Siete fallecidos por avalancha en un verano inaudito en los Alpes

No se recordaba un verano como éste en los Alpes: seco, terriblemente seco, y caluroso, muy caluroso. Ya en el mes de junio las temperaturas eran propias de agosto y a mitad del estío, las montañas alpinas empezaron a fundirse, soltando sus excedentes de roca podrida. Los helicópteros de rescate han trabajado a destajo, extrayendo de las paredes a alpinistas bombardeados por constantes caídas de rocas, o bloqueados ante grietas nunca vistas. Muchos decidieron huir de la nieve y escalar en roca, pero tampoco aquí se estaba seguro. Los accidentes se han multiplicado.

La vía de referencia al Mont Blanc, la que pasa por el refugio de Goûter, ha permanecido semanas cerrada, como la ruta normal al Cervino desde Italia. Inaudito. Y a poco más de una semana de la llegada del otoño, y coincidiendo con la llegada de las primeras nevadas, un alud ha segado hoy la vida de siete alpinistas en la ruta normal del Dôme des Écrins (4.015 metros). Todos eran varones, cuatro alemanes y tres checos. El alud ha arrastrado a dos cordadas de tres alpinistas y a uno de dos al mediodía cuando se hallaban a unos 3.900 metros.

Uno de los guardas del refugio de los Écrins ha contemplado el accidente y ha dado parte a los servicios de socorro, que han desplegado tres helicópteros, 13 gendarmes del grupo de rescate de alta montaña con dos perros adiestrados para rastrear cuerpos sepultados y dos médicos. Sólo han podido rescatar con vida (traumatismo en un fémur) a una alpinista alemana y horas después han dado por concluido el operativo de rescate.

La ruta transitada no presenta grandes dificultades técnicas, y al parecer los desaparecidos ascendían en tres cordadas autónomas, sin un guía de montaña como responsable. "Las pendientes superiores del Dôme des Écrins son propicias para los aludes por placas de viento, y también a los aludes generados por la rotura de seracs (masas de hielo colgantes), pero no sé cuál ha podido ser la causa de la avalancha", explica el Guía Jonatan Larrañaga. Las autoridades de los Altos-Alpes tampoco han aclarado qué ha propiciado el alud, pero el hecho de que no existiesen alertas meteorológicas, como avisos de riesgo de aludes por efecto del viento combinado con las nevadas recientes, apunta a una rotura de seracs como el origen de la tragedia.

Se trata de una de las avalanchas más mortíferas del año en Francia, después de que el pasado enero seis personas de nacionalidad francesa perdieran la vida en el valle del Queyras, también en los Alpes. Tres alpinistas, dos austríacos y un italiano, fallecieron el pasado abril a causa de otro desprendimiento de nieve en el macizo de Écrins, informa Efe.