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Sergio Rodríguez ilumina el camino a octavos

El base canario vence su duelo ante Schröder y lidera la victoria de España con una dirección magistral

Faustino Sáez
Sergio Rodríguez, ante el marcaje de Maodo Lo.
Sergio Rodríguez, ante el marcaje de Maodo Lo.Boris Streubel (Getty)

Tiene mirada de genio distraído, manos de prestidigitador y temple de artista. Con una exhibición de talento para la dirección de partidos y la gestión de grupos Sergio Rodríguez desmontó a Alemania, atajó la efervescencia de su homólogo Schröder y otorgó a España el billete a los octavos de final del Eurobasket. A falta de tres segundos el base alemán dispuso de tres tiros libres para forzar la prórroga, pero le falló el pulso en el decisivo (el único lanzamiento desde la línea de personal fallado por Alemania en todo el encuentro). En ese instante, sus 26 puntos quedaron en nada, ganó la España del Chacho (19 puntos).

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Anunció Felipe Reyes que el partido sería una guerra y Scariolo hormigonó su estrategia reclutando en el quinteto inicial a tres pretorianos, Llull, Pau Ribas y San Emeterio, como dique de contención para frenar la agitación del diablo alemán, Dennis Schröder. El base de los Atlanta Hawks, de padre alemán y madre gambiana, es un velocista disfrazado de jugador de baloncesto que apenas supera el 1,85m gracias a la amortiguación de sus zapatillas y que desmonta a las defensas esprintando a un tiempo con las piernas y con las manos. El coco en todos los apuntes de la selección española, por encima de la baqueteada solemnidad de Dirk Nowitzki, desenfocado primero y desaparecido después. Los ocho puntos de Schröder en el primer cuarto fueron, de nuevo, el argumento principal de la pizarra de Chris Fleming y acreditaron su fama de artificiero.

El fallo de Schröder que dio el triunfo a España fue el único tiro libre errado por Alemania  en todo el partido

Pero para discutirle el cronómetro, la brújula y el libro de instrucciones del partido a Schröder saltó a la cancha Sergio Rodríguez con la determinación del que conoce el camino. Con cinco puntos consecutivos, El Chacho freno el primer intento de escapada de Alemania y lideró todas las operaciones del ataque español en el tercer cuarto rumbo a los octavos de final. “El metrónomo de España”, como le definió Tony Parker en la víspera de la semifinal del pasado Europeo comenzó a filtrarse entre las filas enemigas con gracilidad e ingenio para seleccionar entre su catálogo de ritmos y compases el que mejor le convenía a su equipo en cada momento. “Nos gustaría jugar en casa, pero llegamos muy concentrados y el ambiente nos motiva. Nosotros perdimos el año pasado en casa y sabemos lo que implica jugar de anfitrión”, había declarado el base canario en la víspera. Con maestría, El Chacho enredó en el sistema nervioso de la selección alemana, alternando el vértigo y la pausa, la generosidad y la puntería hasta desmontar al enemigo.

Para entonces, Kevin Durant ya era un espectador más del partido, a pie de pista y en una de las esquinas del ataque de España, el jugador de los Oklahoma City Thunder se convirtió en el objetivo de todas las cámaras. La estrella estadounidense apareció en el O2 Arena a falta de 3m 39s para el descanso, rodeado de un séquito de media docena de ‘guardaespaldas’ con atuendo de rapero, y lo primero que presenció fue una canasta de Pau Gasol ante Pleiss, las dos torres de la contienda. Pero el guion del partido se escribía bastantes centímetros más abajo. Volvió Schröder a acelerar para espabilar a Alemania y regresó Sergio Rodríguez para poner a España en órbita. El motor de la Mannschaft había deshecho el empate a 11 puntos con el que los dos bases habían llegado al descanso, pero El Chacho se atusó la barba, se ajustó los cordones, repasó mentalmente sus apuntes, oteó el horizonte y regresó a la pista para rematar la faena. El triple con el que alcanzó los 19 puntos en el partido derribó definitivamente el muro alemán y, a pesar del arrebato final de Schröder, permitió a España sortear los miedos y poner rumbo a Lille para mantener a la vez el sueño europeo y el anhelo olímpico.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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