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Renuncias en la selección boliviana por la gestión de su federación

Dos jugadores se enfrentan al organismo, cuyo presidente está en la cárcel por el caso FIFA

Carlos Chavez, en prisión este martes en Santa Cruz, Bolivia.
Carlos Chavez, en prisión este martes en Santa Cruz, Bolivia.F. PÉREZ (AP)

Marcelo Martins, el principal delantero, y Ronald Raldes, el capitán histórico de la selección boliviana de fútbol, han renunciado a formar parte de la convocatoria del entrenador Julio César Baldivieso para las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Rusia, que comenzarán el 8 de octubre con un primer partido entre Bolivia y Uruguay en La Paz. Ambos jugadores se apartaron voluntariamente del equipo nacional por su oposición a Baldivieso, a quien Martins, delantero del Chanchung Yatai de China, considera incapaz de crear el ambiente que necesita la Verde para sobreponerse a la grave situación en la que se halla el fútbol local, cuyo presidente, Carlos Chávez, se encuentra en prisión desde hace 57 días acusado de corrupción por el escándalo de la FIFA.

El recién designado Baldivieso solo dirigió a la selección una vez: en el amistoso que esta perdió 0-7 con Argentina, en Houston, el 4 de septiembre. Aunque este director técnico —que por su estilo autoritario y apasionado de dirigir es llamado El emperador o El entrenador del pueblo— rechazara de antemano cualquier responsabilidad por los resultados del encuentro, dadas las condiciones especiales en que este se había pactado, poco después de la goleada criticó la falta de convicción de los jugadores, que en su opinión parecían más preocupados por intercambiar sus camisetas con los famosos futbolistas argentinos que por defender la maltrecha reputación de su propio seleccionado. Raldes y Martins dijeron que sus renuncias se derivaron directamente de estas críticas.

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Tanto la derrota con Argentina como sus secuelas son atribuidas al dirigente Carlos Chávez, quien concertó el partido de Houston desde su celda y aparentemente a causa de sus relaciones personales con la empresa Torneos, la organizadora del citado partido amistoso, que igual que él se halla acusada de malos manejos económicos en el fútbol, como parte del célebre caso que hace meses inició la justicia norteamericana en contra de varios dirigentes de la FIFA.

Chávez negoció la realización de este partido pese a que Bolivia carecía de preparación, tiempo, recursos y hasta de un entrenador para cumplir con este compromiso. Aunque días después los dirigentes disidentes durante su gestión establecieron una directiva transitoria, tuvieron que enviar al principal equipo nacional a Estados Unidos, para evitar una sanción pecuniaria que el país no hubiera podido pagar. Hasta ahora la Confederación Sudamericana de Fútbol, de la que Chávez es el tesorero, no reconoce a esta directiva interina y sigue considerando al detenido como el presidente del fútbol boliviano.

El secretario general de la federación transitoria, Walter Torrico, dio a entender que el propósito de las renuncias era desestabilizar la gestión de la selección, que se había convertido en responsabilidad de la nueva dirigencia, y que, por tanto, se trataba de dimisiones que beneficiaban a Chávez.

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