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Depresión en Málaga

Empate a cero que premia el orden del Eibar y la falta de ideas del cuadro de Javi Gracia, obligado a reinventarse tras la marcha de sus figuras

Rafael Pineda
Duda y Capa pelean por un balón.
Duda y Capa pelean por un balón. Jorge Zapata (EFE)

No pasará a la historia el gris duelo entre Málaga y Eibar. Algo que no le importará al cuadro vasco, que llegó a La Rosaleda como líder y se marcha con siete puntos. Sin duda, un tesoro para los de Mendilibar. Más complicada es la situación para el conjunto andaluz. Trabajado hasta la extenuación por su entrenador, el Eibar es un equipo incómodo. Lo sufrió el Málaga en sus carnes, incapaz de hincarle el diente, molesto ante la presión del conjunto vasco. Acostumbran a pedirle milagros a Javi Gracia, otro excelente entrenador. El Málaga ha cambiado a los Samus por jugadores como Charles asfixiado por sus problemas económicos y la exigente afición andaluza le demanda a Gracia que su equipo mande y ofrezca buen juego. Demasiado hace el preparador con lo que tiene. Dos puntos alumbran al Málaga, que ofrece malas sensaciones. Sencillamente, el Málaga no pudo con el Eibar porque carece de futbolistas que puedan marcar la diferencia en encuentros tan igualados. Sin capacidad para hacerse daño, solo hubo tres ocasiones en un partido de tremenda igualdad, pero muy escaso de calidad.

MÁLAGA, 0-EIBAR, 0

Málaga: Kameni; Rosales, Angeleri, Albentosa, Boka; Recio, Tissone; Horta (Duda, m. 54), Amrabat (Tighadouini, m. 83) Juan Carlos (Cop, m. 68); y Charles. No utilizados: Ochoa; Miguel Torres, Spinho y Filipenko.

Eibar: Riesgo; Capa, Ramis, Dos Santos, Luna; Dani García, Escalante (Eddy, m. 65), Adrián; Keko, Enrich (Borja Bastón, m. 86) y Saúl Berjón (Juncà, m. 65). No utilizados: Jorge; Verdi, Pantic y Arruabarrena.

Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Escalante, Recio, Eddy, Angeleri, Keko y Ramis.

La Rosaleda. Unos 20.000 espectadores.

Gracia solo tiene a Amrabat para marcar diferencias, pero el delantero juega su particular encuentro. El Málaga no elabora y Amrabat apenas interviene en el juego de su equipo, lastrado por un doble pivote, Recio y Tissone, poco creativo. Eso sí, el delantero interpreta a la perfección el juego al contragolpe. De esta forma, llegó la mejor ocasión del Málaga en el primer tiempo. Un balón en largo le llegó a Amrabat, que maltrató al lateral Luna, siempre mejor en ataque. Su pase a Charles fue fantástico, pero el delantero se topó con un excelente Riesgo.

Fue la única ocasión en la que el equipo andaluz doblegó al Eibar, siempre atento a cortar el juego del Málaga, pero sin chispa para hacerle gol.

El segundo tiempo fue, sencillamente, un horror. Solo hubo algo de emoción en los últimos cinco minutos, cuando Borja Bastón pudo marcar para el Eibar y Cop para el Málaga. Mientras, en la banda, Gracia echaba de menos a los Samus, Juanmi o Darder mientras Camacho se recupera de su lesión. Hubo un tiempo en el que el Málaga se paseaba por la Liga de Campeones. Ahora se le pide un milagro a Gracia en un equipo que no ha marcado en los tres primeros partidos de Liga. Y el dueño del club sigue siendo el mismo que en los tiempos de gloria. Son tiempos de depresión en el Málaga. Un tiempo de reflexión que afecta a la afición, huérfana de sus referentes. Toca construir un nuevo proyecto, pero será complicado. Mientras, disfruta el Eibar. De estar en Segunda a moverse por los puestos altos de la tabla, llenando la despensa de puntos en espera del duro invierno.

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