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TRAGEDIA EN UNA COMPETICIÓN DEPORTIVA EN GALICIA

“A menos recursos, más riesgos”

Aman Barfull, presidente de la Comisión de Rallies de la FIA, explica las carencias de las pruebas regionales en comparación con las del Mundial

Oriol Puigdemont
Servicios sanitarios de emergencias en el lugar del accidente.
Servicios sanitarios de emergencias en el lugar del accidente.OSCAR CORRAL (EL PAÍS)

Si llama la atención que un rally como el que ayer se estaba celebrando en Galicia pueda terminar en una tragedia con varias víctimas mortales es, en gran medida, por los esfuerzos que los distintos órganos competentes han llevado a cabo en las últimas dos décadas con tal de incrementar la seguridad de estas pruebas. Sin embargo, como ocurre en otras disciplinas, no todos los certámenes tienen la misma dimensión, y en consecuencia, tampoco gozan de los mismos medios para poder ser controlados. Uno de los accidentes que más fuerte sacudieron el Mundial tuvo lugar en el Rally de Portugal de 1986, en el tramo de Sintra. El portugués Joaquim Santos perdió el control de su Ford RS2000 y se fue hacia la cuneta, donde arrolló a la muchedumbre que se encontraba allí. Murieron dos espectadores y otros 30 resultaron heridos. Más recientemente, otros dos aficionados resultaron muertos en Cantabria, en julio del año pasado, al ser embestidos por un participante del Rallysprint de Miengo.

Las medidas de seguridad que exige la celebración de una prueba del Mundial son muy superiores, y los recursos de los que dispone la organización, también”, relata Barfull

Aman Barfull es el Presidente de la Comisión de Rallies de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y, posiblemente, el español que más domina en la materia. “Los rallies de ahora y los de hace diez o quince años no tienen nada que ver en términos de seguridad. Lo que pasa es que, como ocurre en todos los ámbitos, aquí también hay divisiones”, explica por teléfono el ejecutivo. Los peldaños son cuatro: “Una cosa son las pruebas del Mundial, luego están las que se rigen por el marco FIA, después ya vendrían las nacionales y, por último, las regionales. Evidentemente, las medidas de seguridad que exige la celebración de una prueba del Mundial son muy superiores, y los recursos de los que dispone la organización, también”, relata Barfull. Aunque no tenga nada que ver, encontramos un paralelismo en el fútbol, por más que su peligrosidad sea infinitamente inferior. Las exigencias de las competiciones Uefa no tienen nada que ver con las que podemos encontrarnos en un campo de Tercera Regional.

Ningún tramo de un rallie del Mundial da comienzo sin que el público esté bien colocado. “Ya hace tiempo que se crearon zonas de seguridad, contamos con helicópteros que alertan a aquellos que están mal situados, una caravana de cuatro coches que pasa antes por allí para cerciorarse de todo. Y un delegado de seguridad de la FIA que da el visto bueno. Si no lo hace, no se arranca”, zanja este experto catalán.

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