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La contrarreloj de los escaladores

Aru, Purito y compañía tienen hoy en la etapa reina de Asturias la última posibilidad de distanciar a Dumoulin

Purito lidera un grupo en la etapa de Sotres.
Purito lidera un grupo en la etapa de Sotres.Javier Lizon (EFE)

Tom Dumoulin, el temible, tiene 40 kilómetros en Burgos contrarreloj para tratar de sentenciar la Vuelta. Los escaladores tienen hoy la última de sus tres “contrarreloj” para intentar que Burgos sea un alfiler y no una espada. Las dos anteriores han dejado al holandés sano y salvo. Por esos montes asturianos y cántabros ha perdido tan solo 1,25 minutos respecto a Aru que es líder, por un segundo respecto a Purito Rodríguez. Probablemente, la de hoy es la contrarreloj decisiva de los escaladores, una etapa en la que el llano no se puede concebir y los ciclistas se pasarán el día subiendo y bajando los siete puertos que les esperan y los repechos que se suceden por el camino. La Cobertoria, a 18 kilómetros de meta, es decir del puerto Ermita de Alba, de categoría especial.

La etapa se presta al viejo ciclismo, pero aquel ciclismo es viejísimo y apenas se le ve la barba muy de vez en cuando. El último puerto tiene porcentajes de hasta el 21 por ciento, aunque apenas llega a los siete kilómetros de ascensión. La Cobertoria es más largo, casi 10 kilómetros, pero su porcentaje máximo es del 13%. Dos momentos que llegan precedidos de un sube y baja, con cinco puertos anteriores para calentar las piernas. Un test ara Dumoulin, pero un test también para Fabio Aru, Purito Rodríguez, Rafel Majka, Chaves, Valverde y Nairo Quintana. Lo que no hagan hoy, es difícil que lo puedan hacer después, aunque la penúltima etapa en la sierra madrileña está pensada para los ataques largos en un ciclismo que ya mira con pasos cortos. Por eso Burgos puede dictar sentencia, como casi aseguraba ayer Purito Rodríguez, tras su victoria en Sotres. El catalán ya sabe lo que es sufrir en etapas largas contra el crono. Salamanca en 2011 le trae malos recuerdos con la minutada perdida. Aru sufrió también lo suyo en el Giro y cedió casi tres minutos frente a Alberto Contador en una contrarreloj de casi 60 kilómetros.

Por eso su contrarreloj acaba hoy, en esos 185 kilómetros que separan Luarca de la Ermita de Alba. Allí sabrán si Dumoulin, el temido, pierde el tren o lo conduce.

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