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McLaren roza el esperpento

El equipo vive en Spa uno de sus fines de semana más pobres

Oriol Puigdemont
Alonso, en el interior de su McLaren.
Alonso, en el interior de su McLaren. OLIVIER HOSLET (EFE)

McLaren toca fondo en Bélgica, donde este fin de semana vive uno de los fines de semana más negros de su historia deportivamente hablando. Con el palmarés de la escudería en la mano, la situación roza el esperpento. Y lo más sorprendente del caso es que aquello que hace más doloroso este gran premio para la compañía de Woking nace, precisamente, de las expectativas creadas por el propio equipo. Concretamente de Yasuhisa Arai, el máximo responsable de Honda en la Fórmula 1, quien antes de desplazarse a Spa aseguró que el rendimiento de la versión optimizada del motor que aquí se iba a incorporar a los monoplazas de Fernando Alonso y Jenson Button, podía estar al nivel del que ofrece el propulsor Ferrari. Pues bien, el británico terminó el 17º, a cuatro segundos del más rápido, que fue Lewis Hamilton –sexta pole consecutiva para él y décima de 11 posibles–, justo por delante de su compañero (18º), que lo hizo a cuatro segundos y medio del actual campeón.

Nadie en el paddock termina de entender las razones que llevaron al ejecutivo japonés de Honda a generar unas expectativas tan optimistas a llevar a cabo en un escenario que, conocidas las limitaciones que ofrece la unidad de potencia de la marca del ala dorada, a todas luces iba a atravesársele a McLaren. Sus estrategas lo sabían, y por eso elaboraron un plan específico que, en definitiva, condenaba cualquier aspiración de sus pilotos en este circuito para recoger sus frutos más adelante, en pistas más favorables, especialmente Singapur. Los técnicos cambiaron dos motores en ambos coches, recibiendo un total de 105 puestos de penalización (55 el ovetense y 50 el inglés) aplicables a la parrilla de este domingo (14:00 horas, Antena 3, TV-3 y Movistar+), un récord absoluto en la historia del certamen. Gracias a una reciente modificación en el reglamento, Alonso se limitará a arrancar el último, inmediatamente detrás de su vecino. Con este plan, en McLaren pretenden acumular algún motor extra para poder recurrir a él en trazados más propicios, sin recibir ninguna sanción.

“Nuestro déficit de motor es importante y en circuitos tan largos y con tantas rectas como este o Monza, pues nos tocará sufrir. Luego llegarán Singapur y Suzuka donde podremos disfrutar. Aquí estamos a un segundo de los antepenúltimos y no somos competitivos como para luchar con casi nadie”, resumía Alonso al bajarse de su MP4-30. “Seguramente, si logramos pasar a los Manor, el siguiente coche que veamos será el primero que nos doble”, añadía Button. Ambo se ven impotentes frente a la flojera del bólido que conducen. El testimonio del corredor de Frome de este sábado es demoledor. “He hecho una vuelta exacta a la que hace tres años me dio la pole”, soltó el campeón del mundo de 2009.

Como es lógico, una de las personas más buscadas este sábado era Arai, que compareció para tratar de explicar el contraste entre sus declaraciones previas y la realidad que mostraron las pantallas de tiempos. “No hemos podido por el tipo de circuito que es este y por la falta de tiempo en pista”, argumentó el nipón, cuyas declaraciones cada vez hay más gente que comienza a tomarse medio en broma. No es de extrañar si tenemos en cuenta que ninguna de las predicciones que ha hecho se ha cumplido. Así está McLaren y su principal estrella, un Fernando Alonso obligado a hacer piruetas para justificar su regreso a la estructura de la que se fue por piernas a finales de 2007.

Estamos a un segundo de los antepenúltimos y no somos competitivos como para luchar con casi nadie" Fernando Alonso

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