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La sensatez del ‘chiflado’

Grosjean sube al podio en una pista que le ha marcado de por vida

Oriol Puigdemont
Spa Francorchamps -
Grosjean, en el podio de Spa.
Grosjean, en el podio de Spa. YVES HERMAN (REUTERS)

Si hay dos episodios en la vida de Romain Grosjean (Ginebra, 29 años) que el piloto franco suizo destaca de los últimos diez años son el nacimiento de sus dos hijos, Sacha (de dos años) y Simon (de tres meses), y el accidente que sufrió en Spa en la primera curva del gran premio de 2012. Aquel domingo a punto estuvo de decapitar a Fernando Alonso en la última escabechina de una lista muy larga que le valió el apodo de ‘el chiflado de la primera vuelta’, que le puso Mark Webber. Para Grosjean y toda la tropa de Lotus, volver al podio después de un año y medio y hacerlo aquí fue un desquite: Lotus está en bancarrota y Renault parece esperar a su desmantelamiento para recomprarla por cuatro duros.

Cada vez que paso por la primera curvo me acuerdo del 2012. Pero aquello me hizo más fuerte", aseguró Grosjean

El futuro de la estructura de Enstone (Gran Bretaña) es de lo más incierto, y por eso este resultado cayó como agua de mayo. “Cada vez que paso por la primera curva me acuerdo del 2012. Pero creo que aquello me hizo más fuerte. No es ningún secreto que desde entonces trabajo con un psicólogo que no solo me ayuda en la F-1”, reconoció ayer Grosjean, en referencia a la ayuda que recibe de Meriem Salmi, psicóloga de referencia dentro del equipo olímpico francés y que en su día guió a Teddy Riner, uno de los mejores yudocas de todos los tiempos. “En referencia a la situación del equipo, probablemente yo no estoy al día de todo lo que está ocurriendo, pero casi lo prefiero”, remachó Romain, todo sensatez.

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