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SIN BAJAR DEL AUTOBÚS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El mejor futbolista es...

Cuando se discute quién es el mejor del mundo, si Messi o Cristiano, te remangas la camisa y fijas posición

Juan Tallón
Messi celebra el gol contra el Atlético el pasado sábado.
Messi celebra el gol contra el Atlético el pasado sábado.G.JULIEN (AFP)

Algunos debates nunca se zanjan; son ociosos. Te empujan a un gran estado de hastío. Pero el hastío te gusta. Por eso cuando se discute quién es el mejor futbolista del mundo, si Messi o Cristiano, te remangas la camisa y fijas posición con los modales que te enseñaron tus padres, que no tienen por qué ser buenos. Eso te obliga a un esfuerzo diario y aburrido, pues como decía, el debate no se allana. Va y vuelve. El lapso a veces sólo dura unos minutos, y breves, como cuando aquel poeta pidió leer un soneto en televisión, y la conductora del programa aceptó a cambio de que “sea un soneto breve, por favor”. Ya nadie deja pasar un año entre que se corona a un jugador, se vive un período de silencio, y se vuelve a discutir quién es su sucesor, o si se sucede a sí mismo.

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El ruido se mete en tu oído y se convierte en un pi tenaz y sórdido. Cuando te metes en la cama oyes una voz diciendo que Messi es el mejor, interrumpida por otra que afirma que el mejor es Cristiano. No todo el mundo disfruta con ese tedio que llena horas en los medios. Hace un par de años acompañé a un amigo escritor a grabar una entrevista en la radio. Estaba en plena promoción de su libro, y como por esos días se jugaba un Barça-Madrid, le preguntaron quién le parecía mejor, si Messi o Cristiano Ronaldo. Respondió que Messi, y como es un escritor vagamente lírico, argumentó que cuando el jugador argentino tomaba el balón, y encaraba a las defensas, la luz que despedía su fútbol era tan absoluta y violenta que parecía una noche total.

Dos días después de aquella entrevista, iba en mi coche y encendí la radio. Allí me encontré de nuevo con mi amigo hablando de su maldito libro en otra emisora. El Barça-Madrid se jugaba al día siguiente, y el periodista tampoco quiso dejar volar la oportunidad de sacar el tema. Esta vez, con un tono prosaico, él respondió que el mejor era Cristiano Ronaldo, por supuesto. Y ofreció argumentos incontestables, como que el fútbol es algo parecido a un oficio, y que es necesario aprenderlo, pero que sobre todo, es necesario crearlo.

Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles al Espanyol.
Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles al Espanyol.Alejandro García (EFE)

Su gesto, llevándose la contraria, había que tomárselo muy en serio, pero no demasiado en serio. En el fondo, aquella era una forma de declarar que estaba hastiado con el debate, casi diario, sobre el mejor jugador del mundo. Yo sólo le había visto hacer algo así de chocante y hermoso a Juan Marsé, durante una de esas raras veces que acudía a la televisión. Fue en México. En un momento dado le preguntaron eso tan tópico en literatura: ¿qué es más importante, el fondo o la forma? Marsé decidió que el fondo. Cuando ya se iba de los estudios, apareció un técnico corriendo, que le explicó que había surgido un problema y había que repetir la entrevista. Al llegar a la pregunta sobre la forma y el fondo, esta vez respondió que lo importante era la forma. Fue su manera de decir que ciertos debates no sirven para nada.

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