supercopa de Europa.
Messi, durante el entrenamiento previo a la final de la Supercopa de Europa.Chris Brunskill (Getty Images)

Si el fútbol se midiera por parámetros puramente futbolísticos, y no mediáticos —ninguno como la Premier —o morbosos, terreno más propicio para la Bundesliga —Guardiola— o incluso para la Liga francesa —Ibrahimovic y, hasta su dimisión, Bielsa—, el campeonato español sería el de mayor impacto en el mundo. Alcanza con constatar que ocho de las últimas diez ediciones de la Supercopa de Europa, el torneo que enfrenta al campeón de la Champions con el de la Liga Europa, han contado con la participación de al menos un equipo español: las excepciones corresponden a 2008 y 2013. Hay más detalles que avalan la hegemonía continental de la Liga: el Sevilla ha sido el que más veces ha ganado el trofeo (4) que sustituye a la UEFA y el Barcelona se ha situado a un solo triunfo de igualar al Milan (cuatro frente a cinco) como campeón de la Supercopa de Europa.

La final de hoy en Tbilisi es posiblemente el mejor escaparate para presumir de la salud del fútbol español

Así planteada, la final de hoy en Tbilisi (20.45, Antena 3, beIN Sport y TV3) es posiblemente el mejor escaparate para presumir de la salud del fútbol español y sus peculiaridades, sobre todo en cuanto a futbolistas y especialmente a modelos: la capacidad de reinventarse del Sevilla se enfrenta a la estabilidad del Barça desde la presentación en 2003 de Messi. Los azulgrana aspiran a prolongar una etapa dorada, presidida por la conquista de cuatro Copas de Europa, que fue interrumpida precisamente por el Sevilla, campeón de la Supercopa en Montecarlo después de acabar con el reinado de Ronaldinho en 2006, con un rotundo 3-0.

Ya no queda un solo jugador de entonces en la formación del Sevilla, prueba evidente de la facilidad de su secretario técnico Monchi para manejarse cada verano con el álbum de cromos, mientras el Barcelona ha ido retocando su formación con futbolistas procedentes de equipos como el del Nervión (Keita, Adriano, Rakitic, Aleix Vidal y, por su puesto Alves, quien aspira a reunir los mismos trofeos que Maldini: 4). La línea del éxito azulgrana la marca en cualquier caso Messi, que al igual que Iniesta, pretenden sumar los mismos 25 títulos que ganó Xavi.

A Messi, por lo demás, siempre se le dio bien el Sevilla (22 goles en 18 partidos) y Unai Emery nunca pudo ganar al Barça en los 19 partidos disputados (13 derrotas y seis empates). El problema para el Barcelona es que no podrá contar con el tridente, la fórmula de sus éxitos, por las paperas de Neymar (su enfermedad es contagiosa y se teme que haya infectado a más personal del Camp Nou) y la lesión de Alba. También el Sevilla tiene males comunes por una intoxicación alimentaria que afecta a su línea defensiva, expectante con la evolución de Rami.

A Messi siempre se le dio bien el Sevilla (22 goles en 18 partidos) y Emery nunca pudo ganar al Barça en los 19 partidos disputados (13 derrotas y seis empates)

“Tenemos que llevar nuestro juego al límite porque entonces encontraremos las carencias del Barcelona”, sostiene Emery. “Llegamos en un buen momento”, responde Luis Enrique, quien pretende conseguir las seis copas después de igualar a Guardiola con el triplete. Aunque el escenario no facilita el desplazamiento de sus respectivas hinchadas, el Barça y el Sevilla parecen dispuestos a batirse de acuerdo con la grandilocuencia de una cita que corona al supercampeón de Europa.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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