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Red Bull, en una ratonera

El equipo energético tiene pocas opciones de contar con un motor competitivo en 2016

Oriol Puigdemont
Horner, director de Red Bull, en el muro de su equipo en Singapur.
Horner, director de Red Bull, en el muro de su equipo en Singapur. Mark Baker (AP)

La principal diferencia entre la superioridad que demostró Red Bull en el periodo anterior, cuatro dobletes entre 2010 y 2014, y la que ahora permite que los Mercedes prácticamente se paseen, radica en la forma de afrontar los retos. La marca alemana dispone probablemente del monoplaza más dominante de la historia del certamen, y eso le facilita el trabajo una barbaridad. Sin embargo, han sido pocas las veces que los responsables de las flechas de plata se han visto sorprendidos por una u otra circunstancia, de modo que casi nunca han tenido que improvisar un plan distinto al previamente establecido. Cuando eso ha ocurrido, como en Malasia o en Hungría (ambas las ganó Sebastian Vettel), el botín que se ha llevado el constructor de la estrella dejó un sabor agridulce y la sensación de haber fallado. En el ciclo anterior, Red Bull ganó y mucho pero siempre lo hizo al ataque, adaptándose a unas circunstancias que en según qué casos no le fueron del todo favorables. Veremos cómo reacciona la tropa del búfalo rojo ante la que se le viene ahora encima: a menos de cinco meses para que arranque la pretemporada de 2016 todavía no sabe qué motor incorporará en sus coches.

El equipo de Milton Keynes (Gran Bretaña) se encuentra en una ratonera. Resulta que Renault, su suministrador de propulsores desde 2007 y con quien todavía tiene contrato el curso que viene, se está replanteando su papel. Carlos Ghosn, consejero delegado del fabricante francés, reconoció hace unos días que la intención de su empresa era la de dejar de suplir a otras estructuras, caso de Red Bull y Toro Rosso, para poder centrarse de este modo en un único proyecto que pasaría por la compra de un gran paquete de acciones de Lotus. Sin embargo, Ghosn también dio por sentado que no romperá con sus clientes de forma unilateral.

Antes de plantearnos otra opción, queremos hablar con Renault y conocer sus planes" Horner, director de Red Bull

Si hace unos meses, Niki Lauda, presidente no ejecutivo de Mercedes, se mostraba dispuesto a colaborar con la escudería energética, la cúpula del gigante de Stuttgart se lo pensó mejor, no fuera a tomar una decisión de la que pudiera arrepentirse. Algo similar ocurre con Ferrari. Maurizio Arrivabene, su director, lleva días recalcando que desde su perspectiva no habría ningún problema en que Red Bull volviera a disponer de motores Ferrari, algo que ya ocurrió en 2006. No obstante, el ejecutivo italiano deja entrever que llegar a un acuerdo no sería coser y cantar, puesto que es muy consciente de que podría rearmar a una de las formaciones con más recursos del ‘paddock’ y convertirla en una amenaza. Red Bull no se ha olvidado de fabricar prototipos rápidos, y prueba de ello es la tabla de tiempos de la primera jornada de ensayos en Singapur, un circuito en el que el chasis adquiere más relevancia que el motor. Daniil Kvyat fue el más rápido, mientras que su compañero, Daniel Ricciardo, ocupó la tercera plaza.

Kvyat fue el más rápido el primer día en Singapur, con Ricciardo, su compañero, el tercero 

Llegados a este punto está por ver qué decisión tomará la formación austríaca, que ya lleva tiempo amenazando con abandonar el Mundial si no se dan según qué circunstancias. Christian Horner, su máximo responsable en la F-1, incide en que el único interés de Dietrich Mateschitz, el propietario de todo el imperio Red Bull, radica en que sus coches estén en condiciones de pelear por ganar. “Sin un motor no podemos correr”, explica Horner desde Singapur. “Dietrich siempre ha dejado claro que lo único que quiere es poder contar con una unidad de potencia que sea competitiva”, añade el británico. “Antes de plantearnos cualquier otra opción, primero queremos sentarnos con Renault para saber cuáles son sus planes con vistas a 2016. Lo que está claro es que si aspiras a contar con un motor de garantías las opciones son muy limitadas”, zanja el ex piloto.

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