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Eraso, un volcán risueño

El centrocampista, procedente del Leganés, es la nueva sensación del Athletic

Eraso celebra uno de los goles marcados al Inter Bakú.
Eraso celebra uno de los goles marcados al Inter Bakú.IÑAKI ANDRÉS (EFE)

Con los nombres o apellidos vascos se puede jugar a las palabras aunque su significado sea difuso o, cuando menos, complejo. Eraso, tomado así literalmente, significa ataque o todas sus acepciones derivadas, lo que aplicado a un futbolista le implementa su valor. Sin embargo, según el lingüista Koldo Mitxelena, podría provenir de Erahussu, un lugar datado en el siglo XI, traducido luego como Eskabarte, y que por el sufijo podría significar abundancia. Tampoco está mal para un futbolista: ataque o abundancia son dos lindes que definen al buen futbolista moderno. Lo cierto es que Javier Eraso (Pamplona, 1990) se ha convertido en el fichaje estrella del Athletic, llegando desde Leganés y habiendo vivido su época iniciática en el Athletic. “Entonces era un futbolista que andaba mucho, muchísimo en el campo, pero al que le faltaba explosividad”, comentan en Lezama; “y hubo futbolistas que le cerraron el paso por sus mayores garantías”.

El muchacho fue un navarro más, al que las circunstancias le obligaron a buscarse la vida en otros lugares. El culto a la cantera tiene sus límites y Javier Eraso no se antojaba un futbolista de garantías para el primer equipo. Espigado, ágil, con buenos movimientos, infatigable, le faltaba algo para jugar en la máxima competición. Y se fue a Leganés cuando el equipo madrileño militaba en Segunda B. Algo así como volver a empezar, pero algo nada insólito en la cantera rojiblanca. Tipos como Aduriz o Mikel Rico o Beñat también sacaron las maletas de su armario para emprender un viaje sin destino claro. Con el Leganés gozó del ascenso a Segunda A, donde fue pieza clave disputando 42 partidos. En la categoría de plata debutó el siete de septiembre de 2014 y marcó su primer gol tres meses después ante el Recreativo de Huelva. Y ya fue un no parar.

Su virtud es la llegada. Necesita metros para alcanzar su objetivo", afirman en Lezama

Ha cerrado dos años en Segunda con un balance de 16 goles. Muchos para un centrocampista “que jamás los marcaría jugando como delantero en punta”, afirman en Lezama, “porque su virtud es la llegada. Necesita metros para alcanzar su objetivo”. Es algo así como un francotirador pero con dos balas en la recámara, lo que unido a su capacidad aeróbica le convierte en un jugador portentoso en el campo.

Al Inter de Bakú, un equipo menor, le marcó dos goles en su debut con el Athletic, que a la postre significaron el pase a la siguiente eliminatoria de la Liga Europa. Fue un buen comienzo, pero era la primera evaluación de una asignatura larguísima. Alto y ágil, pudiera decirse que se asemeja futbolísticamente a tipos como Gustavo Poyet, que estando más atrás siempre miran hacia adelante porque cuando atraviesan el medio campo, ya solo piensan en el gol.

Metros por delante

Valverde le ha dado metros por delante. Acuciado el Athletic por la falta de un mediapunta (por ahí han circulado Muniain, Beñat, Mikel Rico, Susaeta,...), Eraso puede ser el enganche que cosa al centro del campo con Aduriz, el francotirador de un solo disparo. Eraso es un tipo sencillo, de pocas palabras, muy al estilo navarro pero que se antoja risueño. Quizás le han curtido los años de aprendizaje después de sufrir la salida de Lezama, su El Dorado futbolístico. Es explosivo, pero le falta explotar en Primera División y mantener la pólvora más allá del periodo de la ilusión.

Puede parecer lento al principio, pero tiene una carrera continua difícil de seguir", prosiguen

Antes de ficharlo, el Athletic lo siguió no menos de 15 partidos en el Leganés y se dio cuenta de que “había madurado; puede parecer lento al principio, pero tiene una carrera continua difícil de seguir, amén de ser un tipo constante e implacable en el juego”, aseguran en Lezama; “y por eso era seguido por muchos equipos”. Es decir, reúne las condiciones no solo históricas de un futbolista del Athletic, sino de un jugador a las órdenes de Valverde, un técnico que hace de la presión la mejor arma de ataque. Pues eso, ataque, eraso. O abundancia, que en el fútbol es casi lo mismo.

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