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Pau Gasol se triplica para poner a España ante Grecia

La memorable exhibición del pívot, adornada con seis triples, acaba con Polonia

Robert Álvarez
Gasol celebra un triple contra Polonia.
Gasol celebra un triple contra Polonia.YOAN VALAT (EFE)

La actuación de Pau Gasol en el Estadio Pierre Mauroy de Lille será recordada durante mucho tiempo. Le sirvió a España para redimirse de las penurias de su juego, desembarazarse de la correosa Polonia y alcanzar los cuartos de final en los que su rival, el próximo martes, será la Grecia más temible y bien pertrechada de los últimos años.

La mayoría de los 21.000 espectadores que se citaron en el inmenso recinto, un campo de fútbol adaptado para este Eurobasket, eran franceses. La salva de aplausos con la que despidieron al héroe español, una vez decidido el partido, o mejor dicho, cuando ya había decidido el partido y le dio por fin descanso Sergio Scariolo, es el mejor resumen. Rendidos a la evidencia, haciendo justicia a la maravillosa demostración que presenciaron, más allá de los colores, cambiaron sus abucheos a la selección española, por un merecido homenaje a un jugador excepcional.

ESPAÑA, 80; POLONIA, 66

España: Lull (12), Pau Ribas (5), San Emeterio (0), Mirotic (15), Pau Gasol (30) –equipo inicial-; Sergio Rodríguez (8), Willy Hernangómez (1), Felipe Reyes (4), Claver (5), Aguilar (0) y Vives (0).

Polonia: Slaughter (9), Ponitka (9), Waczynski (9), Kulig (10), Gortat (9) –equipo inicial-; Czyz (2), Cel (5), Koszarek (0), Zamojski (5), Karnowski (6), Gruszecki (0) y Skibniewski (2).

Parciales: 25-20, 16-19, 14-16 y 25-11.

Árbitros: Ryzhyk (Ucrania), Herceg (Croacia) y Koljensic (Montenegro).

Estadio Pierre Mauroy de Lille. 21.302 espectadores.

Los 30 puntos, los seis triples en sus siete lanzamientos desde la máxima distancia, un récord en su ya larguísima carrera, sus siete rebotes, sus cuatro asistencias, la forma en que lideró al equipo español resultó conmovedora. Decantó un duelo en que el juego del equipo español chirrió durante muchos minutos, más de 30. Polonia llegó al último cuarto en pie de igualdad, a 55 puntos en concreto, y solo en los últimos ocho minutos, dio el tiró definitivo y puso fin a su angustioso quehacer la selección española.

Ya antes del inicio se acumularon las malas noticias para la selección española. Rudy Fernández, aquejado de dolores en la espalda, quedó descartado. Y en los prolegómenos del encuentro se sucedieron las carreras nerviosas de los fisios y hasta del propio Pau Gasol, que en la rueda de calentamiento notó molestias en el gemelo de la pierna derecha. Se retiró de nuevo al vestuario y, cuando faltaban apenas segundos para el pitido inicial, regresó para empezar el partido.

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Lo necesitó más que nunca el equipo español, que ya es decir. La selección polaca, que lleva 31 años sin doblegar a España y bastantes fuera de la élite, les dio muchísimos quebraderos de cabeza a Scariolo y los suyos. San Emeterio y Claver ocuparon el puesto de Rudy. El juego exterior español volvió a carecer del dinamismo y la pegada suficientes para dotar de un equilibrio imprescindible al juego de conjunto. Pau Gasol, que le ganó el pulso por completo a su rival también en la NBA, Marcin Gortat, tiró por la calle de en medio y se erigió repetidamente en la mano ejecutora también desde la máxima distancia.

Aun así, las constantes de juego de la escuadra de Scariolo se vieron lastradas por un exceso de pérdidas de balón que no hicieron otra cosa que retratar las indecisiones de muchos de sus jugadores, especialmente los exteriores, los que deben propulsar el juego. Igualmente, además, desacertados en el tiro. España dio varios tirones en el marcador (22-15 y 39-33), pero llegó a pasar auténticos momentos de agobio ante las sucesivas rachas de diferentes jugadores polacos. Primero fue su base nacionalizado AJ Slaughter, después el fortachón Karnowski, suplente de Gortat, y los aleros Ponitka y sobre todo Waczynski, jugador del Obradoiro, que puso por delante a los suyos hacia el final en el tercer cuarto (52-55). La defensa española fue excesivamente vulnerable durante muchos minutos. Pero al final, el sensacional partido de Pau Gasol, escoltado por la porfía de Llull y la buena mano de Mirotic, decantó la contienda, rindió al equipo polaco y puso a España en los cuartos de final.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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